Dónde HoSeok ya no escucha gemidos del otro lado de la pared, sino algo mucho peor que no lo deja dormir por las noches.
«-Acaso eso que se escuchan son ¡¿Sollozos?!»
Sí, en definitiva, Jung HoSeok se quería morir. O por lo menos cambiar de cuarto...
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Era un lindo viernes, perfecto para estar todo el día junto con el amor de tu vida viendo películas de acción, y ser los protagonistas de estas.
—Mgh... Yoonnie~ —gimió JiMin debajo del cuerpo de el mayor.
YoonGi siguió con su tarea de repartir pequeños besos húmedos a lo largo del cuello suave de su novio, dejando alguna que otra marca, unas más rojas que otras, pero eso no le preocupaba. Ellos estaban de vacaciones y las fans no podían ver las marcas que hacía en el cuerpo de su amado, así que tendría que aprovechar muy bien estas.
El mayor se separó un poco del cuerpo de JiMin para poder apreciarlo mejor. Verlo acostado en su cama lo hacía delirar, desde sus cabellos despeinados, hasta sus ojos brillantes y labios rojizos e hinchados, en su cuello y pecho se podían observar los chupetones anteriormente hechos por YoonGi. Tenía las piernas flexionadas y abiertas hacia los lados para que el peli celeste tenga mejor comodidad sobre el cuerpo del menor.
YoonGi se inclinó hacia adelante, volviendo a tener en su posesión los labios JiMin, empezando un afrodisíaco beso. Ambas lenguas jugaban entre sí, entrelazándose y chupando, mordiendo y saboreando todo a su paso, hasta que por fin el peli celeste tomó el control del beso, pasando de un beso juguetón a uno necesitado y lujurioso.
Las manos de el menor empezaron a jugar con el cabello de YoonGi, dando pequeños tirones cuando esté simulaba pequeñas embestidas aún con sus pantalones de dormir puestos. Sus pequeñas manos fueron bajando y recorrieron el pálido y firme pecho de el mayor, hasta llegar al pantalón de este, donde adentro sus manos directamente al boxer, jugando con su pene.
—Mmm, pequeño, estás jugando con mi cordura —susurró YoonGi con voz ronca en el oído de JiMin.
En los labios del rubio se formó una sonrisa pícara, y sin pensarlo apretó el pene de YoonGi, escuchando como este soltó un jadeo.
—Con que así quieres jugar —pronunció YoonGi burlón.
Sacó la mano de JiMin que estaba en su boxer, para proceder a bajar el pantalón de pijama de el rubio, notando que esté no llevaba ropa interior abajo.
—¿Te gusta lo que ves? —preguntó JiMin, en un tono inocente.
—Me encanta, como no tienes una idea —respondió YoonGi, pero cuando iba a proceder a hacer algo más un sonido los interrumpió.
Estaban tocando la puerta.
—¿Quién es? —preguntó YoonGi con la voz grave.
—Soy yo —se escuchó la voz de HoSeok del otro lado de la puerta.
—¿Qué vienes a buscar? —respondió JiMin, y YoonGi solamente se le quedó viendo con cara de “¿enserio vas a seguirle la canción?”
