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En una mañana de universidad como todas las demás, aburridas y sin nada interesante que hacer más que esperar la hora de salida, un cierto pelinegro estaba frustrado con la vida y el mundo viendo al chico que le encantaba desde lejos, el muy hijo de puta tenía un novio que para sus ojos no lo valoraba lo suficiente, tomaba a TaeHyung como un chico más, como uno más en su vida, no dándose cuenta el verdadero valor de aquel chico... O al menos eso pensaba JungKook.

– ¿Que tanto miras JungKook?– la voz de su mejor amigo, NamJoon, lo hizo apartar su mirada del un cierto peliazul.

– ¿A quien crees tu?– alzó una ceja volviendo a ver al chico quien estaba con su novio.– Maldita sea...– bufó molesto cuando estos se dieron un suave beso disimulado en la mesa donde estaban desayunando.

– Ay, JungKookie.– Nam puso su mano en el hombro del azabache.– ¿Por que no le dices lo que sientes? Ya se que YoonGi es su novio pero... Ya sabes, robaselo.– alentó.– Así como el hizo.

– Lo sé, ¿pero estaria bien robárselo?– Kook miró al peliplata con el ceño fruncido completamente confundido de aquellas palabras.

– Si, enamoralo, conquistalo, robaselo. Hazlo, te aseguro que ese lindo cabello de pitufo se enamorara de ti, pero si no lo intentas...– dejo su frase al aire viendo a Jeon meditar sus palabras.

– Supongo que tienes razón.

– ¡Claro que la tengo!– dijo asomando sus hoyuelos.– Pero eso si, he escuchado que TaeHyung está bastante peligroso.– burló viendo a JungKook rodar sus ojos.

– Lo se...– apoyó su codo en a mesa para poder descansar su cabeza en su mano.– Peligrosas son esas malditas curvas.

Se mordió el labio viendo como la mano pálida de Min descansaba en la fina cintura del peliazul, la camisa blanca medio transparente que cargaba el chico dejaba ver a contra luz esas bellas curvas y del como su pantalón tonificaba ese traserito de melocotón.

– Estoy jodido.– musitó JungKook viendo a Tae irse de la cafetería.

– No, no lo estas. ¡Anda! Siguelo.– palmeaba su espalda de modo en que el pelinegro reaccionase y fuese en buscas del chico que lo tenia a sus pies.

Jeon se levanto con rapidez siguiendo a paso apresurado al mas bajo. Giró en una esquina viéndolo buscar algo en su casillero con un lindo puchero en sus labios. Se enderezó agarrando fuerza y seguridad comenzando a caminar hacia él.

– Hey.– saludo cerrando su casillero con suavidad viendo al peliazul levantar la mirada con confusión.

– Hey Kook.– sonrió tiernamente viendo al contrario.– ¿Necesitas algo?

JungKook apretó sus labios dejando ver un ligero hoyuelo cerca de su labio. Alentandose a si mismo y llenándose con las palabras del moreno, dió un paso hacia adelante encarando al peliazul viendo como este sonreía de lado.

– Mh...– ladeó la cabeza sin dejar de ver los belfos ajenos.– Tae, ¿te puedo contar un secreto?– ante su pregunta tan sorpresiva el mayor asintió sin pensarlo dos veces.

– Prometo no decirle a nadie.– le susurró como si alguien mas estuviese escuchando la conversacion.

Jeon solto una risa nasal viendo al peliazul con cariño.– Me tienes a tus pies, muy malditamente es así.– dijo sin dejar de mirar al más bajo, por su parte TaeHyung ensancho su sonrisa tornándola coqueta.

– ¿Ah si?– preguntó divertido tocando su pecho descaradamente haciendo unas pequeñas figuras inexistentes sintiendo el pecho duro y formado del mas alto.– ¿Y eso?

– No te hagas...– susurró acercándose levemente viendo y sonrojándose al instante cuando el contrario hizo lo mismo.– Sabes que eres hermoso y no tienes piedad de mi.

– ¿Como tener piedad de ti JungKook?– dijo acercándose más al azabache, se hinco un poco estando a nada de besar sus labios, pero de verdad, ¡a nada! Incluso Jeon sintio los labios ajenos rozar con los suyos.

Pero más la desgracias estaba del lado de JungKook que la suerte, ya que el teléfono del mayor sonó por una pequeña alarma, la alarma de las clases, al menos compartían esa clase, por lo menos.

– Ay, JungKookie.– murmuró Tae colocando su dedo índice en la punta de la nariz contraria guiándolo a sus labios sitiendo como el cintrario atrapaba su dedo entre sus dientes, sin mentir fue una sensacion muy exitante ver aquello.– Como me haz dejado con ganas.– vió su dedo ser liberado.– Hay que ir a clases, vamos.– le guiño el ojo comenzando a caminar directo a su salón balanceando sus caderas de un lado a otro dejando a un pelinegro mas que frustrado.

• • •

– Veo que no te fue muy bien...– musitó NamJoon viendo a su amigo con el rostro pegado a la mesa con sus brazos extendidos hacia delante.

– No se si me fue bien o mal.– susurró levantando su cabeza.– Lo iba a besar pero su puto celular no pudo sonar a otro hora. Juro que ahora odio a todas las alarmas existentes.– achicó sus ojos viendo a TaeHyung en su mesa que estaba mas adelante hablando con una amiga.

NamJoon rió levemente, su amigo tenia o demasiada mala suerte o solo era muy lento.

– En la salida le vuelves a hablar, te hago el favor de dejarlos a ambos aquí encerrados, ¿Que tal?– JungKook sonrió malicioso asintiendo eufóricamente.

– La verdad es que siempre lo supe Lisa, es un completo hijo de puta. ¿Pero sabes algo? A mi nadie me ve la cara de idiota.– entre el bullicio de los estudiantes hablando entre si, se escuchó la conversación del pelo pitufo hablando con su mejor amiga.

– ¿De quien habla?– el moreno cual chismoso miró a JungKook quien también le estaba prestando atención a la conversación, ambos parecían aquellas típicas amigas viejas chismosas pendientes de la vida ajena.

– No sé... Creo que de YoonGi.– ambos tenían una mueca cómica aun pendientes de la vida ajena.

– Completamente.– dijo Lisa.– ¿Pero no tienes pensado con quien?– el asentimiento de cabeza de Tae los hizo abrir la boca.

– JungKook. Hablamos hace nada. Y te aseguro que no me pondra ni un pero.– dijo Tae con superioridad.– Para mi YoonGi que se vaya a la mierda. Pero con un regalo de recuerdo.– siseo con una gran y confianzuda sonrisa.

Ya el resto de lo que siguieron conversando ya no lo escuchaban ya que otro grupo que estaban detrás de ellos comenzaron a gritar y fastidiarse entre si.

– Hijos de puta, ¡callense!– chilló NamJoon recibiendo risas y burlas del grupo contrario.

– Ya que, nos quedamos sin chisme pero supimos los interesante.– el ceño fruncido de Nam se disipo de inmediato.

– Y lo interesante es que tu estas metido en algo pero no sabemos en que... Ay, ya que, ¿seguimos adelante con el plan?– interrogó con una ceja alzada.

– Seh...– asintió quitándose el suéter quedando en una fina camisa de color gris.

– JungKook.– la voz de Tae lo hizo voltear de inmediato sonrojándose un poco al verlo de frente a él.

– ¿S-Si?– casi muere al darse cuenta que tartamudeo.

– Aquí tienes. Mi número de teléfono.– le guiño el ojo dándole un papelito con su nombre escrito en bolígrafo rojo y su número.– Para quedar un día, ¿te parece?– su voz sonaba muy, muy sexy para Jeon.

– Claro.– musitó devolviéndole una sonrisa coqueta. Tae se mordió el labio mirándolo dándose media vuelta para ir a su puesto donde lo esperaba Lisa con una sonrisa complice. – Ya no necesitamos el plan.– dijo ido viendo el papel y detallando la hermosa y legible letra del peliazul.

Two Days || KookTae ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora