Capitulo 4

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Pensé que serían maestros merodeando, ya que era la hora de descanso, por lo que rápidamente me oculte detrás de la gran máquina expendedora. Esperé a que pasaran para salir lo antes posible y no ser pillada y así evitar una posible sanción por no estar en mis actividades. Pero mis sentidos se pusieron en alerta al reconocer dichas voces que hacían eco en el pasillo. Eran Alek y Sam. ¿Qué hacían aquí? Ni siquiera sabía que se conocían o que tan siquiera intercambiaran palabras. Samary jamás lo había mencionado.

Tratando se asomar la cabeza en un intento de escuchar mejor, los vi parados por unos casilleros, casi escondidos. El corredor estaba solo por lo que susurraban para mayor privacidad. Si, privacidad que yo estaba invadiendo.

- Alek, no esas cumpliendo con lo que acordamos - bramó Sam colérica.

Nunca la había visto enojada, era muy paciente con nosotras y pocas veces mostraba sus descontentos. No hablaba mucho, prefería solo callar y escuchar nuestras pláticas.

- No te debo explicaciones - bufó Alek pasándose las manos por la cara tratando de reunir paciencia.

- ¡Por dios! Solo estás dándole vueltas a todo esto -.

- Ya te he dicho que no te debo ninguna explicación -atacó el de ojos grises - así que déjame en paz, que yo sé lo que hago.

- Claro y dejar que todo se vaya al demonio - farfulló la pelirroja - ya sabías que él está aquí ¿No es así?

La cara de Alek se contrajo en una mueca de furia, oscureciendo al instante su ojos.

- ¿Por qué mierda esta aquí... ?-.

- ¿Qué están haciendo ustedes dos? Vuelvan adentro, por favor - interrumpió Klisowski la acalorada discusión.

Ambos abrieron los ojos con sorpresa por la repentina intromisión, obedeciendo al instante. Antes de que desaparecieran otra vez por las puertas del auditorio noté la rivalidad que ambos destilaban, en un juego de miradas de superioridad dadas de forma mutua.

Intenté crearme alguna teoría que me diera una respuesta lógica a lo que ambos decían pero nada llegaba a mi mente.

Cuando noté que el pasillo estaba nuevamente solo, salí rápido y corrí de vuelta a mi lugar en el auditorio para escuchar las aburridas propuestas por un par de horas más.

______________

Las clases y la aburrida plática habían llegado a su fin.

Gracias al cielo.

Ashton no iba a quedarse a esperarme. Me mandó un mensaje diciendo que tenía algo importante que hacer, así que también me tocaba regresarme sola.

Tome mis cosas y me dirigí a los casilleros. Estaba guardando algunos libros, cuendo una gran sombra se poso atrás de mi. Giré asustada, dando un pequeño brinco.

- ¿Vas a tú casa? - preguntó Alek tranquilo.

-Hola a ti también, Alek - solté con sarcasmo aún con la mano en el pecho.

- hola, Astrid - enarco una ceja y torció la boca - entonces ¿Si vas a tu casa o no?

- Mmm... Si ¿Por qué? - respondí extrañada.

- Vamos, te acompaño -.

-No necesito compañía, gracias - comente tratando de sonar amable.

No es que no quisiera. De echo me agradaba la idea de ir acompañada, ya que aún no me gustaba estar sola, pero no quería causarle incomodidad o algo así, aun que sonará tonto, ya que él se estaba ofreciendo.

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⏰ Última actualización: Nov 22, 2021 ⏰

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