A un paso de ti

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Voy detrás de ti, es increíble ver cómo es que te puedes ver espectacular tan solo caminando, aún no notas mi presencia, planeo hacer que eso no cambie hasta en un buen rato. Ahí va mi amada, por la avenida, esta vez sin preocupaciones, sin prisa, sólo caminando, cada paso que das hace latir mi corazón, por ti es que estoy vivo, pronto estaremos juntos. Nos detuvimos en una casa, no es muy grande ni muy lujosa, sin embargo bonita y acogedora, tú la haces así, entraste a casa y encendiste las luces. Genial, desde aquí ya no puedo verte, al parecer no podré averiguar quién es Steven hoy,  empieza a oscurecer, fue un gusto pero me tengo que ir Vanessa.
Camino a casa pensandote, ¿es que me volví loco por ti?, cada cosa que haces y dices me fascinan, no pude recabar mucha información de ti hoy, mañana nos vemos.
Camine hasta casa, fue un viaje largo, hasta que por fin llegué, entre y subí las escaleras
—Oh, hola, Paul, llegas muy tarde.
—Eh... sí, hoy fue un día pesado en el trabajo, tuve que quedarme un poco más, pero eso no importa, ¿desea que le ayude en algo señora Martha?
—No, no, no te preocupes por mi, aunque este un poco vieja puedo hacer mis cosas sola.
—Ja ja ja, eso me queda claro señora, por favor, si necesita ayuda, sólo toque a mi puerta, estaré encantado de ayudarla.
—Que amable eres, Paul, gracias.
Entre a mi departamento, este lugar sería mejor contigo aquí, Vanessa, pero basta de esto, mañana te veré y nos conoceremos más, por ahora descansaré, estoy deseoso a que llegue la mañana.
Otro día más, son las 6:00am, desayuno con prisa debido a que hoy te veo una vez más. Camisa, pantalones y corbata, listo, ya puedo salir.
Otro día cálido, ya son habituales últimamente.
Por fin llegué, estoy muy ansioso.
—Hola, Paul, buenos días.
—Buen día Zack.
—Hazme un favor, ¿cuanto es 36x749?
—Mm... déjame ver...—¿es que acaso no sabes multiplicar?, pensé—. ¿26964? Sí 26964.
—Oh, gracias, eres mi salvador.
—No hay de que, nos vemos luego— dije sonriente.
Camino hacia mi cubículo y me siento, ¿aún no llegas Vanessa? No hay problema, te puedo esperar, llega pronto por favor.
Y ahí vienes, tu belleza deslumbra en toda la oficina, eres asombrosa, caminas y te sientas al lado de mi cubículo, tengo mucha suerte de que te puedas sentar al lado mío.
—Buenos días, Paul.
—Hola, buen día, Vanessa, ¿como estas?— "¿Como estás?", imbecil ¿eso fue lo único que se te pudo ocurrir, ¡que pregunta más trillada!
Esbozaste una pequeña sonrisa—Mejor, al verte.
¿Me esta coqueteando?
—Eh.. sí... bueno, yo también me sentiría mejor si me veo todos los días—soy pésimo coqueteando.
—¿Quien no, verdad? Ja ja ja, ver a una persona tan atractiva todos los días es algo de ensueño.
—Puedo decir lo mismo.
—¿Piensas que soy atractiva? ¿Yo?, no lo creo—dijiste sonriente.
—Eres hermosa, en serio.
Sonreímos e intercambiamos miradas, esas miradas en busca de algo más, queriendo intentar algo.
—¿Que te parece, Paul, si vamos a una cafetería después?, conozco una muy buena.
¡Sí!, ¡sí!, ¡SÍÍÍÍÍ!
—Claro, no tengo nada que hacer después de todo.
—Esta bien, hasta entonces.
—Hasta entonces.
Estoy ansioso a que llegue la hora de salida, no puedo esperar.
Durante toda la jornada estuvimos mirándonos de reojo y sonriéndonos, por fin llegó la tarde y con ella la salida del trabajo, esta apunto de comenzar nuestra cita ¿Estas lista?

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