Prologo
—¿Solo quería decirme eso?
—Si ¿qué más podía decirte?
—¡Me hiciste dar un viaje hasta aquí solo para decirme eso cuando podía decírmelo por teléfono! —. Exclamó.
Lo miro trágicamente.
—No, no podía decírtelo por teléfono, no me gusta mucho decir informaciones por teléfono, me gusta más la antigüedad —. Hace una pausa —. Me gusta verles los ojos a las personas mientras hablo, ver su rostro, su gesto, respirar él mismo aire—, sonríe de lado.
—¿Ya puedo irme?
—¿Quieres irte? Podemos hacer cosas productivas—. Lo miro de reojo —. No me mal interprete, soy un hombre con valores y principios, igual vengo de una familia cristiana—. Me aclara.
El aire pesado que estaba respirando se torna suave.
—No te mal interprete ¿por quién me tomas? Pero prefiero irme—
—¿Por qué siempre quiere salirme corriendo? — Me interrumpe.
—No es cierto.
—Si lo es ¿de qué me ves la cara?
—No importa de qué te vea la cara, no es cierto, no te salgo corriendo.
—Entonces quédate, podemos hablar sobre lo qué pasó anoche—. Entra el tema que tanto temía que mencionara.
—Calett.
—También me gustaría dejar esos puntos claros—. Respira profundo.
—Está bien—. Balbuceó.
Aunque sea incomodo hablar de ese tema será lo mejor.
—Solo prométeme algo—
—¿Qué ahora? —Ruedo mis ojos.
—Dime que será sincera, quiero sinceridad.
—Siempre he sido sincera.
—Ahora no lo está haciendo.
—Tú y tus teorías falsas sobre mí—. Me cruzo de brazos.
—Es lo que tú me ha mostrado para que vea, no puedo ver más allá si tú no me lo permite—. Nos miramos fijamente a los ojos—. Hubo una frase que me dijiste anoche, esa frase no deja de calcomanía en mi cabeza —. Su mirada penetrante no deja de mirarme.
Amo la forma con la que él me mira ¡Dios mío! Creo que me va a dar un paro cardiaco, al sentir tantas emociones juntas.
Él hablando sobres los puntos que quieres dejarme claros, yo pensando en lo linda que es su mirada, fijándome en cada gesto que hace a la hora de hablar, su voz cálida y gruesa, siento que me va a derrite en cualquier momento con su encanto. No quiero dejar pasar ni un solo detalle, quiero observarlo y perderme en su lirismo, olvidarme de mi pasado y hacer lindos recuerdos con él, pero hay una voz en mi cabeza que me dice "despierta nadie va a venir a tocar a tu puerta".
Me gusta todo de él, pero mi mente se niega a aceptarlo, pues no soy un pez fácil como dicen los viejos.
—Me preocupa tu situación, y créeme que quiero lo mejor para ti, por eso quiero que seas sincera, porque quiero hacerte preguntas y sé que serán difíciles de responder.
—No creo que serán difíciles, al menos no para una persona como yo—. Me oculto bajo mi oscuridad.
—¿Por qué no puede sentir? —Pregunta de una vez por todas.
—Calett—. Mis ojos se nublan de oscuridad.
Como pude ser capaz de decir que las preguntas no iban hacer difíciles de responder cuando claramente tengo entendido que me iba a hacer esa pregunta. Con el suelo decir cosas sin pensar, porque si algo no quiero es perder contra él.

ESTÁS LEYENDO
Amor en tiempo de Arte |Corrigiendo|.
RomansaEn un mundo lleno de personas comunes, donde todos quieren parecerse a los demás, un mundo donde la moda era exclusiva y todo corrían a ella, en medio de ese caos esta joven de veinte tres años es atrapada en su propio mundo, un mismo mundo, pero el...