CAPÍTULO 1 - Buenos malos días

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Tumbada en mi cama, abrí los ojos por primera vez en todo el día.  Una luz proveniente de la única ventana de mi habitación hizo que me diese cuenta de que ya era de día. Últimamente me encuentro cansada, aparte de que siento como que no tengo ningún propósito de vida. Estoy a mitad del curso de primero de bachillerato y precisamente este curso no me ha ido muy bien… Tengo tantos líos en mi cabeza…

¿Qué hora es? ¡Hostia! ¡Que son ya las siete! Inmediatamente, me levanté de la cama y, junto a mi pijama de gatitos, bajé las escaleras hacia la cocina. "Buenos días mamá" le digo a mi madre, que está preparándose un café caliente.

"Buenos días, ¿tú también quieres café?" -me responde.

"Sisi… Ponme una buena taza de café… ¿Por qué no me has avisado de que ya es la hora de levantarse?" -le pregunto sin energía.

"Perdona cariño, no pensé que querrías asistir a la excursión de hoy… Ya sabes, como no te suele gustar ir a la playa... Además últimamente estás como apagada… ¿Te pasa algo?" me pregunta, preocupada y cada vez bajando más el tono de voz. 

"Aish, otra vez con el temita ¡Déjame en paz de una vez!" le grito, malhumorada.

Enfadada, me subo a la habitación y abro el armario con intención de escoger la ropa que llevaré hoy a la excursión a la playa. Mientras elijo la ropa, empiezo a reflexionar de la pequeña discusión que acabo de tener con mi madre. ¿Habré sonado agresiva? Quizás es porque no entiende mi situación… Pues claro que no me entiende, ¡a estas alturas no me entiendo ni yo! Sinceramente, seguro que la raíz del problema es mi sexualidad… "No, ¡otra vez no! Joder, evita pensar en todos esos temas de mierda. Venga, vístete y sal de una puta vez, que te está esperando Joseph, tu mejor amigo" me digo a mí misma.

Cierro el armario y pienso: "Para no tener que ponerme el biquini en la playa me lo voy a poner en casa, por debajo de la ropa." No sabía qué bikini ponerme, así que me decanté por un top de color rosa claro y una parte de abajo de color negro. Mientras me visto, no puedo evitar mirar al espejo que tengo colgado en la pared, al lado de la puerta. "Que puto asco, ¿qué son esas curvas de mierda?" En definitiva, no estoy agusto conmigo misma. "Vale Marina, tú evita quitarte la camiseta en la playa y ya está" me digo a mí misma, con el fin de tranquilizarme. 

Diario de una bisexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora