Pinceladas para mi amor |Tk| ✔

Capitulo 3

Resultaba que Taehyung lo había citado en una cafetería para que pudieran estudiar tranquilos. El mayor le comentó que él siempre se sentaba a estudiar en ese lugar, era cómodo y pacífico.

Jungkook tenia suerte. Mucha suerte. Iba a poder estar a solas con el chico que le gustaba, aquel chico que había captado todo su corazón en un par de semanas.

Taehyung lo saludó desde la cuadra en donde se alzaba la cafetería. Jungkook cruzó la calle y Taehyung lo saludó chocando los puños amistosamente.

Jungkook casi hace corto circuito al sentir el contacto de sus nudillos.

— ¿Cómo estás Kook?

— Eh... bien, supongo— agregó mientras entraba a la cafetería y se formaron en la fila para pedir dos lates. Se los entregaron y se sentaron juntos.

Taehyung sacó su laptop para ver los apuntes de los PDF y Jungkook se asomó para ver.

—¿Tienes todo ahí?

— Claro, no compro papeles. Solo ocupan lugar y van a la basura — Tae le sonrió con tranquilidad — no gasto dinero cuando los profesores nos mandan PDF que puedo guardar en mi computadora.

Jungkook formo una "o" con los labios.

—Tienes razón. Aunque yo compro todos mis apuntes en la fotocopiadora de la escuela.

Taehyung observó los apuntes que Jungkook había desparramado por toda la mesa. 

— Ya lo veo — contestó coqueto y Jungkook casi se muere de lo bien que había sonado eso. El cuerpo le temblaba de pies a cabeza, no podía creer que estaba en una cafetería con nada más ni nada menos que Kim Taehyung. 

O sea, el amor de su vida. 

— Así que... — Taehyung todavía no quería estudiar, quería conversar un poco con Jungkook para conocerlo mejor — Supongo que no tienes muchos amigos ¿mmm?

Jungkook se alzó de hombros y bebió su latte. 

— Realmente no — pero Jungkook recordó a Soobin, iba a decir a Tae que sí tenía un amigo, pero lo pensó mejor y llegó a la conclusión de que Soobin solo era un buen compañero, a decir verdad, el único que le hablaba — ¿y tú?

— Tengo amigos — dijo Tae quitándose un mechón de su rubio cabello de la frente — pero ellos pasan más tiempo jugando al futbol que pasando tiempo conmigo, así que realmente no sé si son mis amigos. 

Jungkook se lo quedó viendo por un momento, confundido.

— Casi nunca te veo con nadie en los recesos. 

— Y es verdad — dijo Tae comiendo su pastelillo — en el instituto no tengo amigos. 

— ¿Entonces vas a un club de futbol?

Taehyung rió con fuerza. 

— ¿Me ves pinta de ir a un club de futbol?

Jungkook observó la ropa con la que Taehyung estaba vestido, pero se fijo en el caro reloj que traía en su muñeca. Uno digital de Apple. 

— No lo creo — respondió tímido. 

— Exacto — Tae recargó su barbilla en la palma de la mano y observó a Jungkook con interés — mis amigos son parte del la escuela de música a donde voy a estudiar violín, pero lo han dejado últimamente para enfrascarse en el futbol. ¿Quién sabe como habrán cambiado de opinión? — Taehyung puso los ojos en blanco y soltó un bufido molesto — aunque creo saber por qué se fueron de la escuela de música. 

— ¿Por?

Taehyung hizo una mueca. 

— Bueno... digamos que a la escuela de música le falta unas animadoras con buena delantera y faldas cortas. 

— Oh... ¿Y tu no te vas con ellos?

Taehyung alzó una ceja.

— No tengo motivos para ir a ver un partido de fútbol. De hecho, creo que es lo más aburrido del universo. Todos los deportes. Bueno... menos el patinaje artístico, me fascina — Tae se quitó una pelusa del pantalón — Mis amigos son un desastre — susurró Tae viendo por la ventana — no me agrada estar solo. 

— A mi sí — soltó Jungkook animado. 

Taehyung volvió su atención a él y le sonrió, una idea brillante pasó por su cabeza. 

— Bien, estemos solos juntos ¿Qué te parece?

A Jungkook casi se le desencaja la mandíbula. 

¿Acaso estaba soñando?

Al ver que Jungkook no contestaba, Taehyung se desanimó. 

— Supongo que no quieres ser mi amigo. 

— ¡No, si sí quiero Hyung! — dijo Jungkook conmocionado — me quedé tildado — susurró nervioso y tímido mientras se estrujaba los dedos debajo de la mesa. Sentía las mejillas ardientes bajo su piel. 

Taehyung volvió a sonreírle y sacó algo de su mochila. Se lo entregó a Jungkook. 

Era un cuaderno de dibujo. 

—Vi que tu cuaderno se había embarrado por la lluvia hace unos días, así que compré uno nuevo para ti. 

Y ese solo gesto fue el comienzo de todo.