CAPÍTULO 15

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Anteriormente

Fugaku: te dijo un secreto peque -dijo agachándose a su altura-

Sasuke chiquito: un secreto -se le abrieron los ojos – cual, cual, dime papá

Fugaku: tu… eres…

Hoy

Fugaku: tu… eres… mi pequeño consentido, campeón

Sasuke: enserio papi!?

Fugaku: claro que sí -le dio un abrazo-

Años después

Fugaku: sasuke, necesito hablar contigo -dijo serio-

Sasuke: si que pasa padre?

Fugaku: es cierto que te gustan los hombres?

Sasuke: bueno no te lo quería decir de esa manera pero si -dijo con una sonrisa no muy notoria-

Fugaku: yo no quiero ningún maricon sasuke- dijo alzando la voz-

Sasuke… “¿que?” -pensó-

Fugaku: entendiste, no quiero ningún maldito maricon en mi familia -dijo irritado-

Sasuke: pero padre no es nada malo que me guste --- -lo interrumpió-

Fugaku: ¡eres una maldita decepción sasuke! -gritó con cólera-

Fin del flashback

En la habitación del cuarto oscuro 25 piso tres, el ónix estaba sentado en el piso deseaba olvidar todo, no quería saber nada del mundo era triste su caso

Sasuke: maldita sea quiero olvidar todo -dijo levantándose y dirigiéndose al baño -quiero olvidarlo -dijo golpeando con sus puños el espejo-

El objeto se partió en mil cuadritos cayendo al piso, esos filosos vidrios hicieron varios rasguños al azabache por toda su mano, cayendo de gota, en gota, el ónix ,lleno la tina y se dispuso a olvidar lo dicho por su madre, igual como lo que hizo al olvidar las palabras de su
supuesto “querido padre”

<enfermería>

Mikoto: entonces se va a quedar aquí?

Doctora: así es, ya le dije que hace rato que despertó -contestó-

Mikoto: y ahora está despierto

Doctora: parece que se volvió a quedar dormido

Mikoto: entonces me puedo ir tranquila?

Doctora: clara que si señora mikoto, naruto esta biuien solo tenia un poco de fiebre, se
quedara en esta habitación y lo estará revisando la enfermera -contesto-

Mikoto: ya es muy tarde, debería ir a descansar de igual modo no cree

Doctora: no se preocupe ya estaba de salida señora

Después de salir y darse un baño de agua fría con la mano vendada para que curara la herida, salió de su habitación y caminó por el internado, pensando en cómo arreglar la situación y disculpándose en las dos partes, aunque toda la culpa, tampoco fue del ónix. Lo primero que le circuló por sus pensamientos era disculparse con el rubio y darle las gracias
por lo que hizo al llevarlo a la habitación todo ebrio, sus pies siguieron caminando mientras él andaba por el internado, sin que nadie se diera cuenta, hasta que llegó a la enfermería y observo que nadie estaba cerca y entró. Fue directo a la primera camilla que tenía la enfermería ya que constaba con 10 de ellas, separadas por unas cortinas, pero por ser
inicios en el internado nadie resultaba herido ni lastimado, así que entró sin más y visualizó a un rubio acostado, dormido.

No soy gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora