Besos [BSD] (Shin Soukoku)

Parte Única

Nota: Hay una parte de la historia donde recomiendo leerla mientras se escucha la canción en la cabecera, lo indicaré con este símbolo • desde donde debe escucharse mientras se lee.

Ambos estaban sentados en aquel parque. Se habían encontrado por casualidad, pero increíblemente en lugar de pelearse como siempre, simplemente decidieron esconderse entre la maleza y árboles de uno de los rincones del lugar.

Era el día del beso.

En Yokohama les gustaba celebrar ese día, pero para ellos era muy incómodo, ver a muchas personas besandose en público, regalando besos o dando dulces en forma de labios y corazones era un infierno.

Atsushi suspiro mientras se recostaba sobre el césped detrás de aquellos matorrales, giro su rostro y miro a Akutagawa, este simplemente abrazaba sus rodillas a la vez que su mirada se veía triste y asustada.

— Akutagawa, ¿Estás bien? — pregunto, no siquiera se cuestionó que seguramente recibiría una negativa.

— No te importa — respondió de manera corta y tosca.

Atsushi negó, como siempre era inútil hablar con él.
De nuevo giro su rostro mirando hacia el cielo.

— Cuando estaba en el orfanato, el director no era el único educador que había ahí, de hecho también estaba la subdirectora — Comenzó a hablar, Akutagawa no le dijo nada, simplemente siguió en su misma posición — Ella...Ella era asquerosa — en esta última frase podía sentirse el asco de Atsushi al pronunciarlo — Varias noches ella escogía chicos mayores de 13 años y se los llevaba con ella durante toda la noche, yo pensaba que les daba un castigo similar al que el director me daba al encerrarme en el sótano, pero no, era peor — Atsushi se sentó y continúo su relato — Cuando tenia 15 ella me llamo una noche, yo fuí mentalizandome de que pasaría la noche encadenado a una pared, pero ella en realidad comenzó a tocarme — Su mirada se obscurecio — entre esos toqueteos ella me beso — rio de manera irónica — recuerdo me tomo fuerte de las mejillas y las apretó para obligarme a abrir la boca, realmente fue asqueroso, sin mencionar sus toqueteos a mi cuerpo — respiro profundo y suspiro — Para suerte o desgracia el director llegó a interrumpir y de verdad me encadenado en el sótano, aunque sinceramente fue la única vez que estuve felíz de estar ahí, pues solo el director tenía la llave, así que ella ya no podría tocarme.

El albino termino su relato y recargo su rostro sobre sus rodillas mientras las abrazaba, no esperaba que Akutagawa le dijera nada, de hecho ni esperaba que le hubiera prestado atención, pero quería desahogarse sobre ese hecho. Sorprendentemente Akutagawa empezó a hablar después de terminado su relato.

— Yo antes de unirme a la Mafia vivía en las calles, en los barrios bajos — comenzó a relatar el azabache — Cuando tenia 9 años, un día no logré llegar al lugar que podría llamar Casa, era una fuerte tormenta y tuve que refugiarme en un callejón obscuro — Akutagawa abrazo sus piernas más fuerte — Había encontrado una caja de cartón en la que entraba perfectamente, así que decidí dormir en ella, pero... — hubo un pequeño silencio — Un hombre me encontró y me sacó de la caja, pensé que quería golpearme como la mayoría hacia, pero en realidad tenía otras intenciones — apretó los dientes en una mueca — Empezo a querer sacarme la ropa, intente luchar pero obviamente el era más fuerte que yo, así que en uno de esos forcejeos el me besó, fue un beso repugnante, aquel sujeto apestaba a alcohol — Akutagawa mordió sus labios en señal de frustración — fue salvaje, brusco y grotesco, estaba ahogandome. Desesperado intentando defenderme de repente una de mis mangas se transformó y atravesó la garganta de ese tipo, fue ahí donde descubrí tenía una habilidad — Akutagawa bajo la mirada y simplemente observo el césped bajo sus pies — La vida nos odia Jinko.