Prólogo.

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Un chico de estatura promedio termina de ponerse sus anticuados tenis rojos, esos que resaltan más que cualquier cosa que tenga puesta.
Toma su mochila amarilla y camina hacia la puerta, mirando hacia atrás para despedirse de mamá.

—Me voy, mamá.—lo dice con un tono de voz bastante tosco y en sus ojos no se encuentra el típico brillo que todos los jóvenes como él deberían de tener.

Su mamá le muestra una sonrisa algo torcida, está a punto de echarse a llorar.

—Muy bien, Izuku, que tengas un excelente día.

Él asiente con la cabeza y sale de casa, preparado para enfrentar un nuevo día de mierda.
Todo mientras deja a su madre llorando en el pasillo, ella sabe, sabe que lo descuidó bastante debido al trabajo, sabe que no lo protegió como debió haber hecho.
Su pequeño sufre en silencio, haciéndose cada día más fuerte, entrenando hasta el cansancio para defenderse de esos bastardos que se atreven a lastimarlo.

¿Pero qué puede hacer? El dinero no es mucho, así que no puede cambiarlo de escuela, apenas y puede mantener la casa.
También Izuku se esfuerza demasiado en la escuela con tal de conseguir un buen puesto en la gran y prestigiada preparatoria U.A
Aquella escuela en la que tendrás un futuro exitoso asegurado, es difícil entrar, solo la gente rica y con gran inteligencia son capaces de hacerlo, pero ella confía en su bebé y en su gran capacidad de superar cualquier adversidad.

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El ruido de un golpe seco se escucha en la zona más alejada y solitaria de toda la escuela, una maldita, horrorosa y jodida escuela.

—No dejen que se mueva— ordena el líder.

Es un chico alto, con cabello rubio y muy desordenado, de ardientes y exóticos ojos rojos, su belleza es notoria, pero lo es más su apellido.

Katsuki Bakugo.
Hijo de los famosos diseñadores de moda de todo japón, Mitsuki y Masaru Bakugo.
El futuro heredero de la empresa familiar, o al menos eso piensan todos, las malas lenguas tienen la teoría conspirativa de que Katsuki planea mantenerse alejado de ello y dedicarse a otra cosa.
Lo que nadie sabe en realidad, es el motivo por el que está en una escuela tan patética como esa, podría estar en la élite, pero no, se encuentra aquí.
Lo más patético del asunto, es que se ha vuelto un bullying, pero bullying del único al que alguna vez llamó mejor amigo

Justo ahora sus secuaces lo tienen sujeto de las extremidades, aunque Izuku ha entrenado mucho, hay algunos puntos en su contra que le impidieron escapar de él.

El primero, se lo encontró en los pasillos y venía con sus garrapatas.
Segundo, ellos fueron más fuertes y más rápidos que él.
Tercero, sigue sintiendo un poco de miedo hacia Katsuki.

Su mirada es indiferente pero dentro suyo se maldice por recordar en estas ocasiones aquellos días en los que aún eran amigos, fue hace casi diez años, eran unos mocosos que no sabían nada de la vida.

Sale de sus pensamientos al recibir el primer golpe en el estómago, el aire sale de sus pulmones y siente unas terribles ganas de vomitar.

—¡¿Acaso me ignoras, maldito?!—habla Katsuki, con su voz de preadolescente.

Izuku jadea intentando recuperarse, lo mira y no puede creer cuánto odio tienen esos ojos carmesí.
Siempre se pregunta el porqué.
¿Por qué lo odia?
¿Hizo algo malo?
¿Lo ofendió? ¿Lo hirió de alguna manera?
¿Alguna vez podría tener respuestas?

Bakugo alza el brazo y cierra el puño, listo para seguir desquitando su furia injustificada, pero justo a tiempo suena el timbre y él solo agradece un poco, soltando un suspiro disimuladamente.

Soportar tanto desgasta la mente.

—Hay que irnos...—es lo que dice antes de darse vuelta y comenzar a caminar— Ojalá no tuviera que ver su maldito rostro en todo el día...

Sus compañeros lo sueltan, dejándolo tirado en el piso.

—Tienes suerte de que Katsuki no tenga ánimos de romperte la cara.

Alguno de los dos le da un golpe en la cabeza, no ve quién es, tiene la cabeza agachada porque no quiere que vean sus patéticas lágrimas.

Se asegura de estar en soledad, y suelta el llanto, rasguñando sus brazos debido a la ansiedad e impotencia que siente.

—Otra vez...los dejaste otra vez...Midoriya Izuku...¡No hiciste nada!

Y así, otro día más, otro día menos, Midoriya Izuku o conocido como Deku, pasa la mayoría del tiempo odiando ser él mismo, odiando ser como es, por tener un corazón débil.

Un corazón que no quiere lastimar a nadie

Un corazón que no quiere lastimar a nadie

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Notas De Autora:

Sí, soy yo, cambié todo el prólogo y q.

Iniciado el 05 de Junio 2021.
•Editado el 19 de Febrero 2022.
•Editado (otra vez) el 22 de Febrero 2024.

El Niño De Los Ojos Tristes. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora