Podio para Lando

Carlos

Logré llegar en quinto lugar en Imola, fue una carrera dura, la pista es bastante complicada, pero lo que iluminó todo fue ver a Lando en el podio, lo pude felicitar un momento, pero nuevamente se tensó ante mi toque, cada día lo sentía más alejado, era difícil vernos igual que antes y hablar se estaba haciendo más lejano, no podía continuar así, supe en que momento comenzó el cambio no fue de inmediato, pero se exactamente cuando empezó.

Lando había venido a saludarme a los boxes y yo estaba abrazando a Charles porque nos estábamos felicitando por un buen desdempeño de los vehículos, no había sido nada parecido a cuando lo hacía con él, pero noté su tensión y su incomodidad, era muy difícil que me pudiese ocultar algo.

Así que había decidido terminar o empezar de una vez por todas, sabía que era arriesgado o lo obtenía por completo o lo perdía de la misma manera, pero verdaderamente ya no podía estar a medias y verlo cada día más lejano sin el beneficio de tenerlo en el mismo país, no estaba seguro de lo que Lando sentía, a veces estaba casi cierto que sentía algo por mi y otras era difícil de creer que no sólo era mi imaginación.

Llegué a su privado y toqué, esperaba que estuviera solo, respondió casi al instante y cuando entré sus brillantes, hermosos y expresivos ojos me recibieron con sorpresa, sus mejillas se tiñeron de rosado y como siempre me embargaron los dos sentimientos más comunes que tenía a su alrededor deseo y ternura, había aceptado eso desde hacía ya un tiempo.

Carlos - Landooo - dije entrando y cerrando la puerta con seguro detrás mi al ver que se encontraba solo, no me gustaría tener interrupciones o descubrimientos indeseados.

Lando - Carlooos - respondió él pero con nerviosismo.

Carlos - Me siento muy orgulloso y muy feliz por ti Lando, me acerqué a él y lo abracé fuertemente, intentó soltarse rápidamente como siempre pero esta vez no se lo permití, le hablé al oído - quiero darte un regalo por haber ganado el tercer lugar y llegar al podio.

Lando - ¿Qué es? - susurró soltándose de mi cuerpo, alejándose un poco y estirando una de sus manos para recibirlo, la tomé y le besé los nudillos, escuché un jadeo de sorpresa y dio un pequeño salto hacía atrás intentando alejarse nuevamente de mi y fue todo lo que pude soportar.

Le tomé ambas muñecas dejándolas a los costados de su cuerpo y me pegué por completo a él, escalofríos me recorrieron, dejándolo entre la pared y mi cuerpo, no quería tomarlo del rostro porque prefería que me rechazara si así lo deseaba, se quedó quieto por completo mirándome a los ojos y completamente rojo con sus labios entre abiertos y más nervioso de lo que había visto y definitivamente lo había puesto nervioso en muchas ocasiones, se veía hermoso y absolutamente atrayente.

Lando - ¿Carlos? - dijo con voz pequeña con ese acento único al pronunciar mi nombre casi omitiendo la r.

Me acerqué con cautela muy lentamente a sus labios, de verdad quería que pudiese quitarse si no deseaba esto, estaba a milímetros de su boca, podía sentir su cálido aliento cruzar con el mío, mi corazón estaba desbocado y la felicidad absoluta me invadió cuando vi sus pestañas castañas caer hacía sus mejillas, la tensión de sus manos disminuyó y lo solté para tomarlo de la cintura y pegarlo más a mi cuerpo, por fin nuestras bocas se unieron, sentí sus esponjosos labios temblar pegados a los míos y joder había esperado tanto por ello, había soñado tantas veces con sentirlo.

Lando dio una profunda respiración, como si hubiese dejado de respirar por minutos y estuviera en busca de aire desesperadamente, podía sentir los fuertes y rápidos latidos de su corazón en mi propio pecho, yo quería un beso lento como nuestro primer beso pero al sentir como abría sus labios y tomar mi traje en sus puños no resistí, metí mi lengua en la profundidad de su boca y joder era lo más caliente que había sentido nunca.

Él no me correspondía del todo, sólo recibía mi atención con gran emoción, subió sus manos a mi cuello y me pego más a su boca pero yo quería más, necesitaba más de Lando, quería todo de él susurre en su boca abierta para mi.

