19 days Omegaverse.

One Day

—He Tian eres asombroso, como se esperaba de un alpha dominante— decía una chica con voz chillona.
—No es para tanto— respondió el pelinegro con su típica sonrisa fingida.
—Hoy si nos acompañaras a comer ¿Verdad?— pregunto otra chica de las muchas que lo rodeaban siempre.
—Lo siento estare ocupado— respondió He Tian fingiendo tristeza.
Todas las chicas empezaron a quejarse dejando ver un rostro triste.
—Tendra que ser otro día, nos tienes que acompañar eh— decía una chica haciendo puchero.
—Claro ire uno de estos di...— en ese momento He Tian pudo oler un aroma delicioso, jamás en su vida había olido algo así, era como flores silvestres en la mañana un aroma tan refrescante pero a la vez dulce, una combinación perfecta.
—Lo siento, tengo que irme chicas— salio corriendo dejando a las chicas un poco confundidas, siguió el aroma, era muy leve pero el podía distinguirlo claramente.
Cuando estaba por doblar en una esquina el hipnótizante aroma desapareció, como si de un sueño se tratase.
Cuando llego al lugar donde antes el aroma provenia no vio más que a tres chicas pasando y al beta pelirojo con el que se había peleado XiXi tiempo atras.
He Tian suspiro, maldiciendo el no haber llegado a tiempo.
—¿Que mierda ven?— dijo el pelirrojo espantando a las chicas y sacando a He Tian de sus pensamientos. Al verlo se acercó a el solo para molestarlo, era un beta pero todos lo conocian por tener un caracter fuerte, meterse en problemas y ser lider de una pequeña pandilla.
—Así nunca seras popular— dijo el pelinegro sonriendo.
—¿Quien mierdas quiere ser popular?— respondió mirando de manera desafiante.
—Ese sándwich ¿Tu lo hiciste?, no me parece haberlo visto en la cafetería.—
El pelirrojo se levanto enojado y miro a He Tian a los ojos.
—¿Tienes algún maldito problema con que lo haya hecho yo?— pregunto casi gruñendo.
—Nop para nada, al contrario, quiero que me cocines, obviamente te pagare— respondió sonriendo, al fin comería comida descendente no del mini super.
—Vete a la mierda, ¿Quien diablos cocinaria para ti? Maldito idio...— no pudo terminar de maldecir cuando sintió un golpe en su estomago que lo hizo doblarse.
—Dije que te pagaría— habló el pelinegro con voz fría.
—¡Ja! sí me pagas 100 dolares lo hare maldito idiota— dijo Mo aun doblando por el dolor.
—Traro hecho— respondió con voz triunfante.
—¿Es enserio?, de haber sabido te pedía más ¡Diablos!.—
—Tu pusiste el precio, te veo después de la escuela—.