Luca -Luke

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-Claro que no, idiota.-Respondí.

Michael seguía con la cara de confundido.

-Pues, que casualidad de mierda.- Me contestó, algo distraído.

-Si, de verdad que sí.- Reprimí una sonrisa, y le puse play a la grabación de mi celular.

A todos les fascinó. Si bien no teníamos una melodía y había que arreglar palabras y demás, si era una buena canción.

Luego de tocar por un par de horas había terminado el ensayo, nos despedimos y miré la hora en mi celular. ¿Que carajos? es hora de comer! El tiempo volaba con los ensayos, subí a mi auto con ganas de conducir hacia casa, pero se me ocurrió que tal vez era momento de hablar con Adam y Peter.

Saqué mi celular y tecleé en el grupo

"Mamá los sacará a comer, pequeños :)"

"Mamá, tengo que estudiar" Respondió Adam.

"Que mentiroso hijo de puta, tu ya no vas al instituto" Dijo Peter.

"Te han descubierto" Sonreí, siempre, de alguna manera lograban hacerme sonreír.

"Okey, Lukey pasa por mí" Casi podía ver su sonrisa por decirme Lukey, sabía que me molestaba.

"Y por mí" Respondió Adam

Teclié un está bien y subí al auto, estacioné el auto en casa de Adam y bajé. Por esas casualidades miré hacia un costado, y ví a una chica, sus manos sostenían su rostro, y su castaño cabello caía hacia un costado como una cascada, traía unos shorts y las piernas muy estiradas en dirección a la calle, sus piernas, eran flacas y un poco cortas, pero parecián infinitas. Llevaba una tobillera con un dije de guitarra eléctrica colgando de sus tobillos, y la luz del sol parecía dar justamente en dirección a su ubicación.

Me quedé unos segundos analizandola, me mordí el labio y pensé en que debería hacer. Cuando me dí cuenta de que mis pies se movián ya estaba a unos centimetros de donde ella estaba sentada, hice un paso más y ellá levantó su cabeza.

Sus labios finos pero carnosos estaban algo abiertos, y sus ojos hermosos y verdes se movían con curiosidad, como cuando nos conocimos.

-Debes dejar de hacer eso.-Le dije. Siquiera me dí cuenta que lo decía en voz alta.

-¿De que hablas?.-Me preguntó.- ¿Y que haces aquí, Hemmings?

-Eso.- Le contesté, como si fuera absolutamente lógico.- Eso que haces con tu mirada, revolear los ojos con curiosidad, eso que me hace querer conocerte todos los días un poco más.

Quedó algo atónita, y yo también, yo no era así.

-¿Qué?.- Me respondió. Pobre chica, ella solo quería descargar sus penas en una esquina cualquiera y yo aquí, reclamandole que dejara de hacer eso que ella no sabía que hacia.

-Nada.- Respondí, miré hacia el costado.- ¿Porque estás aquí?

-¿En mi casa?.- Me miró como si fuera obvio.

-Oh, claro, vives en una vereda.- Le dije, sárcastico. La ví sonreír.

-No, ahí.- Señaló la casa detrás de ella, era gigante y hermosa. 

-No sabía que vivías en este barrio.- Dije

-Es que nadie sabe mucho de mí. A nadie le interesa mucho.- Se levantó y limpió sus jeans.

-Apuesto a que eso es mentira.- Respondí

-Desearía que así fuera.- Lo dijo como un susurro, suspiró y levantó la cabeza, me miró.

-Yo quiero saber sobre tí.- Le contesté, y me acerqué un poco.

-Yo no.- Me han cansado los integrantes de bandas, sabes?.- Ella era increíble, se levantó de sus penas hace unos minutos y ahora aquí estaba, diciendome una frase mitad chiste, mitad verdad.

-Supe lo de Michael.- Solté.

-Wow -Dijo ella- Que rápido.

-No quiero llegarte con esto, porque me dirán que es de mal amigo, pero es malo guardarmelo porque se lo tengo que decir a mi nueva amiga Anne. Pero, Mike salío con muchas más chicas.

-Lo sabía.- Dijo, como si todo encajara.- ¿Nueva amiga? eso suena bien.- Extendió la mano para darmela y la tomé.- Ahora debo irme, nos vemos, amigo Hemmings.- Dejó un beso en mi mejilla y caminó hasta la puerta de la gran casa, se metió dentro.

Que espectacular, pensé.

Desorientado, me dejé llevar por mis pies hasta la casa de Adam. Empujé la puerta y entré.

-ADAMMMMMMM- Grité

Sonaron pies en la escalera y ví la cabellera rubia de Adam moviendose con rapidez, joder, dejenme decirles que si yo fuera una chica, estaría chupandole el pene a Adam, en este maldito momento.

-Aquí estoy.- Dijo, con indiferencia. 

Tenía en las manos un cinturón.

-¿Lo llevas para tus actos sexuales con Peter?.- Dije y sonreí.

Lanzó una risita, y se lo colocó en el jean.

-¿Nos vamos?.- Preguntó.

-Claro.

Fuimos escuchando una vieja banda argentina que decía en el CD de Adam llamarse Sumo. Me gustó. Adam siempre tenía esos cd's, cd's que acá eran como un misterio, de bandas viejas y extranjeras, pero siempre me gustaron más las bandas de ese país, Argentina.

-Tal vez debería visitar ese país un día y decirle al tipo que canta que lo hace muy bien.- Grité por encima de la música.

-No podrás hacerlo.- Me contestó y sonrió

-Porqué?.- Pregunté, dinero tenía, y tiempo también.

-Porque el murió.

-Wow, que horrible.- Respondí.

-Cirrosis hepática alcoholica, una buena manera de morir. Quisiera morir como ese tipo.

-¿Ebrio?.- Pregunté.

-Quizás sí, pero no es por eso. Es porque el murió, pero sin embargo, en Argentina ha dejado su marca. Muchos dicen que para el rock de ese país fué muy grande. También dicen que era un loco, pero tío, he leído artículos sobre ese pelado, y era un puto genio.-Respondió.

-Eso suena bien.- Le dije.- ¿Y como se llamó?.- Pregunté.

-Luca.- Dijo y sonrió, y por alguna razón yo también sonreí, tal vez era porque si quería morir así, o por el buen ritmo de la música, tal vez solo me gustaba el nombre. Pero igual, el tío me caía bien. Luca.

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Holaaaa, se que prometí un buen capítulo, pero me lo olvidé y no se me ocurrió otra cosa que esta. 

Para los que no saben quien es Luca, habla de Luca Prodan. Y Adam, terminará muy enroscado con su historia, ponganle atención.

Saludos,

Eliana.

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⏰ Última actualización: Mar 12, 2015 ⏰

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