Capítulo 2

10 1 0
                                    

25 de Diciembre, 2085

Los días pasaron, la tristeza y el silencio retumbaban por toda la casa, la partida del padrastro de Natasha había sido una pésima noticia, no pudo ni verle y para ella era terrible, a pesar de que no lloró en su funeral, ni se mostró vulnerable, en su interior le dolía, dolía ver a su madre devastada, a su hermano menor desconsolado que solo se metía horas extras en su trabajo para no estar en casa y recordar a su padre. Ella debía ser la luz en ese momento, y ayudar más que nunca a su familia, así que, a primera hora de la mañana, se levantó, se aseo, se arregló y decidió ir de compras, tanto para ella como para la casa. Antes de salir, su madre la llama desde la cocina, ella se apresura a ir.

-Natasha, hija, ¿iras a alguna parte? – preguntaría la mujer, dejando de cortar la presa de pollo y viendo a Natasha fijamente.

-Sí, saldré a comprar enceres, vi que hay cosas que faltan y quería comprar algo, prometo no tardar – Diría ella, sonriendo.

-Tárdate todo lo que quieras, disfruta tus vacaciones, no tienes que estar encerrada todo el tiempo – Natasha sonreía se acercó a su madre y le dio un corto y dulce beso en la mejilla y se retiró del lugar, rumbo al centro comercial.

Después de caminar por un rato, y comprar ropa y algunas que otras cosa para la casa, decidió tomarse un frapuccino en un restaurant en la feria de comida del centro comercial, dejo las bolsas de un lado y se sentó mientras observaba el lugar, era amplio, cálido y había aproximadamente siete personas en el lugar. Uno de los meseros del lugar se le acercó hasta su mesa.

-Buenos días, ¿le tomo su orden? – diría el chico amablemente, sacando de sus bolsillos una pequeña libretica.

-Hola, si, un frapuccino y una porción de pie de limón – Diría Natasha sonriéndole al chico.

-¿Algo más? – Preguntaría este antes de retirarse, ella negaría con su cabeza mientras sonreía – Muy bien, ya le traigo su orden.

Mientras esperaba, su teléfono empezaría a sonar, era una videollamada entrante de sus dos mejores amigos, Marie De Santis y Dante Parisi, al ver la pantalla de su teléfono sonrió, contestando la llamada, se sentía feliz de verlos así sea a la distancia.

-Natasha Rose, al fin podemos comunicarnos contigo – Diría la chica sonriendo.

-Natasha, te extrañamos – Diría el chico. Natasha solo se limitaba a sonreír a la pantalla mientras los veía a ambos, estos se dieron cuenta de que algo no andaba bien – Nat, ¿sucede algo? – preguntaría Dante.

-Estoy bien chicos, solo que es extraño volver a Chicago después de mucho tiempo eso es todo, estoy feliz de estar aquí – Diría Natasha sonriendo para sus amigos – Por cierto, los tengo que dejar mi madre y mi hermano me esperan en casa con las compras – Natasha llevaría el teléfono hacia las cinco bolsas que estaban a sus pies.

-Nat... - Dante empezaría hablar pero Natasha se adelantó.

-Estoy bien, tranquilos, estoy feliz, nos vemos pronto ¡Bye! – Dicho eso termino con la videollamada, tomo sus bolsas, dejo en la mesa propina y la paga del frapuccino y salió de allí. Mientras caminaba por los pasillos del centro comercial viendo las vitrinas de cada tienda, en su distracción no noto que había chocado con alguien.

-¡Oh! ¡Lo siento! No me fije – Diría ella viendo al suelo ya que se había derramado un líquido rosado y frío sobre ella y en el suelo, vio por un momento su blusa, e hizo una mueca.

-Disculpa haber derramado mi batido sobre ti – Diría un chico, aquella voz la hizo detener su inspección a su ropa y levanto la mirada rápidamente, lo miro por unos segundos, el chico también la miraba. Ambos reaccionarían al mismo tiempo. - ¿Natasha?

Entre LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora