⊹ ִֶָ𓏲࣪ Jamais Vu ˚↷

2.

Si algo caracterizaba a Jungkook era el poder escabullirse de la gente, el mantener un perfil bajo y nunca estar rodeado de muchas personas. Entonces ¿Qué hacía él, en un bus, rodeado de un montón de personas? Cualquiera que lo viera podría confundirlo con un niño pequeño que perdió a su madre en una de las paradas. En este momento realmente no sabía que hacer, una de sus primeras lecciones había sido aprender a controlar que hilo ver, eso facilitaba mucho su vida ya que no veía hilos por todas partes mareandolo, pero justo en este momento los hilos se hicieron visibles, sabía que su presencia no afectaba, pero de todas formas se sentía preso. Mantenía la mirada baja, intentando concentrarse para eliminar los hilos de su campo visual pero era casi imposible. Respiró profundo y nuevamente notó un pequeño destello llamando su atención, con algo de nervios elevó la mirada y magicamente todos los hilos de hace unos segundos desaparecieron, dejando a la vista solo una de las conexiones del pálido muchacho. Observó atentamente aquella conexión, era la conexión cortada, a diferencia del resto de los hilos, podía decir que veía un pequeño destello dorado.
El pequeño chico pálido se encontraba al final del bus, había logrado agarrar un asiento, a diferencia suya que estaba al inicio del bus, de pie, intentado sostenerse para no caer.
Examinó a detalle cada parte del muchacho, intentando buscar una respuesta a sus dos conexiones. Casi siempre cuando seleccionaban que hilo ver ,este les daba un pequeño destello del alma gemela de esa persona, ayudándolos a encontrarla con mayor facilidad pero esta vez no podía ver nada, solo algo como una mancha, un rostro desdibujado en el tiempo.

- Podría tratarse de un alma vieja.- susurró, tan perdido en sus pensamiento que ignoró el par de miradas intrigosas a su alrededor.

Continuó observándolo, sin discreción alguna, llamando la atención de algunas personas, las cuales miraban en su dirección, sin comprender que tenía al joven tan embobado.
Suspiró y se mordió el labio frustado al no tener una imagen clara. No era justo, todas las personas que conocía tenían un alma gemela, con imagen clara y hasta dirección en tiempo real, pero él solo tenía una imagen borrosa.

Sintió como su corazón se detenía y la temperatura se le bajaba, al subir los ojos y encontrarse con la fija mirada del muchacho. Rápidamente liberó su labio y bajó la mirada, sin saber bien como disimular. Podía sentir sus mejillas calientes de la vergüenza. ¿Debería acercarse y hablarle? ¿Llamar a Jin para decirle del caso especial y buscar ayuda?
El bus se detuvo y la gente comenzó a bajar con prisa, arrastrándolo en el camino, no tenía ni idea de donde estaba, los edificios altos, tiendas lujosas, luces llamativas, todo era relativamente nuevo o estaba tan aturdido que no reconocía nada.

- ¿Primera vez en Gangnam? - preguntó una voz a sus espaldas, haciendo vibrar todo su cuerpo por lo gruesa y tranquila que se escuchaba.

Con algo de duda giró sobre sus pies, desequilibrandose un poco, se sentía tan torpe en estos momentos. Subió la mirada lentamente, sabiendo de alguna manera a quién le pertenecía esa voz, como si fuera familiar a sus oídos. Nuevamente pasó los ojos por sus lindas y delgadas piernas, las cuales se ocultaban detras de un ligero pantalón de mezclilla negro, acompañado de una camisa blanca,la cual tenía los primeros botones abiertos, dejando a la vista su más que blanca piel, era el chico del bus.

- ¿Gang...Gangnam? - preguntó sintiéndose confundido, como si una nube nublara sus pensamiento. Si había vistado Gangnam alguna vez, con Seokjin, las parejas más complicadas estaban ahí.

- Al parecer si es tu primera vez, tomaste el bus equivocado por seguirme. - Dijo de forma segura, asintiendo como si todo tuviera sentido ahora y haciendo que las mejillas de Jungkook tomaran un fuerte color rosa.

- ¡No es verdad! No salgo mucho y solo seguí a la multitud...- Intentó explicar perdiendo fuerza en sus palabras al ver la pequeña y sarcástica sonrisa del pálido.

- Bueno, digamos que fue así, entonces...¿Por qué me mirabas tanto? - Cuestionó acercándose un poco al castañito, haciendo que este se pusiera más nervioso de lo que estaba.

- Yo...yo no te miraba a ti, intentaba observar la marca de tu...¡camisa! Parece un material bastante cómodo, me llamó la atención.- Dijo de manera apresurada mientras la imagen de Marinette Dupain-Cheng pasaba por su mente.

El pálido comenzó a reír bajito mientras negaba suavemente con la cabeza.

- Ya veo, así que la camisa.- dijo riendo y negando suavemente, mientras con una de sus manitos tomaba la tela de la bendita camisa para examinarla.- Realmente no sé su marca, la compré en el mercado de pulgas.- dijo el pálido muchacho de forma simple.

- Quisiera ir ahí algún momento ¡Me gustó mucho la camisa! - exclamó inocente el menor, mostrando sus lindos dientitos de conejo.

- ¿Me estás pidiendo una cita? - cuestionó el muchacho de piel porcelana - Ni siquiera sé tu nombre y ya quieres que nos veamos nuevamente.

El castañito se quedó atónito, dándose cuenta del peso que tenían sus palabras.

- ¡No! Yo me refería a que tú puedes...darme la dirección y podría ir yo mismo, no creo que sea difícil llegar ¿o si?

- Mmm...pareces un niño perdido en Gangnam ¿Qué tal si te mando a algún lugar y luego me entero que estás perdido en televisión? No me lo perdonaría. Aún no me dices tu nombre niño.- dijo el pálido dando un pequeño toque en la punta de la naríz del pequeño.

- Lo siento, mi nombre es Jungkook y no creo perderme con facilidad. - dijo moviendo su naríz como un pequeño conejo

- Oh, entonces quedaste fascinado por mi belleza, Jungkook. - dijo llevando una de sus manos a su barbilla, haciendo una mueca pensativa.- Claro, es la opción más razonable y eso te hizo perder toda relación de espacio tiempo.

Jungkook sentía la cara roja, ese muchacho pálido dijo exactamente lo que había pasado. Debía disimular y encontrar una salida pronto.

- ¡No me dijiste tu nombre!

- Entonces, no piensas negarlo. Mi nombre es Yoongi, un placer niño bonito.