Capítulo II.

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Hoy es el último día de clases, ¡Dios, ampáranos!

No es que odie la escuela, pero levantarse temprano, estar vestida con un horrible uniforme verde con gris, el comedor lleno de comida por doquier, profesores muy exigentes y el bus lleno con otro alumnos de otras escuelas, y digamos que no conocen el agua. Iugh.

Tomé mi mochila y puse algunas cosas, mi libro, mi teléfono, dinero, llaves, comida (nunca debe faltar la comida) y una botella de agua para hidratarme.

Cuando ya hice el almuerzo para mi pequeño hermano que ahora debería estar haciendo "tarea", lo que consistía en solo hacer dibujos de un sol y un árbol, literalmente. Salí y fue en dirección de la plaza principal, casi nadie iba allí, pasaban algunas más que otras parejas comiendo un rico helado de la heladería de la calle de al frente. No sé si son ricos, pero se veían.

Me senté junto a un gran árbol, el más grande de la plaza, saque el libro II de la saga Química (¿Rupturas?), no se porque todavía lo sigo leyendo. No me gusta para nada, pero no desperdiciaré mi dinero en algo que no haya leído. Claro.

Iba en la página 100, cuando sentí una mirada perturbadora en mí, pongo el marcador de páginas sutilmente, levante la mirada y rodié la plaza con ella, no había totalmente nadie que me estuviera espiando, solo una niña jugando con la cerámica del piso y un viejito tomando "leche" de una caja de cartón, la cual obviamente era vino.

Continúe con mi lectura, pero en segundos mas tarde sentí la misma presencia, vigilandome desde lejos, pero aun así muy cerca de mi limite.

Esto ya me estaba hartando, odio que me miren, no es que sea tanto para una fobia, pero no me gusta que lo hagan. Siento que me estuvieran viendo una espinilla en la cara y que la quieren reventar con una gran aguja.

Tomé mis cosas y me levante. Caminé por el caminito de la plaza, aunque se me antojaba un helado, rico helado... delicioso helado... bañado en una deliciosa cobertura de un maravilloso chocolate... con chispas de chocolate... chocolate, chocolate.

Me dirigí hasta allá, saqué mi dinero y compré el rico helado. ¡HELADOS NO SE SALVAN DE MI, NUNCA!

Iba comiendo mi adorado helado hasta que alguien se cruzó en mi camino e hizo que el helado cayera al suelo.

-Oh, botaste mi helado, no te preocupes, suele pasar- le dije a el chico que me miraba con un gesto de preocupación y confusión.

-¿No estás molesta?- preguntó el destructor de gloriosos antojos.

-¿Qué no estoy molesta? ¿Molesta yo?-reí-

¡OBVIAMENTE ESTOY MOLESTA IMBÉCIL, TU Y TU ESTUPIDAS PIERNAS SE CRUZAN EN MI CAMINO Y BOTAN MI MARAVILLOSO Y RICO HELADO, ME ENCANTARIA ROMPERTE TODO LO QUE SE LLAMA CARA, TU PERFECTA CARA QUE TIENES, ARROLLARLA CON UN CAMIÓN, TIRARLA DE LA TORRE MAS ALTA DEL MUNDO, CORTARTE EN PEDAZOS COMO SI FUERAS PEQUEÑAS MIGAS DE PAN Y DEJARTE SIN HIJOS, PARA QUE ELLOS NO DEJEN A MIS HIJOS SIN HELADO IGUALMENTE COMO LO HAS HECHO TU CONMIGO, IDIOTA!

-¿...así que no estas molesta?-respondió sonriendo y levantado los hombros.

-¿Qué parte de cortarte los cocos (testículos) no entiendes?- le espeté haciendo gestos explícitos con mis manos.

-Qué me perdonarás al saber que te conozco desde mucho- y me abrazó con sus largos y anchos brazos.

-¿Perdón?- lo empujé lo bastante lejos que pude. Viene, me bota mi helado y ahora sale que me conoce desde antes. Maldito.

-Te conozco desde mucho, Grecia- dijo con una mirada entre pícara e intimidante, esa... esa era la mirada que sentí encima hace un rato. Estúpido acosador de niñas adictas al chocolate como yo.

-¿Como carajo sabes cual es mi segundo nombre?-ya estaba a punto de sacar el aerosol con fragancia a ají mexicano que me dio Jake para casos como este.

-Soy tu amigo, Kevin- confesó sin ningún gesto en su rostro.

Kevin, mi EX amigo, el cual me dejó sola, me abandonó cuando mas lo necesité, se hizo el indiferente y me ignoró solo para agradar a otros. Ese Kevin, estaba en frente mio, pero, ahora ya solo es otro desconocido para mi.
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"Bueno, soy la Fernanda✌, y estoy escribiendo la novela con el Manuel, ojalá les guste el capitulo que hice... me demoré una hora, así que lo tienen que amar si o si okno, eso, bye"

¿Por qué a mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora