Prólogo

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Desperté por la alarma que provenía de mi teléfono móvil, la misma alarma de siempre, a las siete de la mañana para ir a mi empleo; en el restaurante "Starbucks". Dios que era estresante ese lugar.

Me coloque el uniforme; la playera de Starbuks con su logotipo en ella, muy sencilla. Los pantalones y zapatos eran al gusto mio. Cepille mi cabello que llegaba debajo de mi pecho, este era castaño ondulado. Lo deje suelto, tal y como me gusta. Me maquille, exagerado como lo hago yo; solo con el deliniador.

Salí ya preparada de mi habitación mirándome por última vez el espejo del pasillo. En la sala, mi mamá (Alice McGowan) estaba en el comedor desayunando casi hipnotizada por la televisión quien estaba en un canal de... "Novelas románticas", típico de mi mamá.

-Buenos días- dije con una pequeña sonrisa mientras agarraba un yogurt de durazno.

-Hola...- respondió sin mirarme y siguiendo hipnotizada por la televisión.- ¿Puedes creer qué Lisa se caso con ese imbécil?- dijo, referente a su tonta novela.-¡Demonios! Que tonta...- murmuró, cosa que pude escuchar. Rodee los ojos ante su comentario.

Acabe rápido con el yogurt y un paquete de galletas oreo para terminar de desayunar e irme. Odiaba trabajar pero odiaba estar en mi casa. Al terminar, fui directo al baño a lavar mis dientes.

-Mamá, ya me voy...

-¡No, no, no! Demonios- dijo interrumpiendome, pero se dirigía hacia la... "Lisa" de su novela al decir el "si acepto" al imbécil, según mi madre. Hay veces que comparó a mi mamá viendo sus novelas y a mi padre viendo el fútbol... Y el que exclama menos viéndolo es mi padre.- Ah, adiós cariño. Buena suerte- dijo mi mamá con una amable sonrisa. Ella era así siempre, excepto al ver sus novelas.

-Gracias. Diviertete con... "amor y rechazo"- dije haciendo una risita al mencionar el tonto nombre de su novela.

-¡Ah, desearía! La próxima en casarse es Natalie- Rodó los ojos haciéndome reír

Salí de mi casa y baje las escaleras con absoluta calma; faltaba aún treinta minutos para entrar a trabajar lo cual tardaba en llegar diez minutos. No quiero apresurarme.

Miraba cada uno de los departamentos de mis vecinos, donde lo único que podía ver eran las puertas decoradas con adornos relacionados con halloween; ya casi llegaba esa fecha. Seré sincera, yo no conocía a ninguno de mis vecinos, solo mi padre lo hacían.

Un carro de mudanza enfrente del departamento me hizo llamar la atención. ¿Se mudará alguien? ¡Ah, cierto! Olvidaba que ya habían vendido el departamento 202. Me pregunto si los nuevos vecinos pueden tener alguna hija o hijo que sea de mi edad; eso es lo que siempre deseo cuando alguien se muda, y en mis 17 años aquí, nunca ha ocurrido.

Moví mi cabeza para dejar mis estúpidos pensamientos que siempre me hacían quedarme totalmente sin los pies en la tierra. Seguí bajando las escaleras hasta toparme con el último piso. Salí de el departamento sin dejar de curiosiar sobre los nuevos vecinos. Odio que los humanos seamos tan curiosos. Al parecer, un guapo hombre con traje bastante decente bajo de un auto gris plata que estaba detrás de él camión de mudanza. ¿Será el?. Si lo es, que mal, al parecer no tiene familia porque nadie más bajo de el auto.

Yo, sin poder reaccionar como siempre me pasa cuando pienso, me quedé mirándolo. Este lo noto y me miro por un pequeño momento; lo cual sentí que el tiempo se hizo lento al chocar nuestras miradas. Sentí un leve calor en mis mejillas y mire hacia otro lado rápidamente y tratando de evadir el camino por donde el pasaría. No quería volver a voltear para ver que actitud hizo, por más que era mi curiosidad, quería dejar mi orgullo intacto para que el no pensará que soy bastante raro al haber echo eso.

Me fui hacia mi auto rojo rápidamente tratando de evitar cualquier mirada o llegaría tarde.

Ya a tiempo por fin en Starbuks, suspiré por lo rápido que iba. Al entrar, la mayoría de los que trabajaban ahí me sonrieron o otros me saludaron con su mano y yo les devolvía el gesto. Pero Alison Klein, como siempre llegaba emocionada hacia mi a abrazarme y saludarme, como siempre, le devolví el gesto.

-¡Kathryn! Pensé que no llegarías- dijo Alison emocionada

-Yo igual...-suspiré

-¿Por qué tardaste?- pregunto mientras caminábamos a entregar el pedido de la mesa dos

-Dos palabras: nuevo, vecino- dije numerando con mis dedos. Al decirlo, Alison me miró con su típica tierna sonrisa

-¿Es guapo?- pregunto con una pícara sonrisa. Reí

-Si, ¡mucho!-exclamé- Pero... Parece muy grande

-Bueno, es mejor que le preguntes- dijo sirviendo el café

-Claro, después de que hable con Johnny Depp- dije con sarcasmo. Ella rió.- ¡Vamos! ¿Qué tal si es súper mayor y me vería como una...- baje el tono de voz- perra preguntando su edad?

-¡Kathryn!- exclamó Alison riendo- No hay nada de malo si le preguntas su edad. Solo empieza a hablar cordialmente con el tratando de conocer y luego preguntas su edad- dijo dejando el frapuchinno en la mesa cinco.

-Así cambia la cosa...- dije mirando hacia el café negro que servía. Se lo entrege a Alison y ella a otro de los clientes.- Pero... Me da algo de pena hablar con el.- dije recordando cuando hubo ese incómodo contacto visual.

-Tranquilizate- dijo ella mirándome a los ojos- Lo harás bien. Olvidate de Ryan- al ella mencionarlo, se me erizo la piel. Pero su tierna y confiada sonrisa me hizo sentir bien. Le sonreí devuelta.

-Gracias- dije con una sonrisa muy amable. Ella asintió aún con su sonrisa en su rostro

Ella tenía razón, debía de olvidar a Ryan y tratar de intentar algo con alguien más. Yo se que a él le gustaría eso, seguir adelante con mi vida. Y lo haría, yo lo haría.

Después de pasar OTRO día en Starbuks. Salí al fin a las siete de la noche, donde fui acompañada por Alison, sin dejar de hablar.

-¡Ya eso le dijo!, y yo me quedé así de... "¿Qué?"- comento Alison haciéndome reír sin parar de toda su historia.

-¿Y qué hiciste?- pregunte tratando de tranquilizarme

-Pues, dije que iba a el baño dejándolos peleando- respondió. Haciéndome reír de nuevo- Pero ya, regresando al tema...-suspiró recargandose en su auto- ¿Le hablarás?- pregunto seria haciendo que mi risa desapareciera

-¡Ali!- exclamé- me haz preguntado eso todo el día...- bufé

-Tu aún no dices: "si"- hizo comillas con sus dedos

-Es que... No lo se...

-Kathryn, solo ve a ello- dijo poniendo sus manos en mis hombros con su sonrisa confiada

-Te diré la verdad- dije seria suspirando ruidosamente- Tengo... Miedo- mencione con dificultad. Al comentar, Alison me miró con tristeza y me dio un rápido abrazo.

-Tranquila, lo harás bien ¿Si?. No ocurrirá lo mismo que con Ryan o Ryan vendrá y te jalara las patas en la noche- reí- Ve ha hablarle y tal vez, puedas tener un nuevo amigo o pareja- Encarnó una ceja. Reí y me límite a asentir.

-Vamonos ya- ordene- ya se está haciendo de noche- Alison asentio.

-Adiós- dijo con una sonrisa tierna- Cuando le hables, exijo que me cuentes cada detalle- me señaló con su dedo índice. Reí y asenti.

-Claro, lo prometo- sonreí- Adiós, nos vemos el lunes- me despedí subiendo al auto al igual que ella.

Fui a el departamento, de nuevo. Siempre era lo mismo: Ir al colegio -solamente los sábados-, ir la trabajo y regresar al departamento para dormir.

Subí las escaleras para dirigirme hacia mi departamento, el 402, hasta arriba. Siempre era cansado subir pero lo era aún más cuando íbamos al mandado y traíamos las pesadas bolsas. En el segundo piso, el departamento 202 llamo mucho mi atención y quede observándolo unos minutos.

«¿Le hablo? O ¿No le hablo? ¿Le hablo...?» pensé varias veces.

Dure bastantes minutos pensando en ello, que no escuche los pasos detrás mio.

-¿Qué haces viendo asi mi departamento...?

Mayor de EdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora