¡Soy yo!

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--¿Disculpa?

Realmente no estaba comprendiendo a este hombre que me hipnotizó por completo con tan solo ver sus orbes que parecían adentrarse en mi interior buscando mi alma.

Jamás antes me había sentido de esta manera. Jamás y eso me estaba inquietando en sobremanera porque en cierta forma se sentía cálido.

--Nos preguntábamos si te gustaría acompañarnos --dijo, señalando la mesa donde estaba... ¿mi familia?

Pero ya no estaban mis padres ni otra pareja que los acompañaba, sólo Emmett, una chica rubia que parecía modelo de revista, un chico parecido a la rubia, ambos muy atractivos y otra chica sentada a la par del chico rubio. Todos veían en mi dirección y cuando yo los vi me saludaron con sonrisas y un gesto de mano. ¿Era broma?

--¿Y bien?

Volví mi vista al hombre quien esperaba por mi respuesta. Tragué saliva e intenté hablar lo más normal que pude.

--Hmm. No-no lo creo. Es sólo que....

--¿Esperas a alguien? --su mirada picara cambió a una ¿triste?

¿Pero por qué? ¿A qué se debe ese repentino cambio? Y ¿Por qué lo estoy observando tanto?

--No. Sólo estamos nosotros --le contesté, viendo a mi bebé que estaba sentado en una silla a mi lado, él me sonrió al cruzar nuestras miradas y sonreí con ternura al ver su hermoso gesto.

--Entonces... ¿Te molesta si te hacemos compañía?

Al levantar mi vista ya no sólo estaba el hombre de cabello cobrizo y desordenado sino que lo acompañaba la chica que estaba sentada junto al rubio anteriormente, ella es de bajá estatura, cabello corto y con las puntas en todas direcciones, muy bonita y sonreía de oreja a oreja.

--Yo... --realmente no sabía que decir.

Poco a poco, uno a uno de los que estaban en la gran mesa fueron acercándose y unos meseros comenzaron a unir unas mesas junto a la que yo me encontraba.

--Espero no te moleste --comentó el rubio un poco apenado.

--Mi querido amigo insistió en venir a hacerte compañía --habló mi hermano, al parecer burlándose del cobrizo.

Ante la voz de mi Emmett bajé la mirada. Tan cerca y ya me sentía caer en un abismo. Él no me reconoce.

--Papi --escuché una suave voz de niña y cuando volví mi mirada una niña estaba en el regazo del primer hombre que se me acercó.

Es obvio que es su hija; la niña es simplemente preciosa, ojos del mismo tono verde que su padre, el cabello sí le cambia, el de ella es más oscuro y rizado.

--Ella es mi hija, Elizabeth --la presentó el hombre y la pequeña sonrió en mi dirección y al posar sus ojitos en Seth, ambos se veían con curiosidad.

La pequeña se retorció en el regazo de su padre hasta hacer que él la bajase. Se acercó a Seth y su curiosidad parecía aumentar.
Mi niño me miraba algo asustado y le sonreí para que se tranquilizara. La niña se acercó a mí y alzó sus bracitos, sonreí y la alcé sentandola en mis piernas.

--¡Elizabeth! --le llamó la atención su padre.

--Está bien... no se preocupe --le dije para tranquilizarlo.

El me sonrió con pena pero yo estaba enternecida por lo vivaz que se veía la pequeña.

La niña me quitó los lentes y comenzó a verme y detallarme con sus penetrantes ojos lo que me causó más ternura, era sin duda un niña que no conocía la timidez y al parecer bastante confianzuda.

--Que bonita. --dijo, acariciando mi mejilla. Le sonreí con dulzura-- ¿Quieres ser mi mami?

No hablaba a la perfección pero esas palabras si que fueron muy entendibles por todos.

--¡Elizabeth! --habló nervioso su padre y eso me hizo reír como hace mucho no lo hacía.

--¿Cómo te llamas? --preguntó de repente, ignorando el regaño de su padre.

Su pregunta me hizo ver automáticamente hacia Emmett notando que estaba paralizado, viéndome.

¡Oh no! Ya me reconoció. Mi mirada pareció confirmar lo que parecía cuestionarse.

La rubia intentaba llamar la atención de Emmett pero él no dejaba de verme. Pareciera que estuviese en algún tipo de trance.

--Soy yo --confirmé su pregunta no formulada verbalmente.

Inmediatamente dije eso, él se levantó de la silla y caminó hacia mí, ignorando a la rubia que le hablaba.

Elizabeth se bajó de mis piernas y se sentó junto a mi pequeño que me veía asustado aún pero se mantenía en silencio.

Emmett me levantó de la silla y acarició mi rostro como buscando algún indicio de algo. O quizá creía que no era real.

--Realmente soy yo --dije asegurando nuevamente.

Me esperaba algún grito de su parte o que se fuera indignado y molesto conmigo pero eso que debí haberlo pensado y esperado viniendo de él, me tomó por sorpresa.

DEMENCIA -B&E-(TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora