¿Qué es la "filofobia"? Te estarás preguntando. En resumidas cuentas, es el miedo al amor. Una cosa que abunda mucho en este siglo "Millennial". He hablado cientos de veces sombre el compromiso amoroso, sobre las etiquetas, las relaciones de pareja y demás conceptos relacionados. Cosa que he acabado contrastando con todo lo contrario. Es decir, la ausencia de etiquetas o la presencia de ellas para aclarar algo que dice así como: "No te enamores de mí, que yo ahora no me puedo permitir enamorarme". "No te enamores de mí, que yo no me puedo permitir sufrir por nadie". "No te enamores de mí, que yo no quiero verte llorar". "No te enamores de mí, que esto es sólo sexo".
Desafortunadamente, encuentro tres personas (por decir un número escaso) con ganas de enamorarse. Y el resto de lo que es la población en sí busca justamente lo contrario. Aunque digan que de valientes está lleno el cementerio, considero que es muy importante enfrentarse a los miedos que tiene cada uno. Porque si se sigue postergando ese enfrentamiento, al final los miedos van a acabar alimentándose de nosotros. Si cada vez que intuimos que vamos a sufrir, o vamos a salir mal parados en una situación determinada, huimos, ya no queda nada que merezca la pena vivenciar, nada más que vivir. Porque lo cierto es que hemos venido aquí para hablar de cosas inevitables.
¿Qué es "inevitable"? Te estarás preguntando. Inevitable se considera algo que no puede ser evitado, como la propia palabra indica. En este caso, voy a hablar de dos cosas inevitables en esta vida: el sufrimiento, y el amor.
Mucha gente se escuda detrás del sexo o las relaciones esporádicas, para no pagar impuestos. Creen que si utilizan las etiquetas apropiadas van a poder escapar del amor. Y espero no sonar machista, pero este tipo de casos se da más en hombres. Ellos creen que el sexo es la comida con la que creen que sobrevivirán en el desierto de la vida. Pero la comida entendida como algo a medio gas, la comida entendida como el sexo. Cuando el amor es el agua, aunque aún no se han dado cuenta. Creen que pensar en frío, o en este caso en caliente, les da para llenar la mitad del depósito, que en este caso es lo único que les interesa y lo único con lo que creen que podrán sobrevivir. Esta es su forma enfermiza de relacionarse con el amor. Su forma de satisfacer sus necesidades. Su forma de "conectar" con quién les resulta apetecible.
En la mayoría de los casos, la gente que tiene este tipo de relaciones, las tiene como consecuencia del sufrimiento, del desamor, de la decepción, de la deslealtad, de la infidelidad. Por lo que tienen relaciones sexuales con desconocidos de los que creen que jamás se enamorarán. Quizá elegidos a conciencia con este fin, de manera que se alejan de las personas que les puedan interesar de una manera trascendental o casi amorosa. Pero en lo que no han caído todavía es en que el amor es inevitable. Quizá se pueda eludir o esquivar la flecha de Cupido por un tiempo, pero al final te alcanzará. No creas que has dado con la fórmula exacta para que esto no te suceda a ti. Porque no hay ningún truco que funcione para ello. Quizá que no te haya tocado todavía coincida con el hecho de que todavía no te ha llegado el momento de enamorarte.
Que la lección a aprender no es no enamorarte más. Que se trata de aprender otro tipo de lección mucho más concreta acorde con lo que has vivido tú de forma particular. Que se trata de ver el amor desde una perspectiva optimista. Que la solución no es extirpar el órgano entero infectado para poder seguir viviendo, porque así no se puede vivir. Que los errores que cometiste, cometes y cometerás serán para aprender sobre tu caso particular. Que servirán para descartar, para estrechar el círculo, para saber lo que quieres en una relación. Y es más, cuantos más noes saques de la chistera, menos te quedará para alcanzar el sí definitivo. Es decir, que cuantas más personas descartes como posibles parejas, más cerca estarás de tu persona ideal. Esto no lo digo yo, es probabilidad pura y dura.
¿Cuál es el miedo entonces? Te estarás preguntando. Lo que viene después del amor: el desamor, la decepción, el sufrimiento. Hablando de sufrimiento, otra cosa inevitable. El problema es que si ya de antemano piensas que vas a sufrir, sin siquiera haberle dado la oportunidad de respirar a la relación, está claro que vas a sufrir. Porque con esto lo que haces es propiciar una caída estrepitosa. Y te voy a poner un ejemplo de los Simpsons: ¿Recuerdas cuando Todd Flanders está escalando en un rocódromo y su padre no hace más que decirle que se va a caer? ¿Recuerdas lo que pasó después? Exacto, que se cayó. ¿Por qué? Te preguntarás. Porque la predisposición negativa casi que evoca resultados negativos, los atrae. Es como la ley de atracción, a nosotros casi que nos llega lo que proyectamos. No se puede ir por la vida pensando en cortar una relación para no sufrir. Porque si se tiene que sufrir, se sufrirá igual aunque no por la misma persona y no por lo mismo. Porque el amor no se puede extirpar, como te decía antes, es inevitable. Cuando ya estás enamorado, cortes o no la relación, seguirás estándolo. Algunas veces hay que apostar por lo que creemos que merece la pena, aún con la posibilidad de que podamos sufrir por ello. Sobre todo si la recompensa que hay detrás de tanto esfuerzo, paciencia, y dedicación es el amor. Que es algo maravilloso.
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Subo como la espuma
RandomEstoy teniendo problemas con mi blog. Así que aquí escribiré textos variados que se me vayan ocurriendo. Desde amor, a desamor o cualquier cosa que no tenga que ver con ello. Espero que lo disfrutéis, que comentéis vuestra opinión y que compartáis e...