Destinos Entrelazados

𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗰𝗶𝗻𝗰𝗼

Con Towa y Tamano

Ambas mujeres ya se encontraban empacando sus pertenencias, hasta ahora les parecía surrealista que todo eso estuviera sucediendo.

—¿Terminaste de empacar? —cuestionó Tamano a su amiga.

—Si, ya tengo todo listo.  —la albina tenía en mano su maleta.

—Yo igual, ya le devolví la llave a la casera, es hora de irnos. —su voz denota emoción.

Las dos miraron por última vez el departamento donde habían estado viviendo durante meses. Salieron del lugar, cerrando la puerta tras sí, sin esperar que sus vidas darían un giro inesperado.

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Mansión Shimura

—Pero con una era más que suficiente. —decía Setsuna a sus padres quiénes la escuchan atentamente —no entiendo, ¿por qué dos?

—Princesa, una más no nos vendría mal, además, debes entender que somos muchos en esta casa y todos estamos muy ocupados. Y sobre todo con tu regreso habrá más trabajo.

La castaña alzó el ceño ofendida.

—Osea, gracias a mi están contratando a una de más e insinúas que soy una carga. —dijo ofendida.

—No malinterpretes hija —hablo Midoriko —tu padre no quiso decir eso. La causa es que con tu llegada las tareas en el hogar aumentan, y todos nosotros a partir de esta semana estaremos ajetreados. —explica serena.

—Eso lo acepto —ya no estaba molesta —sin embargo, no hables por todos madre, yo opino que deberían ponerle un mantel a Riku y que ayude a Sanae. Mi hermano solo es un vago, de algo debe de servir.

—¿Hablas de mi hermanita? —el pelirrojo hizo acto de presencia en la sala.

—Hablando del Rey de Roma el idiota se asoma.

—¿Por qué la agresividad hermana? —fingía dolor.

—Porque no haces nada, estás de vago en la casa.

—Para tú información, yo modelo.

—Como si fuera la gran cosa ser modelo.

—Lo es, pero al parecer estás celosa dado que nunca te llamó la agencia a la que fuiste.

—¡Basta! —ordenó Kirinmaru —Ambos ya están grandes para seguir con sus peleas infantiles.

—¿Infantiles? —dijeron ambos ofendidos.

Midoriko y Kirinmaru suspiraron.

Si.

Demasiados infantiles.

Luego de una larga charla entre los cuatro, finalmente los hermanos Shimura estaban por irse a sus respectivas habitaciones, no obstante en ese momento...

—¿Sus cosas ya están acomodadas? —escucharon decir a Sanae.

—Así es señora Sanae.

Las voces se hicieron más audibles hasta que vieron a Sanae junto a dos chicas.

Riku se sorprendió al ver a la peliblanca.
Setsuna seguía con su expresión seria.

—Joven Riku, señorita Setsuna, ellas son Towa Tanaka y Tamano Furusawa, las nuevas empleadas de la casa. —anuncio en cuanto los vio.

Tanto Towa como Tamano observaron a los hermanos.

El pelirrojo veía fijamente a Towa, los recuerdos de la primera vez que la vio se hicieron presentes. Sonrió con malicia, cobraría venganza por la vergüenza que esa albina le hizo pasar.