— hermana vasta, me voy a resfriar si sigues así — replicó divertida la menor al estar jugando con el agua desde hace un buen rato.
— pero si fuiste tu la que empezó — contestó divertida mientras se seguían lanzando agua una a la otra.
Kikyo y kaede habían ido a lavar las frutas y los pescados para poder comerlos, pero la menor con una travesura mojó a la mayor para empezar a jugar con el agua. Terminando salieron del río para dirigirse a su casa y cambiarse de ropa, pero en el medio camino.
— kikyo Sama, kikyo Sama — un hombre corrió en dirección a las hermanas. La sacerdotisa detuvo sus pasos y cambió de expresión a una sería.
— ¿Qué sucede? — pregunto cuando el hombre se acercó.
— unos demonios están atacando a la aldea — contestó desesperado de que le ayuden.
Kaede se sorprendió ante las palabras del aldeano, pues hasta donde ella supo nunca había habido demonios en esa aldea, ¿Porque aparecían?, no pudo evitar preguntarse, mirando a su hermana supo que iba a ir.
— Kaede adelantate a la casa — demandó en un tono suave pero fuerte a la vez.
La menor asintió la cabeza y se fue con las cosas a dirección a su casa. La mayor empezó a caminar en dirección a la aldea para empezar con esto.
Ni bien llegando disparo una de sus flechas sagradas purificando a la mayoría de los demonios. Y para empeorar las cosas empezó a llover fuertemente.
— *si sigo así me resfriare* — pensó soltando otra de sus flechas.
Los demonios empezaban a desaparecer en cada momento, pero otros surgían del bosque y reemplazaban a los que purificaban.
— sólo un poco más — murmuró entrecerrando sus ojos para a puntar bien y disparar, pero por la lluvia falló sin poder evitarlo, cosa que ellos aprovecharon para atacarla por la espalda.
Kikyo sintiendo la energía por su espalda se dio la media vuelta y con su arco lo utilizo como protección para poder purificarlos terminando con esto.
— todo terminó — dándose la vuelta empezó a caminar en dirección a su casa.
La lluvia sólo empeoraba con cada paso que daba, llegando al fin a su casa.
— hermana kikyo..
— estoy bien kaede... — dijo cuando vio su expresión preocupada — sólo traeme unas vendas y un huenco — la menor sólo asintió la cabeza y le trajo lo que la mayor le dijo.
— aquí tienes hermana — la mayor se desvistio para cambiarse y curarse.
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Aún no salía el sol, y Kaede sintió como su hermana se levantaba para salir.
— hermana...? — pregunto aún adormilada.
— vuelve a dormir Kaede, ya regreso — contestó la mayor regalandole una calida sonrisa, que apenas era vista por la oscuridad.
— *hermana kikyo* — vio como la figura de su hermana se desvanecia tras la cortina.
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Corriendo un poco, se detuvo cuando vio a los demonios atacar a la aldea. Sin pensarlo dos veces, puso su flecha en el arco y disparo a su objetivo.
— ¡A ella! — gritó uno de los demonios al verla en frente de ellos.
Poniendo la flecha en el arco, la soltó cuando ellos estuvieron apuntó de atacarla. Los purifico al instante dejando unos cuantos.