El momento

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💫💫💫💫💫

--Realmente soy yo -dije asegurando.

Me esperaba algún grito por su parte o que se fuera indignado y molesto conmigo, pero eso que debí haberlo pensado siendo él, realmente me tomó por sorpresa.

Mi hermano me abrazó y besaba mi rostro. Antes era algo tan normal en nosotros que nos besábamos hasta en los labios como gesto de saludo. Mi oso comenzó a llorar y yo no pude contener mis lágrimas tampoco.

--No puedo creer que estés aquí... Que seas tú. --decía una y otra vez, abrazándome y besando mi rostro.-- Salgamos de aquí --dijo serio de repente, agarrando mi mano.

--¡Mami! --la voz de mi bebé llamó nuestra atención.

Emmett me veía pidiendo alguna explicación al respecto.

--Primero explícale a tu amiga quien soy antes de que se imagine cosas que no son --le dije, señalando a una muy molesta rubia que me asesinaba con la mirada.

--Rosie. Ella es Isabella... Mi hermana --la mirada de la chica cambió a una de completa confusión-- Bella, ella es Rosalie Halle... Mi prometida.

--Un placer --dije con sinceridad, extendiendo mi mano a Rosalie quien dudosa la aceptó y se mantuvo en total silencio.

Alguien tosió y todos miramos a la chica risueña que pedía a Emmett con la mirada que los presentarán.

--Ellos son; Jasper Halle el hermano gemelo de Rosalie, Alice Cullen la novia de Jasper y Edward Cullen el hermano de Alice, la niña como te dijo Edward, es su hija.

Alice se acercó a mí y me besó ambas mejillas. Jasper me saludó con una sonrisa y un apretón de manos. Edward... él besó mi mejilla y ese simple tacto me quemó la piel.
¿Cómo es posible sentir tantas cosas en un solo momento por alguien que acabas de conocer?

--Es tu turno --habló Emmet, sacándome de mis pensamientos y señalando a mi bebé.

--Emmett... Él es Seth, mi hijo.

La mirada de Emmett daba a entender que eso lo comprendía pero quería saber más.

--Cariño --llamé a Seth y él se acercó a mí colocándose detrás, abrazando mis piernas, me agaché para quedar a su altura.-- No temas amor. Confía en mami ¿sí? Mira, él se llama Emmett y es tu tío.

Emmett se acercó y poco a poco mi pequeño fue agarrando confianza hasta dejar que Emmett lo alzara en sus fuertes brazos.

--Salgamos de aquí --volvió a decir mi hermano después de un rato.

Después de pagar la cuenta, todos salimos del restaurante.
Me fui en mi auto rentado y mi hermano se negó a dejarme sola así que seguimos a los demás. Sabía que Emmett deseaba preguntarme algo pero se contenía, me agarró la mano y así nos fuimos hasta llegar a una lujosa casa.

--¿Es tuya? --le pregunté, observando la inmensa casa.

Él me sonrió y cargando a mi bebé, tomó mi mano y me llevó dentro de la enorme casa.

--No --contesta, caminando a mi lado, rodeándome con uno de sus enormes brazos y besando el tope de mi cabeza.-- Es de los Cullen pero hoy ellos no estarán sólo los hijos, así que estaremos prácticamente solos; podremos hablar con calma.

Caminamos hasta estar dentro de la casa y si por fuera se veía fantástica por dentro era una belleza.
Nos sentamos en uno de los sillones de cuero que adornaban la espaciosa sala y los otros chicos que había visto venían entrando tras nosotros.

--Los dejaremos solos --dijo Edward, viéndonos de Emmett a mí, parecía incómodo yo le sonreí algo tímida e incómoda también.

--Espera --antes de que Edward se diera la vuelta, Emmett lo detuvo y él se giró para verlo, fruncí el ceño sin comprender la actitud de mi hermano --Edward... ¿Recuerdas aquella ocasión en la que te dije que te presentaría a mi hermana hace como cinco años?

Miré a mi Emmett confundida y Edward, luego de un momento en silencio pareció que sus ojos se iluminaban en comprensión.

--¡Oh, claro! Ya entiendo. Tú eres la famosa Bella --comenta Edward sorprendido y yo más confundida.

--¿Famosa? --ya puedo imaginar las exageraciones de mi querido hermano may.

--Emmett no paraba de hablar sobre su hermosa hermana y cuando al fin la conocería se me presentó un inconveniente. Ya que estas aquí y aunque ha pasado mucho tiempo luego de eso.... Bueno, yo... Lamento haberte dejado plantada ese día y al genio de Emmett se le olvidó darme tu número para avisarte. Lo siento muchísimo en verdad --parecía realmente apenado.

Ya recordaba ese día. Un momento de pensarlo bien y lo recordaba. Por culpa de él comenzó mi pesadía. Mi infierno personal. Si Edward hubiese llegado ese día, probablemente estaría casada con él y no con Jacob y mi pequeño seria hijo de Edward y no de Jacob.

--Bella... ¿Estás bien? --la voz de Emmett me sacó abruptamente de mi estado de reflexión.

--Sí. Por supuesto. --respondí, buscando la manita de mi hijo para salir de este lugar-- Creo... creo que... debo irme. Ya es muy tarde.

Realmente no deseaba irme para volver a mi rutina arrastrando a mis bebés a la misma. Estaba harta de todo. Quería desaparecer.

No entiendo mi reacción. ¿Pensar que Edward estaría casado conmigo y ser él el padre de mi hijo? ¿Pero qué pasa conmigo? Edward no tiene la culpa de mi patética e infernal vida.

Quería llorar, gritar de pura impotencia. Por sentirme tan miserable y no poder rescatar a mis bebés de mi maldito infierno sino que los arrastro cada vez más y eso era lo que me tenía al borde.

Ni Edward ni nadie tiene la culpa. Sólo que quiero desaparecer o estoy demasiado abrumada que ya no tengo opciones más que seguir arruinando mi pobre vida.

Yo sola lo soportaría, pero están mis bebés y ellos no lo merecen.

DEMENCIA -B&E-(TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora