Capitulo 3

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21 de agosto.

Mi maldita mañana no había sido precisamente la mejor. Para empezar me había levantado tarde y, aún que no había podido pegar los ojos en toda la noche, si me valía de que mi alarma me avisara, pero no había sonado. Gregory había dicho una noche antes que estaba enfermo y que por tales motivos no podría llevarnos o... llevarme mejor dicho, ya que mi hermano se había ido a no-sé-dónde y mi madre estaba de guardia en el hospital.
Me bañé y vesti, me coloque los pupilentes como pude, todo en un tiempo récord. Metí mis pertenencias a la mochila , tomé las llaves y salí corriendo.

Fuí directamente a la parada del autobús. Recé porque este no se demorará.
Pasaron los minutos.
5 minutos.
10 minutos.
15 minutos y mi desesperación comenzaba a crecer.

Miré hacía los lados en busca de alguna otra alternativa. Mis ojos cayeron sobre Alek. Él venía caminando tan tranquilo con los auriculares puestos. No lo dude ni un momento y me hacer que a él. Tome todo el valor que pude, respire ondo y le hablé.

- Oye - me pare frente al de ojos grises en un intento de que me viera. Funcionó. En cuanto me vió frunció el entrecejo, mirándome con una expresión extremadamente sería. No hablaba mucho, se relacionaba con pocos de la escuela, pero nadie se atrevía a meterse con él, le tenían respeto.

Aún que en mi cerebro las alarmas de alerta se activaron y, nuevamente, una extraña sensación me recorrió la espina dorsal, decidí ignorarlas. No era el momento, ya iba retrasada.

- ¿Me preguntaba si podíamos compartir un taxi? Ya voy retrasada y la verdad no confío mucho en ellos - dije con cierto toque de suplica. Pensé que me ignoraria, juzgando me de loca paranoica. Pero no, dibujo una mueca de disgusto y luego, simplemente, en un alzamiento de hombros accedió. Lo mire perpleja, mas no dije nada. En cuanto el primer taxi pasó, nos subimos en el.

El ambiente era muy extraño, casi era tenso. ¿Tal vez se abría dado cuenta que yo era la que lo espiaba ayer? No ¿O si?
El taxi iba en silencio, no parecía querer hablar y sinceramente yo tampoco. Solo recosté mi cabeza por la ventana, viendo a las pocas personas que pasaban. Me empecé a imaginar una escena muy dramática, como en las películas. Donde la chica un día, en el que casualmente lluvia, salía corriendo a toda velocidad, se subía al primer taxi que se le cruzara para que la llevara al aeropuerto, tomando un vuelo muy lejos, después de una pelea con su pareja. En un intento de huída o libertad.

Música romántica y melosa en extremo, hizo que saliera de mis pensamientos... ¿Pero que rayos? Por el espejo retrovisor, capté miradas del conductor algo extrañas. Él con los ojos me señalaba a mi acompañante de forma insistente. Lo mire de manera extrañada, tratando de descifrar que intentaba decirme.

Estuve un momento procesando, con mi ardilla dando lo mejor que tenía. Hasta que lo capté.

Oh, no. El creia que éramos pareja y, si mis teorías no estaban mal, creia que estábamos molestos.
No sabía cómo tomarme aquello, me quería reír, la situación en sí era graciosa, de verdad que estaba haciendo un esfuerzo descomunal para no soltar la carcajada.

Sentí una mirada a mi lado, que me puso roja al instante.
Volte la cabeza a su lugar encarando lo y, efectivamente, me estaba viendo. Tenía el ceño fruncido, casi podía oír su mente diciendo "what the fuck?"
Entonces el decidió romper el contacto visual, hablando primero.

- y ¿Cuál es tú nombre?- preguntó devolviendo su vista a la ventana.

¡¿Qué como me llamaba?! Si compartíamos dos clases.

- Mi nombre es Astrid ¿Y el tuyo? -.

Sabía perfectamente su nombre y apellidos, hasta que tipo de sangre era... Bueno, no sabía su tipo de sangre, pero ustedes me entienden. No era que lo espiara, no era una acosadora, pero digamos que me gustaba observar a las personas y el se cruzaba muy a menudo en mi radar.

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