Tercera parte.

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Habían pasado dos meses más, en ese transcurso de tiempo habían hecho muchas cosas. No tanto como Katsuki quería que pasara, pero no podía quejarse mucho.

Que todos en la secundaria supieran que Izuku era un Omega fue frustrante, pues ahora el pecoso se había vuelto muy popular, alfas de varios salones y grados siempre parecían como moscas pegadas a él.

El aroma del Omega se había intensificado con su celo, lo cual hacía que los alfas ya presentados se acercarán a él para olfatearlo, el aroma de un Omega era muy codiciado por ellos.

Izuku siempre se veía presionado, algo nervioso y alerta. En cualquier momento podría llegar alguien sin vergüenza a pedirle que le dejara oler su aroma directamente de la fuente, su cuello.

Ahora entendía el porqué su maestra había hablado sobre el tema de mantener la segunda casta en secreto hasta el primer celo.

Los omegas son venerados, si. Pero también hay mucha presión social sobre ellos al serlo, los alfas podían ser insistentes y tediosos, además de que no podía estar en ningún lugar sin tener a dos o tres personas detrás.

Pero no era completamente culpa de los adolescentes, pues ellos se sentían atraídos por el aroma del Omega y su temprana edad, sin tener mucho tiempo como alfa y sus instintos, les hacía difícil controlarse.

La única forma de que pudieran dejar a un Omega tranquilo era que eligiera a un alfa. Era un honor absoluto ser elegido como pareja de éstos. Y más si se dejaban marcar.

Una vez un omega se dejaba marcar por un alfa, ya ninguno podía seguir con su 'acoso',  porque así era como lo pensaba el, en parte.

Pensó que si quería que dejarán tranquilo a Izuku sería marcarlo, pero para eso necesitaba dos cosas, tener la aprobación del pecoso y saber cómo hacerlo, en realidad no sabía controlar su aroma por completo, y no sabía cómo consistía exactamente una marca de aroma.

Y para saberlo debía tener una información de fuente, nada mejor que su padre.

Katsuki caminó rápidamente por la casa bajando las escaleras, bajó hasta la sala en donde se encontraba su padre, sabía que había llegado del trabajo hace un par de horas, pero no lo había saludado ya que en ese momento estaba haciendo su tarea.
Y ya que las había hecho era el momento de preguntas.

—¡Oí viejo!, ¿Como se hace una marca de aroma?- el rubio preguntó al momento que se sentó en el sofá, al frente del alfa castaño.

Masaru parpadeó un par de veces y miró a su hijo sin entender, dejó su taza de té sobre la mesita al frente de el y se cruzó de brazos.

—¿Para que necesitas saber eso con tanta urgencia?- el mayor preguntó de manera calmada, usualmente Masaru era quien tenía una calma y temperamento de Omega, Mitsuki parecía más una alfa.

Era extraño, pero cierta de forma eran el uno para el otro, mientras la rubia era la fuerza de voluntad, Masaru la voz de la razón. Cuando Mitsuki eligió a Masaru como su alfa éste estuvo muy conmocionado, pues por su dócil personalidad siempre creyó que no sería elegido por nadie, normalmente a los Omegas les gustan los alfas fuertes.

—Es para Deku, no quiero que los otros alfas se le acerquen.- comentó el pequeño alfa, los instintos de Katsuki le gritaban que les bajara el cuello a los alfas que se acercaban a su Omega, apenas y podía contenerse.

Masaru alzó las cejas algo sorprendido, después frunció el ceño, el problema no era que Katsuki quisiera marcar al pecoso con su aroma, la cuestión era que si Izuku quería ser marcado.

—¿Se lo has pedido?, No puedes hacerlo si no quiere.- respondió, Katsuki rodó los ojos con obviedad, el rubio se cruzó de brazos mirando a su padre con una media sonrisa.

Inocencia.(Katsudeku./Omegaverse.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora