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Dinastía Joseon.

Oscuridad, era todo lo que podía distinguir gracias a un sucio y viejo pedazo de tela que cubría sus ojos, deseaba tanto quitarse aquella vieja tela que impedía su visión pero podía sentir como una gruesa soga mantenía sus manos presas detrás de su espalda, haciendo que con cualquier movimiento, solo consiguiera lastimarse.
Las cosas habían estado tan difíciles las últimas semanas que estaba casi seguro que esto era obra de una sola persona.

– ¡Déjeme en paz! Yo iba a cumplir mi parte del trato. – Gritó al escuchar suaves pasos sobre la tierra. – Sé que es usted. ¡Renuncié a todo! Ya déjeme marchar tranquilo. – Continuó al no recibir una respuesta del contrario.

Una suave risa escapó de los labios del jóven parado frente al pobre muchacho, una risa rasposa, llena de sarcasmo, sabía lo que pasaba por la mente del muchachito y realmente agradecía toda esa confusión, le sería muy útil después. Se contuvo de restregarle en la cara que no era quien él creía y en su lugar se acercó hasta él, tomando su mentón para observar su bello rostro, ese rostro que le había traído tantos problemas y con enojo lo soltó, lastimándolo un poco.

– Quisiera deshacerme de ti de una vez por todas, pero hay ciertas reglas y protocolos que debo seguir. – Dijo con voz baja el mayor, dejando atónito al pequeño. No era la voz que esperaba, era una más dulce, más joven, le sorprendía que aquella agradable voz dijera cosas tan malas.–  Me encargaré de que nunca vuelvas a tenerlo, por tu culpa lo perdí, ahora tú perderás todo Jeon Jungkook.

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Actualidad.

Los rayos de sol llegaron con fuerza sobre su rostro, haciendo que mantuviera los ojos cerrados acompañados de una pequeña sonrisa, realmente amaba sentir el aire fresco, escuchar a los pájaros cantar, las abejas revolotear y a la gente caminar. Era un día bastante tranquilo, había logrado unir a dos parejas sin hacer esfuerzo alguno, le gustaba ese tipo de relaciones en las cuales no tenía que hacer gran cosa, ya que las mismas personas se daban cuenta de sus sentimientos y lograban unir sus corazones. Suspiró y abrió los ojos, adaptándose lentamente al entorno, estaba sentado a orillas del río Han en un pequeño parquecillo de la zona. El sonido del agua relajaba cada parte de su cuerpo. Si fuera por él se quedaría ahí toda la vida pero...el sonido de su teléfono lo sacó de la ensoñación. Con pereza lo tomó entre sus manos leyendo la pantalla;Llamada entrante de SeokJin.

¿Qué sucede SeokJin? Estoy algo ocupado. – Mintió. El mayor era su mejor y único amigo, a parte de mentor, siempre estaba pendiente de él y de si cumplía con sus misiones diárias.–

– Espero que estes ocupado uniendo parejas Jungkook o haciendo los informes al menos. Este mes solo me presentaste el informe de diez parejas,  ¿Cómo quieres que presente eso a las deidades?  Se burlarán de mi y me los botaran en la cara. – Exclamó de forma exagerada el mayor, Jungkook rió, podía sentir los nervios y desesperación de su amigo a través del teléfono.

– Vamos SeokJin, diez son mi meta, el mundo está suficientemente sobre poblado para seguir uniendo parejas. – Se mofó el menor sabiendo que ahora incluso uniendo mil parejas solo la cuarta parte mantenía algo formal y la mitad de esa cuarta parte llegaba a tener hijos. – Pero para alivio tuyo, si, estoy viendo justo ahora a una pareja la cual me necesita. – Dijo viendo a un par de pajarillos revolotear juntos alrededor de un árbol.

– Está bien, asi me gusta Jungkook, sabes que todo esto es realmente importante, dentro de poco ya no te controlaré tanto y debes saber ser responsable, es tu primera vez en la tierra después de mucho, pero ya llevas suficiente tiempo como para seguir apreciando cada cosa, hasta el punto de descuidar tu trabajo.

SeokJin tenía razón, Jungkook había dejado todo de lado para escaparse un momento y poder apreciar toda la belleza de la naturaleza, no recuerda bien como llegó hasta ese lugar o hasta ese tiempo. Solo recuerda el como estuvo encerrado durante años en un espacio y tiempo fuera de todo lo que él o cualquier conocía. Hasta que hace unos años fue presentado ante SeokJin. Uno de los guías superiores le había dicho que ya era tiempo de regresar al mundo que alguna vez conoció y cumplir su misión de vida, nunca entendió a qué se refería con eso, pero con tal de salir de ese lugar aceptaría cualquier cosa.

Nuevamente se había perdido en sus pensamientos, escuchando a lo lejos la voz de SeokJin por el teléfono.

– ¡Jungkook! – el menor emitió un pequeño sonido, haciendo referencia a que lo estaba escuchando y espero a que continuara. – Te perdiste mirando a la nada ¿verdad?  Pequeño muchacho, ¿qué haré contigo? No olvides que esta semana me mudaré y deberás buscar un nuevo roomie, cité a la gente a que viniera hoy por la tarde. Elige bien, no hay cambio. – Dicho eso finalizó la llamada dejando algo inquieto a Jungkook.

Nunca había pasado mucho tiempo con otra persona que no fuera SeokJin, es más ni siquiera le había dirigido la palabra a nadie que no fuera SeokJin. Sintió como sus manos comenzaron a sudar y su respiración se cortaba un poco. Algo tembloroso se levantó del asiento y comenzó a caminar, lento, buscando relajarse. Realmente no quería un compañero de piso. Él podría mantenerse solo pero SeokJin no confiaba en él, observó su teléfono entre sus manos, pensando seriamente en llamar al mayor y decirle que podría mudarse junto a él con tal de no compartir piso con nadie. Caminó otro poco más llegando a una de las paradas de autobús cerca de una pequeña canchita de basquetbol. Decidido en hablarle a su amigo desbloqueó su teléfono, pero justo antes de presionar el botón de llamada un bus paró frente a él atrayendo su mirada, observó una a una a las personas ahí, riendo con algunas al ver que tenían a su destinado justo frente a sus ojos y no se daban cuenta, viendo a otros felices de siquiera ser conscientes de que tenían a su alma gemela a su lado. De un segundo a otro sintió como su corazón se aceleraba un poco y un pequeño destello llamaba su atención. Observó entre la gente buscando el resplandor, sorprendiéndose al encontrarse con un pequeño y pálido chico que corría desde la canchita a tomar el dichoso autobus. Su vista viajó hasta su mano donde se supuestamente se encuentra el hilo, lo observó con detenimiento y mayor fue su sorpresa al ver que tenía dos conexiones, una cortada y una atada.
Sin darse cuenta se encontró a si mismo, subiendo al bus en busca del pálido chico, casi entrando en crisis al verse rodeado de tanta gente.


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Les presento mi nuevo proyecto, las actualizaciones serán algo lentas y tendrá un poquito mucho drama, aún les debo el cap de uke pero ya no sé que ponerle jsjsjsjs.

All The Love!
Pronto nos veremos, todo el mundo cuídese mucho 💜

⊹ ִֶָ𓏲࣪ Jamais Vu ˚↷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora