La luz del sol alumbraba ya, Manuel se levantó como de costúmbre, tenía que ir al colegio por lo que se alistó rápido.
Bajando las escaleras, veía que no habia nadie en casa, tal parece que su padre se fue de nuevo en busca de su madre.
Era inevitable no sentír esa sensación de soledad dentro de él...
"Manuel, toma el dinero que dejé en la mesa, úsalo para tu recreo y para el autubús, hoy nuevamente ire a buscar a tu madre y ten la certeza de que ella ya estará en casa cuando llegues".
Al parecer su padre le había dejado una nota pegada en la pared de la cocina.
A pesar de que el ya no era un niño, la ausencia de sus padres lo entristezía, se decía a si mismo que aún creyera en Dios para que algun día su familia se reuniera nuevamente, aunque siempre dijeran que su madre estaría en casa cuando él llegue, pero no era asi...Las horas pasaban dentro del salon de clases, Manuel solo miraba la ventana de su lado, era notable la tristeza que llevaba, dentro de el aún se preguntaba en que fallo para que su familia decayera de esa manera...
Aún recordaba esos momentos en los cuales su familia sonreía mientras hablaban acerca de Dios y todo lo maravilloso de el, o en las veces en que demostrában lo muy unidos que eran como familia y...como cristianos.
Pero ahora tan solo era caos, su padre no hacía caso a las súplicas de su hijo para orar más con tal que su madre no se desvíe de su camino recto y no vaya al camino del alcoholísmo.Alonzo, su padre tan solo ignoraba a su hijo con el pretexto de que no era de su incumbencia...
Al terminar las clases, se dispúso a irse lo más pronto posible, era insólito pensar que pasaría si esto empeoraba, todo era confuso.
Se decía a si mismo que creyera aún en Dios y que todo esto se resolvería pronto...
La sensación de esperanza se retomaba en el, y mientras aumentaba más y más, sus pies lo apresuraban, él prefirio ir a pie, la emoción se hacía presente y la sonrisa que demostraba era el resultado de eso.
Al abrir con un poco de neviosísmo la puerta, fue directo a la sala.- ¡Papá!, ¡mamá! ya llegue...
No había nadie, pero su esperanza aún trataba de sobrevivir, yendo hacia la recamara de sus padres con la idea de que ellos estarían ahí.
- ¡Mamá!, ¡papá! ya estoy aqui...
Cuando sus ojos se percataron que no estaban, sintió una punzada dentro de su corazón, era como si su fe y su esperanza se desplomaran.
- Por...que...
Su respiración se agitaba, las lagrimas empezaban a salir y su dolor lo consumía...
El sonido del telefono hizo que Manuel con cierta pesadez se levantara, aún con las lágrimas frías en su rostro, trago seco para luego contestar.
- Bueno...
- Hablo con el señor ¿Mendez?.
- No... pero soy su hijo.
- Bueno, entonces comuníque a su padre que el esta despedido.
- ¿Eh?...
- Le advertímos claramente que si hoy no venía, estaba despedído.
- ¡Pero!...no, esta bien.
- Es todo, que tenga una buena tarde, hm...Una vez colgado el telefono, Manuel aún seguía dolído, ya no le importaba el asunto de que su padre estaba despedído, era evidente que se la paso casi todo el día buscando a su madre, Manuel empezó a llorar más y más...
A lo lejos veía en un estante su biblia, hace tiempo que no la leía, pero por impulso comenzó a caminar a pasos lentos, lo único que quería era que alguien lo consuele."Clama a mi y yo te responderé..."
Jeremías 33:3
Sus ojos se engrandecieron por la sorpresa, ese versículo era su entrada para tener consuelo.
Aunque las lagrimas bajaban de sus ojos, se dispuso a arrodillarse y alzar sus manos, por alguna razón su fe lo llevo a orar."Señor..."
Se hacia un nudo en la garganta...
"Ayudame...Señor..."
"Se que he fallado...pero, por favor..."
"Perdóname"...
Empezaba a elevar su voz y sus lágrimas eras como agua corrída.
"¡Perdóname!...se que he errado, es tal que mi familia esta así, pero por favor....Señor ayudame, ya no quiero vivir de esta manera ..."
Sus brazon se apoyaron al suelo y agachado empezó a suplicar.
"Señor...tu eres mi fortaleza..."
"Cambiame, se que tu eres mi ayuda única en todo..."
Su voz se fue calmando, sentía una tranquilidad...
"Señor si tu asi lo quieres, levanta nuevamente a mi familia"
Sintió un calor que pronto fue desvaneciendo su dolor.
"Señor, te prometo que no me apartare de ti...nunca más..."
Empezó a guardar silencio, al costado suyo estaba su biblia abierta, pero Manuel no lo había abierto nuevamente...
Un suspiro de paz salió de su boca, entendió de lo ciego que estaba antes, ese dolor, ira, soledad, que sentía, era solo un tropiezo que pronto lo íban a llevar a la perdición, sintió el sonido de la puerta principal abriendose.
- ¡Hijo!...
Escuchó la voz de su padre, aún agarrando su biblia penso que Dios ya habia escuchado su ruego...y fue así...
- ¡Hijo!, ¡donde estas!
Empezó a caminar a pasos apresurados, bajando las escaleras, viendo a su madre y su padre.
- Hijo, ¡perdóname!...
Su madre fue directo a abrazarlo mientras lloraba.
Su padre también lo hizo, aún no entendía bien el cambio de su madre, pero sabía que había pasado algo entre ellos para que todo se resuelva.
Ahora era el momento para que el levante a su familia, con la ayuda de Dios teniendo fe.- Bienvenidos...papá, mamá...
Ese versículo le hizo abrir los ojos y mirar claramente, ahora el debía de convertírse en un verdadero soldado de Cristo para levantar a su familia...y unírla nuevamente en fe.
"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, por que yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia."
Isaías 41:10.
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SALIR DE LA PERDICIÓN
SpiritualRelato corto para el Concurso de escritura de la Editorial Vida con propósito. Tema:"¿familia feliz? Recuperando lo perdido".