01. Única parte.

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— ¡Pajarraco! — lo llamó Dabi desde lo lejos mientras que alzaba su mano en dirección de Hawks.

— Vuelve a llamarme así, y juro que te arrancaré los testículos. — Amenazó el rubio señalandolo con su dedo como una advertencia, intentando ocultar su sonrisa.

— ¿Sabes? A veces creo que solo somos unos adolescentes idiotas. — Dijo repentinamente al estar a su lado, ignorando por completo la amenaza anterior para comenzar a caminar a la par del contrario.

— Pero si igual eres un idiota — respondió riendo.

— ¡Pajarraco, estoy hablando seriamente!

El pelinegro se quejó, pellizcando el brazo de Keigo mientras fingía una mueca de dolor.

— Wow, eso es nuevo... Sigue, por favor. — Bromeó el rubio, acariciando la zona adolorida.

— Idiota... En fin, sigo hablando si no piensas decir alguna otra idiotez con tu boca.

— Mmm, no lo creo — balbuceó como si lo pensará por un breve momento — puedes hablar. — Indicó con una sonrisa, tomando la mano de Dabi.

— Debes preguntar porqué.

— Oh, ¿Por qué lo dices?

— Porque nos ocultamos... — murmuró con una sonrisa falsa y un tono voz más triste de lo habitual.

— Dabi... Sabes que...

— No, está bien, lo entiendo. Es raro y todos hablarían de eso, y se abriría un debate entre la sociedad y bla bla... Al fin y al cabo, tú eres un héroe... — Dabi se detuvo pensando en sus palabras, como si hubiese algo como con ello. Se paró en el barandal del puente por el que atravesaban caminando, y al cabo de un momento de silencio, sonrió con tristeza, finalizando su oración: — Y yo solo soy un villano.

Keigo apretó su mano levemente, como un indicador de que sus palabras eran erróneas, Dabi no era lo que la sociedad creía, ellos no lo conocían y simplemente sacaban sus propias conclusiones sobre él.

— Tu debes salvar a todos y hacer cosas de héroes, debes encargarte de tipos como yo. — Comenzó a caminar por la larga y gruesa barra de madera, sin soltar la mano del rubio, como si su vida dependiera de eso.

— Vas a caerte de allí. — Interrumpió, sin darle mucha importancia a lo que se encontraba diciendo el pelinegro.

— ¿Al menos estás escuchándome? — preguntó el ojiazul, frunciendo el ceño.

— Sí, lo hago todo el tiempo, pero no creo en lo que dices, es una idiotez.

— Tú eres una idiotez, esto es serio...

Hawks sabía lo que quería decir después de eso, lo presentía.

— ¿Quieres terminar conmigo? —Interrogó abruptamente sin dejarlo pensar de más.

— No, cállate... No, no puedo terminar contigo... — Dabi levantó su cabeza, mirando directamente a los ojos de Hawks. — Mí vida terminaría en ese momento, sería una tortura si no estás allí regañandome mientras me tomas la mano como ahora.

Redimido -Dabihawks.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora