Epílogo

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El abuelo Raúl me hace otra foto más a pesar de las protestas, se que lo hace porque no tiene ni idea del cómo apretar el flash, sin embargo es demasiado testarudo como para pedir ayuda.

—¡Estoy sudando como puerca!—Exclamo aburrida. Estoy enfundida en un vestido lila de noche, a pesar de ser casi las 8 el calor de Florida está a tope, es verdad cuando digo que mi maquillaje está a punto de desaparecer, necesitaré una última retocada por Maddie.

—Dame eso para acá viejo insolente—La abuela le arrebata a Raúl el teléfono, la mujer achica y agranda los ojos.—Louis pásame los lentes que está en la cocina.

Cuando el chico los trae ella se los acomoda, sonríe cuando logra sacar un par de fotos mientras abre la boca para concentrarse. Que rara es.

Mis hermanos, Louis y Madeleine se unen a mi foto, sonreímos ante el chiste sin gracia que papá ha soltado, el pobre cree que ha sido maravilloso.

Cuando estamos listos el abuelo trae su chatarra de colores que aún existe a la entrada.

—¿Es broma?—Pregunto claramente asustada, el por en cambio abre orgulloso la puerta del copiloto.—¿Puedo ir caminando?

—Te llevé al primer día de jardín en mi carrito hermoso, permite escoltarte a tu último día de preparatoria en el—De mala gana asiento, me despido de todos y proceso a subir.

Raúl tarda unos minutos en tratar de encender al escarabajo colorido, después de 5 intentos el motor ruge al igual que el abuelo que hace el baile de la victoria. Nos disponemos a salir hasta que Louis nos detiene, da unos golpes en la ventanilla pidiendo que la baje, atiendo a su orden.

—Feliz día hermana y toma—Me tiende un sobre, es una carta.—Ábrela cuando suene una canción importante en el baile.

—¿Qué te hace pensar que Corentine va a leer un tonto papel en la mejor noche de su vida?—Madeleine se cruza de brazos propinándole un golpe a su hermano. Está aprendiendo de la abuela muy rápido.

—Lo haré—Le doy una sonrisa, me despido por última vez.

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El gimnasio ha sido decorado con globos plata y dorado. Una noche entre estrellas es la temática de la noche. Bajo del escarabajo, no me apena mucho, y me integro a la fila de estudiantes que entran uno al lugar. 

Veo a Sheila luciendo un hermoso vestido rosa pastel, se que era más largo antes de salir de su casa porque veo el pedazo de tela que ha desmontado al llegar. Cuando me ve me dirige una sonrisa, la correspondo y muevo mis vista unos centímetros, Jackie. Esta me ve, luce apenada pero se que le da gusto encontrarse conmigo.

Me encamino a ellas, cuando las tengo enfrente es Jackie la que decide hablar.

—Corentine, amiga yo...

—No hay problema—La detengo, abro mis brazos para ambas—La cirugía me quitó esos recuerdos.

Se queda en shock unos instantes pero rápidamente suelta una carcajada.

—Si como no, ojalá te hubiesen quitado también lo babosa—Me corresponde el abrazo, las tres permanecemos así unos minutos.

—Esta será la mejor noche de nuestras vidas—Murmura con ilusión Sheila.

—Ojalá nadie se embarace—Termina Jackie.

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Estoy sentada en una de las mesas viendo como Jackie baila demasiado pegada con un chico, Andrew, el mismo Andrew, minutos después le grita algo demasiado alterada para después ambos fundirse en un beso pasional. Raro, lo se.

Dear CorentineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora