Capítulo 5: Ecos del pasado.

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—¿Dime, desde cuándo...? —las lágrimas de Subaru empezaron a caer sin previo aviso.

Incapaces de responder y viendo cómo Subaru salió corriendo, Shu fue detrás de ella.

—¡Subaru espera, puedo explicarlo! —dijo captando su atención. —Esto fue sólo un desliz, te lo juro. Si pudieras darme algo de tiempo, he estado confundido, quisiera aclarar mis sentimientos.

Ella abrumada por la rabia y decepción respondió: —Claro. Tienes toda la vida para aclarar tus sentimientos, porque cuando uno quiere de verdad no duda. ¡Adiós, Shu Sakamaki!

Shu se quedó sin palabras mientras Subaru bajaba por las escaleras yéndose de ahí sin mirar atrás. Él lo arruinó y lo sabía. Una bonita relación que tanto tiempo le llevo crear fue destruida en segundos por un error muy estúpido de parte suya.

Poco a poco Shu se dirigió a su habitación, al ver que Yui aún se encontraba en ella vistiendo su camisa mientras esta tomaba su ropa se sintió furioso.

—¿Qué estás haciendo? Vete —ordenó sin mirarla.

—¿Eh?

—Sal de aquí, no quiero verte —Yui solo asintió atemorizada ante el tono del mayor y corrió a su propia habitación.

Al escuchar la puerta cerrarse Shu suspiró abatido, se sentó al borde de su cama y miró al techo con arrepentimiento. Sí, estaba arrepentido, él arruinó completamente una relación que forjó durante años por una estúpida aventura.

—Subaru... —murmuró cerrando sus ojos con pesadez recordando los buenos y malos momentos que pasó con Subaru.

La primera vez que vio a Subaru fue cuando su padre, Karlheinz, la presentó antes todos en una fiesta, esta se notaba algo incómoda y molesta al encontrarse rodeada de tantas personas, tratando de mantenerse lo más cerca posible de Christa, su madre. Sin embargo, para la mala suerte de la menor, su padre la llevó a conocer a sus "hermanos", hijos de él, pero de diferentes madres que portaban el apellido Sakamaki al igual que ella.

No hacía mucho tiempo que Karlheinz había les revelado la existencia de la hija de Christa a los cinco chicos, todos se habían interesado pues era la única hija de su padre y a su vez, su pequeña hermana menor. La primera impresión general de los Sakamaki con Subaru fue: "es adorable", "espero que nos llevemos bien" y "seré un buen hermano mayor", mientras que para Subaru al conocer a sus hermanos mayores fue: "ah, no deseo involucrarme con ellos".

Pese a la inconformidad de Subaru se unió a ellos y empezó a vivir en la mansión Sakamaki, la pequeña albina prefería pasar su tiempo el jardín cerca de la torre donde se encontraba su madre. Al poco tiempo de mudarse a la mansión con los demás, la cordura de su madre se fue degradando haciendo que esta tuviera episodios de histeria, provocando así que empezara a insultarla o aún peor agredirla físicamente al no reconocerla. Tanto así que Shu y Ayato llegaron a consolarla en una ocasión, ellos fueron testigos de la locura que crecía en Christa a tal punto que esta trataba de ahorcar a Subaru; rápidamente alejaron a Subaru de ella, Shu la abrazó, la menor solo temblaba en sus brazos, por otra parte, Ayato aprovechó que Richter se encontraba cerca para llevar a Christa a la torre, después de eso volvió hacia donde estaba Shu para ver el estado de Subaru y consolarla.

Subaru que se había visto envuelta en insultos y desprecios por parte de su madre, optó por solo observar su silueta presente a través de una ventana de la torre, ya que solo de vez en cuando se le permitía visitarla; fuera de eso pasaba mucho tiempo sola, en ocasiones no comía ni dormía y nadie lo notaba, dado a eso sentía un poco de envidia hacia sus hermanos, le dolía verlos con sus madres que, si bien eran muy estrictas con ellos, al menos podían verlas y tenerlas a su lado cuando quisieran aunado en el hecho que ellos sí eran hermanos de sangre, es decir, Shu tenía a Reiji pese a sus grandes diferencias, además de que Ayato, Kanato y Laito eran muy unidos.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2021 ⏰

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