Ryōri no dokusen

Capitulo 1. Llegada

El verano había terminado y eso nos deja algo en claro... La Academia Ogamu ha abierto sus puertas, la excelentísima academia clase alta para chefs de elites, que ahora mismo está siendo controlada por la malvada organización DoKuheBi, la cual había elegido 5 chefs que sobresalían en su campo, dividiéndolos en 4 zonas distintas y Ryo se encontraba entre ellos. Por influencia de Shido Murasame, que formaba parte de Dokuhebi, él y Saiki Murasame, su hija, habrían obtenido privilegios de primera clase, uno de ellos un edificio completo que hacía función de laboratorio y de dormitorio al mismo tiempo en la zona central de la academia. Ryo Murasame, quien había hecho una buena presentación en su primer año de preparatoria, fue apodado "Orinpasusavu-anto" por el propio director, Majima Hebi, el creador y jefe del grupo que controla todas las acciones de la escuela.

Ryo era un chico de piel clara, no solía dormir, lo más resaltante en él era su larga cabellera naranja, además de que usaba una vara de canela para poder amarrarlo. No recuerda mucho su lugar de origen pero trata a Saiki Murasame, como su "madre" (o por lo menos él lo considera así), anteriormente antes de llegar a la academia vivía en Hokkaido. Allí estuvo gran parte de su adolescencia, aunque todo esto no concuerda con su extraño acento.

Era un día normal en el laboratorio Murasame, Saiki y Ryo se mantenían al cabo de todo lo que les rodeaba, pero aún así seguían en sus pruebas y experimentos, sobre todos los del último, buscaban una combinación de especias para explotarlas al máximo...

"Ryo, ve al invernadero a buscar las muestras de vainilla que estuvimos cultivando" - Mencionaría la muchacha de la bata blanca y azulados cabellos mientras buscaba de manera desesperada unos papeles de trabajo.

El muchacho de naranjas mechas no tuvo más que asentir y salir del laboratorio con rumbo al invernadero al mismo tiempo que el director Hebi, iba entrando al lugar, como si fuera su propia casa.

"¡Profesora Murasame!" - Exclamaría el hombre con la misma cara seria que mantenía diariamente - "Supongo que sabe lo que se aproxima, ¿Cierto? Es importante que él no dé mala imagen ante unos invitados tan especiales" - Terminaría de decir el hombre, mirando un papel de registro que tenía entre manos y entregaría a Saiki

"¿A-Ah? Claro... Ryo está dispuesto para cualquier cosa, no por nada está en el top 5 de la academia." - Como si se tratase de una madre elogiando a su hijo lo diría la chica, nada podría salir mal según su ideal - "Llenaré el formulario cuando terminemos esta mezc-"

"¡Excelente! La exhibición será programada para dentro de dos semanas, espero que vosotros sean capaces de satisfacer al jurado... Esto dirá mucho de la reputación del laboratorio." - El director no dejaría que Saiki terminase de expresarse, siendo sus últimas palabras antes de marcharse.

Algunos minutos después, llegaría Ryo algo dudoso luego de ver al director salir del laboratorio, aunque Saiki notando la preocupación del muchacho no daría tantos detalles más de los que Ryo ya sabía, luego de un breve suspiro del chico de pelos naranja, el mismo dejaría lo pedido frente lo que consideraba su superior y él partiría hacía la cocina del laboratorio...

Ya en la cocina teniendo en cuenta que algo había ocurrido, Ryo preocupado prepararía además de una taza de te negro para Saiki, su platillo favorito, tagliatelle con pesto. Su mirada cambiaría en un instante pues el pesto no entra en sus gustos, aunque tampoco es la gran cosa ¿no..?; El muchacho mostraba con solo su cocina por qué estaba donde estaba, el olor de las especias y lo bien que olía el platillo era de lo más resaltable del trabajo que hacía el muchacho. Mientras que él cocinaba para su madre, en la entrada de la academia ocurría otra cosa, gran parte de los jurados habían llegado, entre ellos un seleccionador de intercambio que trabajaría para el director a su temprana edad durante un tiempo, tal persona llevaba por nombre Tyres Masserau, quién se encontraría con el animo de los estudiantes recién ingresados en el patio principal de la academia, aunque su expresión no cambiaría pese al hermoso paisaje escolar que se encontraba frente suya.