18 de Diciembre de 2085, aeropuerto di Siena, Italia
Era un día cálido entre el frío y la llegada de la primavera, así que había vientos rápidos por toda la ciudad, la chica caminaba a pasos apresurados por todo el aeropuerto, vestía de jogger color negro, una blusa corta color blanco, unos deportivos y una chaqueta larga hasta las pantorrillas color beige, en su mano derecha llevaba un bolso de mano y en la mano izquierda llevaba su teléfono.
-¡Hey! – Gritó un hombre detrás de ella, este vestía de un traje doble botón color negro y zapatos que combinaban, esta se detuvo y dirigió su mirada al hombre, este se acercaba a ella corriendo, detrás de él, otro hombre venía caminando de manera despreocupada, vestía de traje igual que el anterior solo que este era un traje gris – se te olvido esto – El hombre le extendía una cajita pequeña forrada de terciopelo rojo, la chica lo miro extrañada y luego sonrió tomando la cajita.
-Padre, no era necesario, gracias – la chica abrazaría a su padre por unos segundos y luego se separaría de él.
-Natasha, intento recordarte las cosas porque eres una pequeña olvidadiza – Diría su padre tomándola del brazo y caminando junto a ella, hasta la entrada para la espera del avión, se vieron por unos instantes, ambos rieron y luego se abrazaron nuevamente – Avísame cuando llegues a Estados Unidos, me saludas a Marie –
-Sí, padre. Me tengo que ir, adiós – diría ella entrando a la sala de espera mientras alzaba su brazo derecho y se despedía. Luego de unos veinticinco minutos, con más de trescientas personas a la espera de su vuelo, la interlocutora da el aviso del avión, era momento de abordar. Después de un abordaje tranquilo, y ya listos, el avión alzó vuelo, sería un viaje largo, de doce horas y veinte minutos hasta Chicago, Estados Unidos.
El arribo al aeropuerto de Chicago, fue tranquilo, después de una larga siesta, la chica tomo su bolso de mano y bajo del avión, luego de recoger su maleta y checar que todo estaba en orden, camino hasta la entrada del lugar allí escuchó una voz femenina conocida para ella.
-¡Natasha! –gritaría una mujer de aproximadamente cincuenta y cinco años, bien conservada, usaba un pantalón talle alto color blanco y una camisa corta manga larga color beige, y tacones a juego, la chica se acercó rápidamente a la mujer abrazándola fuertemente, la mujer rompió en llanto, algo breve. La chica se separó de ella mientras sonreía y limpiaba sus lágrimas, la mujer la tomo del brazo – Vamos a casa – Diría la mujer con un tono algo melancólico mientras ambas caminaban hasta el auto. El camino a casa fue tranquilo, armonioso y lleno de risas. Tras unos treinta minutos en carretera por fin llegaron a casa, Natasha admiraba el vecindario había cambiado desde la última vez, la nostalgia dentro de ella estaba cada vez latente, cuando voy su casa de tan solo dos pisos, con un jardín delantero amplio, lágrimas corrieron por sus mejillas que de inmediato las limpio, la mujer y ella bajaron del auto y se dirigieron a la puerta de entrada. La primera en entrar seria Natasha mientras observaba su entorno se dio cuenta de que un silencio profundo había en el lugar, dirigió la mirada a la mujer que se encontraba poniendo su chaqueta en el perchero.
-Mamá, ¿es normal este silencio? – preguntaría la muchacha mientras se quitaba su chaqueta para colgarla, la mujer rio y asintió.
-Desde que tu hermano consiguió trabajo en la empresa S.L Corporation casi nunca se la pasa aquí, y Jackson, sabes que siempre está de viaje por los asuntos de su negocio – la mujer caminaba hasta la cocina cuando detuvo en seco – Bienvenida a casa, hija, haré la cena, ve a descansar, tuvo que ser un viaje largo – La muchacha asintió.
