1

1K 62 8
                                    

-¡Has de perderlo todo por idiota! -Le recriminó su madre con dureza, desquitandose con los platos-. ¡Ese bien pudo ser marido tuyo! ¡Pero por caprichosa se te fue!

Ino guardo silencio terminando de acomodar la mesa. Sabía el genio que se cargaba su madre, por lo que prefería guardar las respuestas en su cabeza. En más de una ocasión comprobó con tristeza que ella jamás ganaría en una discusión, aunque tuviera la razón.

-¡Vino y de rodillas pidió tu mano! ¡Me dije a mi misma que por fin pondrías los pies sobre la tierra y harías una vida hecha y derecha junto a él! ¿Pero con que babosada me saliste? ¡Que aún no estabas lista y que mejor se dieran un tiempo!

En resumen había sido una mañana tranquila, pero de no haber sido por la noticia de Sai y Karín hubiera seguido siendola. Ino estaba al tanto de todo, cómo era ya su enfermizo pasatiempo el estar al pendiente de las grandes noticias de las vidas de sus amigos a causa de tener tan vacía la suya, pero por razones válidas había preferido guardarlo de su familia. Sin embargo la maldita frente de marquesina había tenido que llegar pregonandolo a los cuatro vientos.

«Hay viera como hacen una pareja re encantadora». La mujer torció la boca mirando de reojo a su hija, Ino acepto con desánimo que esa era la señal de que todo se iría por el caño no más Sakura pusiera un pie fuera de la casa. Le invitaron un café a la pelirosa, charlaron y por fin se retiro con esa jodida sonrisa en la cara. Tal como lo predijo, apenas la puerta se cerró su madre comenzó a reclamarle lo poco inteligente que era. La falta de cerebro y astucia.

Maldito tablón parlante. Ojalá Sasuke te arranque la lengua larga que te cargas.

Como deseaba que en uno de esos besos fogosos que tanto presumía la Haruno en sus charlas, le saliera lo caníbal a su jodido maridito y a mordidas le quitara la lengua de víbora.

-¡Tiempo es lo que te hemos dado tu padre y yo! ¡Tiempo y paciencia! ¡Esperando a que por fin tomes las riendas del clan! ¡Pero ni siquiera puedes tomar las riendas de tu propia vida, maldición!

-Madre... -Tomo los platos húmedos dejándolos en el canasto-. ¿Cuál es la urgencia de qué me case? Es decir, no es necesario para que yo lidere. Puedo hacerlo sola.

-¿Has perdido la cabeza? ¡Ja! ¡Liderar sola!

Negó mirando a Ino como si acabase de decir la peor calamidad de su vida.

-¿Qué diría el consejo de semejante atrocidad? No sería bien visto que una mujer fuera líder sin tener la mano de un hombre que la guíe. Por eso, ese muchacho era el indicado. Pero por tus idioteces lo perdiste.

Lo perdiste.

¿En serio había perdido algo que nunca considero suyo?

Ahora, aún, le consideraban una niña, una niña que lo perdía todo. Aquellos años de adolescencia en los que le decían lo orgullosos que estaban de sus logros, desaparecían al igual que esa felicidad.
Entendía la decepción de sus padres, ella misma se decepcionaba de la forma en la que mando su futuro a la basura. De la forma en la que un desamor acabo con su vida. Le resultaba tonto, absurdo, había dejado todo atrás sólo para sumirse en un dolor intenso del cual no quería salir...

«Debes superarlo, ya pasaron siete años». Le había dicho Shikamaru la tarde que la encontró llorando bajo la sombra de un sauce, con esa piedrecilla celeste de lados desiguales entre sus manos, y ese recuerdo en la cabeza.

«¡Ino! ¿Verdad qué esta piedra parece un corazón? El señor sabelotodo dice que no». Naruto había corrido hacia ella, mostrándole aquel mineral desgastado por el agua, tenía dos lados semi ovalados y una filosa punta. Parecía un corazón. Ella lo había confirmado haciendo que Naruto riera presumiendole a Shikamaru su victoria. «¡Claro que es un corazón, es mi corazón!». Bajo ninguna circunstancia lograría olvidar la forma en qué el sol del atardecer hizo brillar su piel mojada, la forma en la que su sonrisa sonrojó sus mejillas y en la que sus ojos la miraron con profundidad. «Y como es mi corazón, puedo hacer lo que quiera con el». Tampoco podría olvidar el tacto frío y suave de las manos de Naruto que tomaron las suyas para depositar el pequeño tesoro en ellas. «Te lo regalo Ino-chan...». Ni la electricidad que ejerció en su cuerpo ese leve contacto.

Por eso no deseaba superarlo, no quería olvidar esos recuerdos que evocaban las más escandalosas emociones escondidas en su ser y a su vez, estás traían consigo sensaciones, sensaciones que la hacían sentir viva. Quizá era masoquismo esa insana adicción de herirse al revivir el pasado, pero no tenía comparación con el placer que producía recordar cuando ella lo era todo para Naruto, cuando Hinata no existía para ellos.

Y justamente había sido esa adicción la que termino con su vida.

Agonizaba sumergida hasta el fondo de ese mismo fango desde que Naruto y Hinata se habían casado.

¿Qué es lo que le impedía salir?

-Iré a mi habitación madre...

No espero respuesta de la mujer, sólo salió apresurada de ahí, sintiendo un agudo dolor en el pecho. Era impotencia quizá.
Una sensación de libertad la embriago cuando estuvo fuera de la cocina, respiró aliviada dirigiendo su caminar por el largo y desierto pasillo que se abría paso frente a ella.

¿Sería verdad lo que decía Temari?

Llevó una mano a su cabeza deshaciendo el nudo que ataba su cabello. Los ligeros mechones amarillos cayeron haciéndole cosquillas en los hombros y parte de la espalda que su blusa no cubría.

«¡ lo que quieres es dar lastima!».

No culpaba a su amiga, sabía que estaba tan desesperada como lo estaban sus padres. Pero en el momento que se pierde el sentido de la vida, deja de importar que suceda. La verdad, no deseaba dar lastima, era suficiente con la se daba a si misma.

Hombres hay miles.

Pero ninguno era como Naruto, su aberrante obsesión hacia él la destruía de a poco.

-No podré olvidarte jamás...

✴✴✴

Hola!!!

Este es el primer capítulo de La Otra. Intuyo que ya se habrán dado cuenta que la atracción de Ino por Naruto raya de amor a obsesión.

Pues déjenme les digo que toditsima la historia estará llana de este tipo de insanía, claro como es mi costumbre, también romance y drama💅😏

han llegado hasta aquí pues: ¡Bienvenidos al mundo de La Otra! Tomen asiento y asegúrense de tener pastillas para desintoxicarse al final de cada capítulo😁

En fin... gracias por leer💌

La Otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora