Siete años después:
“Soy egoísta, impaciente y un poco insegura. Cometo errores, pierdo el control y a veces soy difícil de llevar, pero si no puedes lidiar conmigo en mi peor momento, entonces seguro que no me mereces en el mejor”.
Caminé por el campus, los libros en mis brazos, mi cara de pocos amigos y los audífonos en mis oídos hacen que la gente no me hable y eso me agrada.
El aire fresco de otoño golpea mis piernas aún a través de las medias negras que resaltan con mi falda naranja oscuro. El otoño es mi época favorita del año, viento suave, hojas que caen y el cielo cubierto por tonos rojizos y naranjas.
Creo que siempre pierdo la cuenta de todas las cosas que me gustan de esta estación pero da igual realmente porque es perfecta sin importar qué.
—¡Hey! — alcance a escuchar la voz de Betty y me quité el audífono.
Le sonreí cuando vi que se puso a mi lado y me tendió un vaso de café.
—Buenos días — le digo y me mira molesta.
—¿Buenos días? Te vengo gritando desde hace rato y no mirabas, ¿Otra vez ignorabas al mundo?
—Siempre que se pueda, amiga. Estaba escuchando música para relajarme.
Me mira curiosa —¿Mala mañana?
Negué con la cabeza y di un trago al café, me quemé un poco la lengua pero seguí bebiendo.
—Para nada, solo me gusta no estar estresada, al menos antes de entrar a clases.
Bebe y asiente —¿Qué clase tienes ahora?
Miré mi reloj en mi muñeca y veo que son las ocho con doce.
—Derecho romano I con tu profesora favorita — dije con sarcasmo y giro los ojos.
—Si dejé derecho fue por esa bruja insoportable. Ni siquiera sé cómo la soportas.
Acomodé mi blusa y mis libros —Una perra puede con otra, es cuestión de control y paciencia.
—Control, con razón te va tan bien — la miré mal y ríe. —Bromeo.
—No importa, no eres la primera que me llama controladora. Connor solía decirme así.
—¿Él te decía así? ¿No era él quien tenía planeado cada minuto de su vida?
—Si, puede parecer algo malo pero tampoco es tanto.
Me mira seria —Eileen, te propuso matrimonio después de dos años, apenas eras legal.
Suspiré, conocí a Connor hace dos años en la preparatoria. Era dos años mayor que yo y ya tenía su vida planeada, y solía decirme que yo sería la esposa perfecta para él, no lo tomé tan en serio hasta que hace unos meses me invitó a cenar y en plena cena en el mejor restaurante de la ciudad se arrodilló frente a mí y me ofreció un anillo.
Ni siquiera pudo esperar al postre, en fin, lo rechacé de la manera más amable que pude y él decidió que ya no me quería más en su vida, cosa que agradecí porque siendo honesta no tengo tiempo para estar con nadie, mi carrera y familia siempre han sido primero. Además el matrimonio no es algo que quiera ahora... O en un futuro.
—Hablamos luego, mi clase empieza en cinco minutos — le dije asiente.
—Claro, chica. Suerte y acaba con ellos — asentí y besé su mejilla.
Me apresuré a llegar a mi facultad y al entrar al aula lo primer que me encuentro doce chicos sentados hablando entre ellos o mirándome con repudió y otros con deseo. Iuhg, solo somos cuatro chicas en la clase y por cierto, me odian porque creen que solo vengo a lucir bonita y conseguir esposo.
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𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝐾𝑒𝑛𝑛𝑒𝑑𝑦
Teen Fiction𝐷: 𝐿𝑎 𝑠𝑖𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑙𝑖𝑠𝑡𝑎, 𝑡𝑒 𝑟𝑒𝑐𝑜𝑚𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑜𝑚𝑒𝑠 𝑎𝑖𝑟𝑒, 𝑎𝑚𝑖𝑔𝑜 𝑝𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 𝑦𝑜 𝑛𝑜 𝑚𝑒 𝑟𝑖𝑛𝑑𝑜 𝑛𝑢𝑛𝑐𝑎, 𝑠𝑜𝑦 𝑚𝑎𝑠 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑒 𝑣𝑒𝑜 ¿𝑙𝑖𝑠𝑡𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑙𝑎 �...