Muchos dicen que alguien Puro no puede guardar maldad en su corazón y muchas de las veces están en lo correcto, pero inclusive el más Puro tiene un límite de que tanto puede aguantar ser usado o traicionado por aquellos a quienes aprecia o apreciaba en todo caso, la historia de Prasus, Dios Griego de la Lealtad y Fidelidad es el más grande ejemplo de como las acciones de las personas que aprecias puede llevarte a convertiré en un ser completamente opuesto a lo que estabas destinado.
En el Olimpo siempre hubo disputas por saber quién se casaría con Afrodita, Diosa de la Belleza, Lujuria, Amor y Sexualidad, exceptuando a Zeus, Poseidón, Hefesto quién en realidad le importaban más sus invenciones, y Hades quien estaba encerrado en el Inframundo debido a sus dominios, todos los Dioses pelearon por ese gran privilegio, Hera siendo la Diosa del Matrimonio tenía la decisión absoluta sobre el asunto, la Madre de los Dioses puso su mirada en unos de sus hijos menos adorados por los humanos, Prasus, el joven Dios era alguien pacífico, muy amigable y completente leal a sus personas cercanas, inclusive Zeus aceptaba que mientras no era poderoso como Ares o Artemisa, la influencia de Prasus en el Olimpo se reflejaba mucho a la hora de resolver problemas de forma civilizada...
Con la decisión tomada, Hera llevo a cabo el matrimonio entre Prasus y Afrodita, la cual no estaba del todo feliz pues su supuesto esposo era un enclenque según sus estándares, solo acepto porque sabía de la falla fatal de Prasus la cual era su Lealtad Absoluta, lo cual le serviría para seguir con sus aventuras inclusive enfrente de sus narices, Prasus se sintió afortunado de casarse con la Personificación de la Belleza, pero el no la miraba con lujuria, el joven Dios de verdad amaba a su esposa, pedía consejos a los Dioses que ya estaban casado o que tuvieran experiencia con las relaciones amorosas, incluso le pedía a Hefesto qué le fabricará regalos especiales para dárselos a Afrodita, cosa que le costó hacerle unos cuantos Favores al Dios Herrero quien estaba feliz, de ayudar a su Hermano menor..
Aunque la felicidad no duró mucho....
Milenios pasaron, no había día en el que Prasus no encontrará a su esposa en la cama como cualquier otro hombre inclusive su Hermano Ares, su corazón se destrozaba cada vez que la escuchaba gemir de placer en su propia cama de casados, riéndose en su cara, degradandolo a un simple sirviente, el Dios le suplico a su Madre que anulará el Matrimonio, pero Hera se negó diciendo que era su culpa por no darle la atención que Afrodita se merece, pero Prasus sabía que eso no era cierto, si cada día de sus milenios casados, el Dios prácticamente bañaba a Afrodita con regalos y cumplidos, invitaciones que siempre eran rechazadas, besos que le ameritaban una cachetada de su propia esposa, palabras crueles a cambio de su afecto sincero, engaño por su lealtad, inclusive busco ayuda con su Padre pero este tampoco pudo ayudarlo, Prasus no sabía que hacer, solo quedarse esperando por el amor de una mujer que nisiquiera lo valoraba...
El estaba destrozado, su dolor era incomparable, las repetidas infidelidades de Afrodita le causaban aún más daño por su dominio de la Fidelidad, busco consuelo con sus hermanos exceptuando a Ares, incluso Artemisa le ofreció un lugar en su Grupo de Cazadoras el cual el rechazó porque sabía que las pobres que era acogidas por Artemisa tenían graves antecedentes de violencia por parte de hombres hacia ellas, poco a poco, el brillo que lo rodeaba perpetuamente cambio por una misamia oscura, por arte del destino, sus dominios cambiaron, pero nadie lo noto, Prasus ya no era ni la sombra de lo que fue en antaño, lo que lo quebró aún más era el saber que su esposa si es que aún la puede llamar así, tuvo hijos con Ares cuando a él le negaba el simple hecho de mirarla, era irónico que aún siendo la Diosa del Amor, Afrodita pisoteo un corazón tan puro y tiró los sentimientos como si fueran basura a cambio de lujuria y sexo todos los días con diferentes acompañantes...
Prasus dejo pensar en ello, para que seguía intentándolo, su Madre seguía recia en que era su culpa por no ponerle atención a su esposa y sus hermanos poco podían hacer para llenar en vacío que se estaba agrandando en su alma, algunos comenzaron a preocuparse pues no era normal ver al siempre alegre y optimista Prasus, tan decaído y deteriorado, Afrodita ni siquiera le importo cuando sus Ninfas le informaron de la situación de su esposo, es más, rio con júbilo al saber que pronto Prasus desaparecería y ella podría seguir disfrutando de su vida inmortal llena de lujuria y sexo, pero lo que no sabía es que por sus acciones, se perdió de experimentar el amor más grande, más puro, más cálido, más sentimental que pudo haber sentido...
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El Amor Desperdiciado de un Corazon Noble.
Short StoryLibro que no tiene fecha de actualización fija, son pequeñas historias que salen de mi cabeza cuando ando algo deprimido, espero y las disfruten aunque sea un poco.