Luego de una hora en su habitación descansando, dos toques en su puerta sonaron para luego abrirse, era un muchacho de un metro ochenta y dos, cabello rubio oscuro y ojos color miel se asomaba en la puerta, Natasha al verlo se levantó rápidamente y corrió hacia él, abalanzándosele, ambos se abrazaban fuertemente, luego de un rato el muchacho se separó de ella, sujetándola solamente de sus hombros, la observo de arriba abajo y luego sonrió ampliamente.
-Lo veo y no lo creo, Natasha Rose, luego de tanto tiempo por fin puedo abrazarte, como te extrañaba, hermana – Diría el muchacho sonriendo a lo que ella sonrio.
-Yo te extrañaba más, hermano – la muchacha lo volvió abrazar, el muchacho puso su mano derecha en la cabeza de ella y la acariciaba.
-Por favor dile al gruñón de tu padre que te deje salir más seguido, haces falta – Diría él, riendo – Ven, la cena está lista.
Luego de la cena, los tres se dispusieron a ver películas en la sala de estar, rememorando cosas del pasado y contando alguno que otro chiste, Natasha estaba tranquila y feliz por estar nuevamente en casa, ver a su madre y a su hermano era lo único que le importaba. La madre de ambos se levantó del sillón los vio a ambos y sonrió cálidamente – Mis hijos queridos, como extrañaba esto, pero su muy querida mamá quiere ir a descansar, no se acuesten tarde ¡he! –
-Tranquila, mamá, yo te sigo, tengo una junta mañana a primera hora ¡Buenas noches, hermana! – Diria su hermano mientras caminaba escaleras arriba, su mamá se acercó a ella con una sonrisa amplia y le planto un beso en la frente.
-Descansa, mi luz - la mujer caminaría escaleras arriba, veía a su madre retirarse, respiro profundo, y vio su teléfono, su padre le había dejado un mensaje.
"Padre: 17:58h
Natasha, avísame cuando llegues a Chicago, recuerda lo que hablamos.
Cuídate."
"Yo: 22:25h
Padre, ya estoy en Chicago, siempre lo recuerdo padre."
Eran las tres y media de la madrugada cuando el teléfono principal de la casa empezó a sonar repetidas veces, la primera en tomar la llamada desde su alcoba fue la mamá de Natasha, luego de eso un grito sollozado, una puerta azotándose y llanto se escucharía, Natasha se despertaría por el ruido, fue hacia la habitación de su madre, la mujer lloraba a mares mientras que el hermano la contenía en sus brazos, Natasha miraba el teléfono en manos de la mujer, se acercó y tomó el teléfono.
-Buenas noches, ¿puede repetirme lo que dijo, que la puso en mal estado? – Natasha diría lentamente.
-Buenas noches, disculpe, pero no puedo darle información, solo a la señora Marie Jackson – diría una mujer del otro lado de la línea. Natasha observó a su madre por unos segundos.
-Soy su hija ¿Quién la busca a estas altas horas? – preguntaría algo irritada.
-Disculpe por la hora señorita, llamamos desde el Methodist of Chicago ¿Usted es familiar del señor Jackson Fitzpatrick? –
-Si, ¿Qué pasó con mi papá? – en su voz denotaba la preocupación.
-El Señor Fitzpatrick tuvo un accidente y acaba de fallecer, es importante que sus familiares vengan.
-Muchas gracias, señorita – dicho eso Natasha colgó ypuso el teléfono en su lugar, tomo aire y se sentó junto a su madre y hermano,los tres se abrazaban mientras sollozos se escuchaban, la única que no emitíaningún sonido ni soltaba una lágrima era Natasha, que se encontraba en shock
ESTÁS LEYENDO
Entre Lobos
Novela JuvenilVivir dentro del mismísimo infierno es la vida de Natasha Rose, acogida por su padre desde una corta edad de seis años, tuvo que lidiar con muchos problemas en su pasado que aun en su presente seguirán vigentes y solo ella tendrá que tomar la decisi...