—¿Y al final le escribiste?—preguntó Connor.
—No—respondí.
Cuando llegué a casa se me olvidó por completo escribir a ese número, quería saber quién era.
—Quizás es Caven, el pelirrojo de ayer—tomó un trago de su batido de fresa—. Te echó una miradita hambrienta.
—¡Claro que no! Sólo estaba siendo amable, no es su culpa que tú tengas la mente de un pervertido—aclaré.
—Bueno, lo que digas, pero recuerda que siempre tengo la razón.
—Te recomiendo que no interactúes mucho con él—dijo Darcel mientras se acercaba a nosotros.
—Vaya, esta familia tiene un don, siempre aparecen así—chasqueó sus dedos—de la nada.
Ignoré lo que dijo Connor—. ¿Por qué no? Parece amigable.
—Es una advertencia. Si quieres terminar siendo uno de sus juguetes no me hagas caso. Pero aquí—miró todo el comedor—la mayoría de chicas que ves, se han acostado con él.
—No me voy a acostar con él, he venido a una competición. Él y todos los que están aquí, incluido tú—lo señalé—sois nuestros enemigos. El simple hecho de que haya dicho que parezca amigable, no significa nada—entoné la última palabra.
—Pero no pasa nada si nos divertimos un poco, ¿verdad?—me miró Connor.
Yo sabía que Connor decía eso por la chica rubia con la que había ligado.
Yo había ido a esa escuela por la competición, nada más.Pero aún me preguntaba por qué los demás participantes no habían llegado. ¿Les había pasado algo? Sólo eramos dos academias.
Estaba caminando por el pasillo para mi primera clase cuando vi a Caven, parecía estar discutiendo con alguien, pero lo raro es que no había nadie por ahí cerca. Golpeó la pared y se fue.
Seguí mi camino hasta que llegué a la clase, ahí estaban Connor y Darcel. Me senté al lado del pelinegro ya que teníamos que seguir el proyecto de criminalística. Y ahí me acordé, ayer había cancelado la quedada de un momento a otro así que decidí preguntarle por qué había decidido decírmelo tan tarde.
—¿Por qué me dejaste plantada ayer?
—Te escribí—respondió secamente.
—Podías haberlo hecho antes—le miré.
—Pude haberlo hecho, pero no lo hice.
—¿Y qué era tan importante para que me dejases así?
No respondió, así que volví a preguntarlo.
Nada.
Ni una sola palabra.
La profesora se acercó a nuestra mesa para ver si habíamos avanzado algo con el trabajo.Cuando iba a responderla que no pudimos hacer nada ayer Darcel cogió su mochila y sacó un portafolios en el que había por lo menos ocho hojas y se lo entregó a la maestra.
—Estuvimos investigando un poco sobre algunos asesinos y conseguimos esas ocho fichas de diferentes asesinos.
—Muy bien, me las llevaré para revisarlas—soltó la profesora y se dirigió a su pupitre.
¿En qué momento había hecho eso? Se supone que teníamos que hacer el trabajo los dos juntos, no él solo.
Giré la cabeza para ver a Darcel pero el abrió la boca para responderme, como si ya supiese lo que iba a decir en aquel momento.
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JUEGO DE RIVALES
RandomPasé seis meses de mi vida en una academia llena de enemigos. Alguien tenía que ganar la competición. Todo lo planeado iba genial, o eso creía. *** Una historia de misterio, amor y sobretodo mucho humor. ¿Te atreves a adéntrate en este mundo lleno d...