Three

7.7K 374 126
                                    


El auto se mueve de un lado a otro, la incomodidad de mi cuerpo es abrumadora, mis manos están atadas a una barra pegada al suelo del auto. Lauren está a mi lado cantando a todo pulmón una canción que nunca en mi vida había escuchado, mi cantidad de conocimiento en música es tan nula como el amor en mi vida.

Aún tengo el sabor a sangre en mis labios, me duele demasiado mi mejilla por la cantidad de golpes que había recibido la última cantidad de horas que estaba al lado de ella.

Sabía que algunas de las chicas que se las pasaban conmigo me decían que ella perdía mucho tiempo mirándome, e incluso que pasaba caminando a una distancia prudente lejos de mí, pero en realidad siempre pensé que eso era una pérdida de tiempo, que nunca podría tener a una persona persiguiendo.

Mis padres siempre se habían encargado de tenerme bajo su ojo vigilante, o por lo menos hasta donde lo pudieron hacer sin sentir que estaban perdiendo del tiempo. Mis antiguas amistades me habían dejado a un lado y guardado silencio siempre y cuando estuviera lejos de ellas.

Mis padres nunca fueron la mejor influencia en mi vida pero yo estaba tratando de hacer lo mejor de mí para no ser como ellos, para salirme de ese departamento pero aun así, aun así esperaba que ellos cambiaran por mí.

Tiro de la soga que me tiene atada lastimando por millonésima vez más mis muñecas, estaba tan enrojecidas que lo único que sentía era un fuerte ardor y esa sensación de que me está quemando las ataduras.

-No hagas eso bebé, te estas lastimando- ella murmura pasando su mano por mi mejilla, me alejo con molestia y ella vuelve su mirada hacia mi sin importar que estuviera manejando –Bebé no me hagas hacerlo de nuevo, no quiero que tu hermoso rostro siga lleno de sangre- su mandíbula se aprieta.

-Maldita loca- murmuro lo más bajo que puedo pero mis ojos se abren grandemente cuando el auto se estaciona de golpe dejando que el polvo de la tierra comenzara a teñir por unos minutos el aire que nos rodea.

Mi respiración se agita cuando su mano toma en un puño duro mi cabello.

-Sigues siendo una desagradecida mi vida, aun no entiendes que esto es por ti, para que seas malditamente feliz a mi lado, la única persona que te amara- cierro mis ojos dejando que ella haga lo que quiera. No es como si yo pudiera hacer algo diferente en este momento.

-Déjame ir, prometo no decirle a nadie sobre esto- susurro cuando ella está pasando su lengua por mi mejilla. Pero cuando miro hacia sus ojos han cambiado a un color mucho más oscuro.

-Te daré una ventaja pero si te atrapo querrás nunca haber salido de este auto- sus palabras son sombrías para una mujer con ese rostro. Mis lágrimas comienzan a bajar cuando ella saca de su bolsillo una navaja.

La desfunda y la pasa por mi lateral luego de pasársela por su lengua.

-Es tu decisión mi dulce niña- dice en tono bajo tomándome desde el mentón para besar mis labios.

Los aparto pero ella se molesta, aun así no hace más que bajar la navaja afilada por el centro de mi pecho y salta hacia la soga, pero antes de ella rasgarla pasa por encima de mí y abre la puerta del lado del vehículo.

Mis ojos se abren y estoy tratando de tirar de la soga aunque me duela. Me muevo con impaciencia y ella rasga la cuerda. No soy la persona más atlética que pueden conocer pero necesito salir huyendo de este infierno. No termino de decir nada cuando salgo corriendo del auto, mis manos siguen atadas juntas cuando mis pies están pisando la tierra caliente.

Me duelen las plantas de los pies mientras que sigo corriendo lo más que puedo, no puedo mirar hacia atrás porque sé que soy una persona descoordinada y lo más seguro es que termine tropezándome.

Doy lo mejor que puedo y el calor golpea mi rostro cada vez que mis pies siguen corriendo, mis pulmones no pueden mucho más, ellos ya están quemándome llevándome a tener dolor de tan solo respirar.

Pero las lágrimas empiezan a correr por mis mejillas cuando mi espalda está impactando contra un cuerpo haciéndome caer en medio de la tierra, mi cabeza da directo contra el suelo duro partiendo mucho más mi rostro.

-No sirves para esto dulce niña, te has querido ir pero no has podido, ya sabía yo que me necesitabas a tu lado ¿Verdad?- ella dice cerca de mi oído mordiendo el lóbulo de mi oreja, me agito y muevo con violencia debajo de ella pero me siento muy cansada para forcejear.

Siento la sangre volver a gotear de mi boca pero es peor cuando la siento volver a mover mi camiseta y mi braga. Una de sus manos toma mi cuello y lo aprieta mientras que la otra comienza alinear su miembro en mi entrada.

-Mi dulce niña- susurra y se mete de golpe.

-Nooo- lloro de dolor, mi cuerpo no quiere que este dentro de mí, me siento adolorida, me siento desgarrada. Mi frente cae en el suelo de tierra mientras ella busca la forma de que no me mueva debajo de ella.

-Estaremos siempre felices mi amor, te lo prometo- sigue murmurando mientras aprieta aún más mi cuello logrando que termine tosiendo por no poder respirar, mi nariz ha estado afectada por la caída y algunos golpes dejándome la poca sensibilidad para respirar.

No puedo decir nada más que dejarme hacer lo que ella quiera, nadie dijo nada cuando me saco a tirones de mi departamento, ahora en medio de la nada dudo que algo diferente pase.

Ella gime en mi oído mientras siento todo su semen dentro de mí, sale despacio pero no la veo a mi lado, dejo salir una bocanada de aire que suelto con un sollozo, estoy tratando de tomar aire cuando siento sus manos tomarme de mis tobillos y girarme, una sonrisa ladina en sus labios me hacen saber que lo que hará será peor para mí.

-No volverás a irte de mi lado ¿Verdad princesa?- me pregunta. No puedo responder pero siento como toma uno de mis pies, trato de saber qué es lo que hará pero su ira aparece en sus ojos –Aun así decidiste irte de mi lado. Te estoy dando todo y no me lo agradeces- sigue hablando mientras me arrastra por mis pies logrando que mi camiseta se alce y algunos raspones formen parte de los golpes en mi cuerpo.

Ella se detiene junto a una piedra, mi saliva me hace ahogarme cuando la veo alzarla, ella patea uno de mis pies y la deja caer en todo su peso sobre él.

-¡NOOOO!- grito casi desgarrando mi garganta. Mis ojos están cerrados mientras aprieto mis puños aun atados a la soga y siento impactar de nuevo la piedra en el mismo pie -¡NOOOOOO, LAUREN NO!- grite de dolor.

-No volverás a irte dulce niña-


*Disculpen los errores*

Mi Dulce Niña (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora