- Lo siento - soltó de golpe colocando la mano sobre su regazo
El jugueteo con las teclas se acabó tan pronto como esas palabras llenaron la habitación. Su cabeza gacha no me permitía ver plenamente su expresión, tan solo retazos del perfil. Una mandíbula perfectamente marcada contenía la tensión de la disculpa.
- No tenías que pedirme perdón, soy un desconocido al fin y al cabo - rebatí con más dureza de la que quería
- Sí tenía que hacerlo. No me gustan las injusticias y fui injusto contigo. Tu madre y la mía te metieron en esto sin tu querer y yo te traté como si fuese culpa tuya. Además, después de mi primera borderia lo volviste a intentar y fui incluso peor.
El pantalón del pijama estaba arrugado bajo su puño, que conforme hablaba apretaba con más intensidad. Los nudillos de su mano se tornaron blancos por el nerviosismo lo que hizo resaltar más todavía el negro de la tinta de sus tatuajes. Por su actitud la disculpa parecía sincera.
En realidad no estaba cabreado, bueno un poco sí. Me sentó mal esa actitud asquerosa en un principio pero pensándolo en frio no podía culparlo, yo también pasé por esa fase y entendía por qué hacía lo que hacía.
- No estoy enfadado, de verdad - añadí lo último para afianzar lo que pensaba y zanjarlo todo - Se como te sientes y hasta hace nada yo estaba igual. No quería ir de colega, amigo ni nada contigo. No soy una persona muy social pero creí que lo mismo estabas harto de estar aquí solo. Mis amigos me hicieron ver que, aunque no quieras, nos gusta pasar el rato con otros.
Vi como meditaba mis palabras durante un instante. Su cerebro debía funcionar a mil por hora porque cuando te pasa algo así todo se vuelve confuso al principio, no sabes que pensar de nada.
- No te lo he dicho por nada concreto, solo para que supieses por qué me presenté en tu habitación. A mi la idea tampoco me entusiasmaba. A raíz de lo mío también dejé de lado muchas cosas, entre ellas la música. Volver al piano por compromiso no era el mejor plan. - Intenté explicarme - Todo es un asco pero no queda más remedio que superarlo, por los demás también pero principalmente por nosotros. Vivir así, cabreado y aislado, es más sobrevivir. Y ya que pasamos por aquí una vez mejor aprovechar cuanto podamos.
No estaba seguro de donde me había salido ese discurso motivacional. Habla como los psicólogos que me habían tratado a lo largo de mi vida y que yo ignoré deliberadamente. Esas palabras no significaron nada para mi en aquel entonces; pero ahora, con ese chico asustado junto a mi, las comprendía mejor. Algo dentro de mí me hacía querer ayudarlo.
Pude ver como la tensión abandonaba su cuerpo, no obstante no articuló palabra. Colocó la mano sobre su rodilla pero esta vez con un movimiento más gentil y viró la cabeza en mi dirección. No podía verme pero por un instante sentí que me atravesaba, que podía ver dentro de mi y eso me congeló. Una leve sonrisa apareció en su rostro y la sala se iluminó. Ahora frente a frente podía repasar sus facciones sin impedimentos y era tal como recordaba, un ángel.
- Gracias por todo - interrumpió mis pensamientos - Tanto mi hermano como mi madre me hablan con un tono de pena que me enerva, pero tú no. Lo que dices es similar a ellos pero no siento esa lastima por tu parte así que gracias. Me consuela saber que es posible que la gente te trate normal
- ¿Que dices de pena? - reí - Si tuviese que sentir pena sería por mi mismo. Tu te vas en un par de días y... Bueno yo también pero acabaré volviendo, así que yo me doy mas pena.
El ataque de sinceridad provocó una carcajada en Jungkook. Entendía perfectamente lo que decía, pese a que no sea la intención de la gente su actitud cambia y te acaban tratando diferente. Tener una persona que no se sintiese cohibida por tu dolencia era más terapéutico que cualquier psicólogo.
La sonrisa que puso casi me da un paro cardíaco. Iba de oreja a oreja dejando a la vista unos dientes similares a un conejito y enmarcaba el lunar que tenía justo debajo del labio inferior. Estaba delirando más de lo que debiese por este chico.
- Me ha gustado la charla que hemos tenido - habló de nuevo
- Sí, cuando hablas de forma cordial con la gente suele ir bien todo - bromee aludiendo a su actitud borde anterior.
- Oye que me he disculpado - se quejó
- Debería haber puesto más resistencia al perdonarte. Soy débil - admití
Saqué el móvil para pedirle que me diese su teléfono. Había algo en él que me hacía querer continuar con todo esto. Odiaba a mi madre por saber que me llevaría bien con este chico. Sin embargo Namjoon llegó antes de que fuese capaz de preguntarle nada.
- Veo que no os habéis matado - dijo el chico nada más llegar
- En realidad lo estaba convenciendo para acabar contigo - rebatió Jungkook - no creo que nuestro plan funcione - dijo dirigiéndose a mí
- Ja, ja si soy el mejor hermano del mundo. ¿Te acompaño a tu habitación? No queda mucho del tiempo de visita.
- Claro - se puso en pie y con la ayuda de Namjoon llegó hasta la puerta - Gracias por todo en serio.
Con esas últimas palabras salió de la sala dejándome confuso y deseoso de más.
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Yoonkook | Can You Teach Me?
FanfictionJungkook jamás creyó que un segundo pudiese ser tan importante. A sus 23 años ha perdido la vista por un accidente de coche y debe aprender a vivir de nuevo. Yoongi un joven que debe permanecer largos periodos en el hospital por su delicada salud fí...