Han pasado varios años desde la ultima vez en que me enamore. Un amor de adolescentes, tan enérgico y a la vez tan doloroso y costoso de superar. Con el tiempo logre entender las razones de cada dolor, entendí porque era necesario que yo pasara por eso y logre soltar todo lo que me hería profundamente el corazón.
Permítanme afirmar que quien ha tenido la suerte de enamorarse en su adolescencia, al momento de separarse en lo único que pensaba es en que nunca mas podría sentirse así con otra persona. No se realmente por cuanto tiempo me ha perseguido ese pensamiento, tampoco podre descubrir nunca el momento exacto en el que desapareció. Hay cosas que simplemente ocurren progresivamente, a estas no se les atribuye una fecha, hora ni lugar en especifico, solo pasan y ya.
En todo ese proceso de soltar y darle a mi corazón un poco de paz, me reencontré con alguien de mi infancia todo se dio de manera imprevista. Soy fiel creyente de que todo en esta vida pasa cuando tiene que pasar y con un sentido razonable, tanto las cosas que nos agradan como las que no. En este caso todo parecía apuntar a un reencuentro que podía terminar en algo mas que una amistad, el destino siempre hacia que de alguna forma u otra nos encontráramos en el mismo lugar, aunque quien era consciente de esa coincidencia siempre era yo. De esas tantas veces que nos encontramos, nos hablamos cara a cara solo una vez, aunque no fue muy bonito el contexto. Siguiendo en el tema del destino, también creo que a veces hay que ayudarlo, pero claro que esto lo descubrimos luego de no haberlo echo y ver que consecuencias trajo eso, nuevamente encontramos que todo pasa por algo, en su mayoría de las veces para aprender y hacer un cambio en el futuro.
Todo se encontraba en estado neutral, aunque al principio tenia la ilusión de que pudiese terminar en algo mas, mis fantasmas internos no me permitían confesarle lo que realmente sentía por el. Un tiempo después supe la noticia, el se había enamorado de alguien mas, en ese momento me encontraba en el trabajo, mis pequeños minutos libres los utilice para replantear todas mis acciones, todo lo que me había guardado, cuestionaba mis "malas decisiones". Aunque ya era demasiado tarde mi mente no podía dejar de pensar en todo lo que podía haber pasado si hubiese tomado decisiones diferentes, en medio de toda ese enredo mental alguien llama a la puerta, cual señal de la vida, con solo mirar a quien llamaba algo en mi se sintió diferente, por dentro algo me decía que no era insignificante su presencia en ese momento.
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UN DESTINO ESCRITO
RomanceImaginar la vida como algo perfecto, pero no como el ideal que la mayoría se ha creado de perfección, sino poder reconocer que en todo lo que sucede hay un aprendizaje, ver como cada detalle aunque sea muy pequeño esta ahí por algo y si no existiera...