Carlos - Dame tu lengua precioso, déjame sentirte por completo.

Lando tuvo un inmediato escalofrío mientras sentí cómo acercó su lengua con cautela a la mía, en ese segundo todo fue fuego, lo besé tan fuerte que casi era doloroso, nuestras bocas se compaginaban con una danza de lenguas en la que yo decidía qué hacer, me estaba matando no poder tocar su piel, pasaba mis manos por su delgado cuerpo, mientras me dejaba vencer por la emoción y el deseo de tenerlo por fin en mis brazos, por fin sentir su sabor, escuchar sus jadeos llenos de deseo por mi, no quería ir tan rápido por lo que tendría que alejarme, pero no lo lograba, cada que me separaba un poco de él y veía sus por demás rojos he hinchados labios, volvía a atacarlos con más desespero, metía mi lengua tan profundo como podía, mordía su labio inferior y luego paseaba mi lengua sobre el,  hasta que volvía a unir nuestras lenguas de manera feroz, Lando comenzó a jadear cada vez más, se quejaba entre besos, bajé mi mano y toqué su erección a través de su traje mientras lo seguía besando pero él ya no podía seguir mi ritmo y sólo gemía con los ojos fuertemente cerrados y mordiéndose el labio inferior, me dediqué a mirarlo, verlo deshaciéndose de placer por mi hasta que llegó y juro que fue lo más caliente que vi en mi vida, se dejó caer sobre mi cuerpo por completo sin fuerza, ayude a que se sentara junto a mi en la cama y enterró su rostro en mi cuello relajando su respiración, yo quería mirarlo a los ojos y saber que todo estaba bien, al parecer él era lo que menos quería, lo obligué a levantar el rostro y nos miramos, no había duda de nada.

Carlos - Joder Lando luces... increíble.

Lando - No puedo mirarte y no digas esas cosas - dijo intentando voltear su rostro.

Carlos - Claro que puedes mirarme y lo harás sin vergüenza, yo... no esperaba que esto pasara.

Lando - ¿Cómo...?

Carlos - No pongas esa cara, me refiero a no de esta manera, no llegar a esto tan pronto, quería confesarte mis sentimientos y tal vez un beso o dos, pero joder eres... adictivo, no pude detenerme, prometo ir más lento si tu quieres. ¿Quieres Lando?

Lando - No se exactamente que estás pidiendo pero... lo que sea por supuesto que quiero, Dios nadie me había besado de tal manera.

Carlos - Lo que quiero es todo Lando, absolutamente todo de ti, llevo deseándote casi desde que te conocí, aunque no me hubiese dado cuenta de inmediato.

Volví a besarlo un poco sólo un poco menos profundo, sintiendo la textura de sus labios, conociendo su forma, acaricié su cabello que tanto amaba y cuando estaba por volver a profundizar se escucharon fuertes golpes en la puerta, era Zak que seguro quería felicitar a Lando, lo miré y estaba absolutamente recién salido de un orgasmo, sólo la suerte no nos delataría.

Lando -Un momento Zack - se quitó la parte superior del traje para tapar la humedad y abrió la puerta mientras yo me quedaba sentado muy tranquilo, yo no me había despeinado ni nada así que esperaba lo mejor.

Zack - Lando quiero felicitarte, me siento muy orgulloso y feliz por este logro.

Lando - Fuimos todos Zak, todo el equipo - dijo Lando, Zak miró a Lando un poco curioso y luego me miró, pasaron unos segundos en los que su frente se arrugó y de pronto la epifanía llegó a sus ojos, miró de uno a otro con los ojos muy abiertos y es que Lando de verdad se veía tremendo, todo labios hinchados y muy rojo, su cabello era un desastre, pero seguro que mis labios estaban igual.

Zak - ¿Ustedes dos acaban de declarar su amor verdad? Sabes todo el mundo en Ferrari te busca. Tuve la esperanza por un segundo, pero casi podía asegurar que estabas aquí, por eso vine yo, pero no sabía que me encontraría con esto - dijo señalando a Lando como explicando todo.

Carlos - Se supone que Caco debería cubrirme - contesté sin preocupación alguna, ya que ahora todo estaba bien.