Se oía el choque de pieles tan excitante para ambos, combinado con los jadeos y gemidos de ambos. Era ahora un ambiente caliente, hundidos en aquel deseo carnal que tenían desde aquella vez y es que ambos ya se habían vuelto adictos al otro.
Y eso les encantaba.
— Eres una adicción... Una jodida adicción de la cuál no quiero ser curado —su voz salía ronca por la respiración pesada y el vaivén en sus caderas, solo hizo que el azabache se estremeciera con su aliento cerca a su oído y como bajó lamiendo su cuello.
— Rubén~ —gimió su nombre, lo que hizo al castaño sonreír, para quedar cara a cara con el rostro hecho un desastre de su jefe.
Sus mejillas rojas, sus ojos entrecerrados y algunos mechones de cabello pegados a su frente, con la respiración pesada— ¿Qué pasa, Samuel? —dió una embestida lenta pero profunda, sintiendo como el contrario soltaba aquel bello sonido para sus oídos— ¿Estás en tu límite? —y otra vez, seguía con aquel movimiento tortuoso para el azabache, quien ya tenía sus nudillos blancos por la fuerza en la sábana de la cama.
— Deja de... Ah, joder... Deja de ju-gar conmigo —sintió los suaves labios del contrario sobre los suyos. Haciendo que lleve sus brazos al rededor de su cuello y así profundizarlo.
El de orbes esmeralda se separó un poco, mientras acariciaba la cintura del contrario y este abría sus ojos, dejando ver aquellos orbes morados que lo hipnotizaban siempre— Nunca jugaría contigo, Vege —acarició sus muslos, para rozar sus narices con suavidad— no sería capaz de hacerte daño... No a tí —sus miradas seguían conectadas, ninguno se quería dar cuenta de aquel brillo tan especial que reflejaban en sus ojos y que no era por la lujuria.
Y antes de que el azabache diga algo, unió sus labios en un intenso beso, mientras movía sus caderas otra vez y su miembro entraba y salía de la entrada del contrario, quien sus gemidos eran ahogados por aquel beso. Fue mucho más rápido y un tanto brusco, haciendo al de orbes morados llegar al clímax y segundos después, él también lo hizo al sentir su polla ser apretada y le encantaba sentir aquello.
Se separó de los labios contrarios, para que ambos recuperen el aliento, salió del interior del azabache y así votar el condón al tacho de basura. Al regresar su mirada, este ya estaba sentado en la cama y mirándolo con una sonrisa.
— Si ibas a ponerte sentimental, tal vez nunca hubiera mencionado nada —rodó los ojos con una sonrisa, para acercarse nuevamente y sentarse a su lado— Tu...
— Si, lo dije enserio —no conectaba su mirada porque realmente no sabía cómo mirarlo, no podía— no es por beneficios Samuel, yo realmente... —pero el tono de llamada de su celular lo interrumpió, tomándolo y viendo el contacto, suspiró para contestar— hola, cariño...
El azabache hizo una mueca al escuchar el apodo, abrazándose a si mismo y taparse con la sábana blanca de aquella cama.
— ¿Dónde estás? Dijiste que no vendrías tarde, otra vez —mencionó a través de la llamada aquel chico.
Restregó con sus dedos sus ojos, para mirar al azabache, el cuál estaba de espaldas a él— tuve trabajo extra —decir que no le dolió escuchar aquello, sería mentira, pero no le quedaba más que estar callado y escuchar las excusas que ponía el castaño a su prometido— No me esperes despierto, ¿vale? Yo llegaré tarde.
— Vale, solo no te demores tanto, te amo.
— Si, yo también, nos vemos —y colgó, iba a hablar, pero el contrario lo interrumpió.
— Anda a tu casa, Rubén —dijo, pero sintió unos brazos rodear su cintura por debajo de las sábanas.
— ¿Estás bien? Sabes que no es problema si quieres que me quede, no me gustaría dejarte y que —pero fue interrumpido otra vez, por el repentino abrazo del azabache y cómo se hundía en su pecho.
— Estoy bien, ¿vale? Se que debes irte, después de todo, tu prometido te espera y estoy seguro que te estará esperando despierto Rub —alzó su rostro, encontrando aquellos orbes verdes brillando como la esmeralda misma, dejó un beso en su barbilla— Gracias por acompañarme estas horas —le guiñó un ojo, para sonreír.
El castaño suspiró, para sonreír igualmente y dejarle un beso en sus cabellos negros como la noche— Siempre disfrutarás cada noche, que no se te olvide —el contrario soltó una leve risa.
Ambos se miraron otra vez, para juntar sus labios nuevamente. Claro, siempre sus encuentros nocturnos acababan así, con un dulce beso, demostrando lo que realmente sienten hacia el otro y nunca siendo sinceros al exterior.
No solo era satisfacción, era mucho más que eso, pero ambos ya estaban atados de manos y aquel amor no podía cumplirse.
795 palabras—
Se os quiere <3
—Natssu🌠
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Solo satisfacción || Rubegetta ||
FanfictionSolo serian encuentros nocturnos, no había compromisos de por medio, tampoco amor... ¿Verdad? -🔥- [🍒] Contenido Nsfw (si no te gusta, no lo leas). [🍒] V! Bottom [🍒] R! Top [🍒] Se toma la apariencia de sus píxeles, no a los youtubers en sí. [🍒...