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Omnisciente

Se encontraban la señora Yamada y ____ en la pequeña enfermería del orfanato ya que la niña se avía raspado las rodillas mientras corría con los otros niños.

-ya está, como sanas rápido en unos días los raspones sanarán completamente- dijo la señora Yamada acariciando los rubios cabellos de la niña.

-!y no corras o te vas a volver a caer!- dijo viendo como la niña corría para volver con los demás.

-ok señora Yamada- dijo la oji verde bajando la velocidad.

____ Hashibira era una niña muy inusual, no solo del echo de que sus heridas cicatrizavan a los pocos días sin dejar ninguna cicatríz, que casi en absoluto se allá enfermado.

Era el echo de que sus caninos eran mas alargados y afilados que los de los demás niños, causando algunos accidentes, también su piel delicada a los rayos del sol, lo que hizo que casi todo el tiempo llevara una sombrilla con ella.

Y el increíble echo de que desde pequeña por alguna extraña razón pudo hacer hielo desde sus propias manos, asiendo que llevara guantes la mayor parte del tiempo para no causar algún incidente.

____

Al volver a salir al patio encontre a Arata justo frente a mi.

Arata era mi mejor amigo desde que nos conocimos, era dos años mayor que yo, tenía los ojos morados y cabello castaño con reflejos verdes.

-¿Quieres hacer algo?- dijo caminando junto a mi por el patio.

-esta bien ¿Pero que cosa?- pregunte mirándolo.

Arata puso su mano en el mentón y pensó unos minutos.

-¡Ya sé!- dijo gritando causando que algunos niños nos mirarán raro.

-¡¿Que nos ven?!- pregunte enojada.

Rápidamente los niños apartaron la vista y siguieron con lo suyo, yo mire al oji morado pidiendo que siguiera.

-hay un lago cerca, podríamos ir- dijo susurrando.

Me parecía una buena idea así que asentí.

Rápidamente fuimos sin que nadie nos viera a las habitaciones, de mi baúl de ropa saqué dos pares de patines para hielo.

Cuando estábamos a punto de salir Fuyuka nos bloqueó la puerta.

-¿Y ustedes a donde van?- dijo con su típico tono de arrogancia

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-¿Y ustedes a donde van?- dijo con su típico tono de arrogancia.

-¡eso no te incumbe Fuyuka!- dije frunciendo el seño.

En eso ella comenzó a reír y se acerco a mi.

-claro que me incumbe, ¿O quieres que la Señora Yamada se entere que se escapan del orfanato?- arruge más el seño.

hija de Douma (Kimetsu no Yaiba y lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora