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- Papi, ¿puedes contarme otro capítulo? – le pregunté a aquel hombre de ojos cafés quien me sonreía con mucho cariño. – Yo creo que no hija, ya es tarde y mañana tienes escuela – dijo poniendo a un lado mi libro de Narnia que me había estado leyendo. – Ay papá! Por favor, un capitulo más. Amo el imaginarme viviendo en una tierra lejana, lejos de este lugar contigo y mamá, y el que me leas Narnia, me hace soñar eso. ¡El conocer a Aslan, el vivir con ustedes ahí junto a todas las criaturas de ese lugar! – Vi como mi papá soltó un suspiro y se sentaba junto a mí, en mi cama. – Ana, debes entender algo. No es bueno que vivas en un mundo de fantasía. Sé que todos estos lugares son increíbles, pero son una fantasía, sólo existen en la imaginación y en los sueños; no es bueno que vivas en un sueño. Sé que la vida real no es tan emocionante como ponen en Narnia o en el Señor de los anillos, pero es hermosa. Si hay momentos malos y con tristeza, pero también hay felicidad y amor. Y este último lo conocerás cuando conozcas a esa persona especial en tu vida con quien podrás vivir feliz para siempre y podrás bailar esa canción que tanto te gusta de "Encantada" – terminó el mayor mientras me arropaba con mis sabanas y me daba un beso en la frente. – Anda, ya es noche. Te amo –

- Yo también te amo pa –

Desperté con una jaqueca horrible, me di cuenta que estaba en la habitación de Helmut y mía, al principio algo confundida hasta que mis recuerdos volvieron a mí. "Claro que está disponible y más si es para hablar con su padre Zemo".

Mi padre estaba vivo, esa era su voz sin dudarlo, así que me pare y salí corriendo, la casa estaba vacía. Lo más seguro era que Sam, Bucky, Sarah y los niños estuvieran en el viñedo y tal vez Helm estaba con mi padre. – ¡Eh señorita Ana! – gritaban los sirvientes al verme pasar corriendo, lo más seguro era que Helmut les dijera que debía permanecer en cama, pero los ignoré. Llegué a la bodega donde dos voces muy familiares para mí.

- ¿Dónde esta mi hija? Exijo verla Zemo. No me importa que seas un barón, te exijo que me dejes verla o si no te acusaré de secuestro – habló mi padre molesto. Dios extrañaba su voz

- Señor Miguel por favor déjeme explicarle. Ana esta bien, esta descansando. Se desmayó al escuchar su voz; ella pensaba que usted estaba muerto, vio como el fuego lo había consumido. – explicó mi prometido, notaba los nervios en su voz, pero trataba de hacer que su voz permaneciera dura y no mostrarle nada de debilidad a mi padre. – No le creo barón, además como cree que obtuvo sus poderes. Yo soy también mutante, y le vuelvo a decir. Si no me deja ver a mi hija, quemaré todo este lugar hasta que no quede nada más que cenizas. –

Sabía muy bien que mi padre si amenazaba una segunda vez, era la última, así que abrí las puertas topándome con la imagen más hermosa, mi prometido estaba en sentado en una silla de piel en la que tal vez habíamos tenido algunas travesuras, pero lo mejor fue ver al hombre que estaba dándome la espalda. Helmut al verme se paró de inmediato sorprendido y sonriendo – Schatz

Aquel hombre de cabello entrecano negro volteó a la puerta y el tiempo se detuvo. Era mi papá, estaba vivo. -Mi princesa... Mi ratita – dijo con su voz la cual temblaba de la emoción, sus ojos estaban llenos de lágrimas, sin dudarlo, me aventé a él a abrazarlo; yo también estaba llorando, mis ojos se toparon con los cafés de mi prometido los cuales, igualmente estaban nublados; lo más seguro es que se estuviera acordando de Carl, pero de inmediato se quitó las lágrimas que estaban amenazando en salir con su mano y me sonrió.

No se cuanto tiempo fue el que estuve con mi padre así, parecieron horas eternas, pero no importaron; cuando nos separamos de inmediato me llenó la cara de besos causando que me riera debido a las cosquillas. – Papá... aún no puedo creerlo que estés vivo.... – le sonreí y lo interrumpí antes que pudiera hablar. – Helmut tenía razón. Me desmayé pa, todo este tiempo te creí muerto. Hace unos minutos atrás estaba descansando, pero tenía que verte... No no podía creerlo...- dije mientras que algunas lágrimas salían de mis ojos las cuales, mi papá las quitaba con sus dedos. – Oh hija, como lo siento. Debí encontrarte antes.... –

-No pa, entiendo que tal vez estuviste ocupado además quien me rescató fue Helmut con Sam y James. Ellos me encontraron sabes... debes agradecerles a ellos, si no fuese por ellos bueno, seguiría en Madripoor. - dije tomando la mano de Helmut sonriéndole. Sentí como la mano de mi padre se puso algo rígida, pero lo volteé a ver sonriéndole. – Pa, lo amo, es mi héroe y mi príncipe. Es alguien tan amorosa, cariñosa y más caballerosa, y lo amo muchísimo. Y voy a casarme con él –

Vi como Helmut trago aire esperando ver la reacción de mi padre al igual que yo, pero tomé aire y le solté la siguiente bomba. – Y estoy embarazada -. Se hizo un silencio terriblemente incomodo, vi a mi padre soltarme la mano y caminar hacia Helmut, quien me soltó de la mano y no dejaba de ver a mi padre. Mis manos comenzaron a sudar, pero ahí pasó lo mejor del mundo, vi como mi padre le daba un abrazo causando que Helmut se quedara congelado. – Confío en mi hija, así que bienvenido a la familia Helmut –. Solté un sollozo al oír esto y estos dos hombres, los dos hombres más importantes de mi vida me abrazaron; mi familia ahora sí estaba completa.

Tras presentarle a James y a Sam a mi padre, Helmut junto a mi padre comenzaron a preparar la carne asada mientras que Sara hablaba con James y los niños jugaban con nuestros perros mientras que yo tomaba algunas fotografías con mi celular hasta que recordé el regalo que tenía para Bucky; caminé a donde lo tenía guardado y saqué esa pequeña caja con algunos hoyos. – Bucky... tengo algo para ti – deje captando la atención de todos. – De hecho, es de parte de los dos – dijo Helmut mientras servía la carne en los platos y yo le daba la caja a Bucky, quien estaba sorprendido. El ojizaul la abrió y soltó un sonido de sorpresa al ver el contenido de la caja. – ¡Que se lo ponga! – comenzó a gritar Sam mientras repartía los vasos de refresco y cervezas, causando que todos soltáramos algunas carcajadas. - ¡Vamos tío Bucky! Enséñanos que es – dijo uno de los sobrinos de Sam.

- Se llamara Alpine – y dicho esto James sacó aquel gatito blanco de la caja.

- Se llamara Alpine – y dicho esto James sacó aquel gatito blanco de la caja

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Back to Life 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora