Su último atardecer

su libro favorito

Ella se encontraba en un mar rojo, imaginando el atardecer, lo que hizo que la paz llenara por completo su triste alma, tanto que olvidó que se estaba marchitando poco a poco, que si dejaba pasar el tiempo lo suficiente, ya no sentiría nada más. 

Se dio cuenta que en realidad no queria eso, ella no queria que su alma divague por su casa sin una luz que la guiara, sin poder salir jamás de ahí.

Ella quería sentir, queria ser valiente y hacer desaparecer su sufrimiento, y asi fue.

Con sus últimas fuerzas grito el nombre de la mujer que la acompañaba desde que ya no pudo seguir el camino hasta la felicidad.

La mujer se quedo paralizada por unos segundos, los que bastaron para que se diera cuenta de la situación y llamara una ambulancia

A ella solo le quedaba esperar a que llegara su posible salvación, esperar que su sol no se escondiese tras el horizonte, y si lo hacía, que al día siguiente vuelva a salir.  

Se limitó a imaginar el sol en lo alto del cielo, hasta que unas manos intentando levantarla la sacaron de aquella tarde veraniega.

Una vez en aquel lugar donde acabaron con su felicidad, pero pronto le daría otra razón por la cual ser feliz, abrió sus ojos con la esperanza de ver el día, pero solo logro ver una noche oscura.

Dirije su vista rápidamente donde escucho esa dulce voz que se le hacía tan familiar y reconfortante, pero no pudo ver el rostro de su ser querido...

La mujer avanza lentamente hacia ella, incrédula de que su mirada este perdida, y no en sus ojos.

Ella sintio el olor de su cuerpo entrar por sus fosas nasales, para quedarse grabado en su memoria, y alterar su sistema nervioso; al mismo tiempo que no pudo evitar recordar la sensación de estar bajo la luz del sol.

Eso era lo que sentía cada vez que ella estaba cerca, sentía como el sol iluminaba la noche en su interior, como si estuviera poniéndole color en sus ojos, como si de leerla se tratase.

Cada dia que pasaba, la presencia de aquella mujer se hacía mas recurrente, venía cada vez mas seguido y eso pudo, de alguna forma, devolverle el amarillo a su vida. 

Ella venía cada día con un pincel de sensaciones a pintar su vida de alegría.

Ella le hacía sentir en un lienzo lleno de colores que tapaba de negro cada que se iba.

Cada vez que hablaba intentaba leerla, lo mas hermoso, era que siempre lo lograba.

Cada parte de ella le hacia sentir mariposas revoloteando en su interior, y a diferencia de las demas cosas, ellas no desaparecían en la oscuridad.

Ella era la razón de su felicidad, la razon de su sonrisa, entre otras cosas...

Sus deseos mas grandes eran rozar sus labios con los suyos, y poder ver su rostro, pero sabía que jamás podria cumplirlos

El tacto y la audición se convirtieron en unos de sus sentidos favoritos, tocarla alteraba su corazón, al igual que su imaginación, y escucharla le hacía sentir que estaba leyendo el libro mas hermoso del que nunca había oído ni visto antes.

Así pasaron los días, ella estaba feliz de nuevo, y la dichosa mujer a su lado, jamás la dejaría y eso la llenaba de ganas de vivir...

De todos los libros que leyó, ella era su favorito...

Y así se fue haciendo amiga de la oscuridad.

Y enamorando de esa persona que le decía: hermana.