Destiny

👊Capítulo 1👊

¿Hay algún lugar dónde pueda dejar el mundo atrás... y despedirme de cada recuerdo doloroso, dónde la oscuridad no sea mi destino?
—Destiny,Skillet.

Estoy frente al espejo, unos ojos cansados, rodeados por tenues ojeras me observan detenidamente en el inmenso espejo. Aquella que veo, es lo que soy… ¿Es lo que quieres ser? Un pensamiento desde el fondo de mi inconsciente se cuela generando una mezcla de sentimientos incomodandome y la melancolía pesa en mi pecho nuevamente.
Sacudo mi cabeza para espantar esos pensamientos,esas dudas que me vienen atormentando estos últimos años,no es momento de pensar en eso, no justo ahora. Vuelvo a darme una rápida mirada, llevo una calza negra corta, corpiño deportivo del mismo color y en el centro la figura de un diamante plateado sobresale, destacándose entre el color negro de mi uniforme. Eso es lo que soy, su diamante, su joya más preciada. Lanzo unos golpes al aire, ignorando todo y termino de poner las vendas que me faltaban en mis pies.

—Dest,ya es hora.

Volteo a verlo al escuchar su voz. Pibb, mi entrenador,se queda parado frente a mí, me abraza y se despega de mí sosteniendo mi rostro entre sus manos, contemplando mis ojos. Asiente en silencio y yo hago lo mismo, no necesitamos palabras para entendernos. Me tiende los guantes de MMA, acostumbrada me los pongo rápidamente y salgo del vestidor sin perder más tiempo,preparada para lo que viene. 
A medida que me voy acercando escucho los gritos y vitoreos de las personas que llenan el inmenso lugar,el ambiente está lleno de energía y una extraña electricidad recorre mi cuerpo. 
Un bar,un club para apostar, donde las personas esperan con ansias la pelea,las luces se mezclan y arriba sentado veo a mi abuelo, rodeado de hombres encargados de su seguridad, está serio como de costumbre, con sus ojos de hielo puestos en mí. Me sonríe apenas visible y centro la vista en mi camino hasta llegar a la jaula, dónde se encuentra otra mujer vestida casi igual a mí solo que su uniforme es rojo. Su estatura es mayor a la mía, igual que su edad, debe tener veinticinco o más, no sé mucho de ella, debería haber escuchado a Pibb cuando estaba comentando quien sería mi oponente de esta noche.

Desde el otro extremo la mujer me mira con sus ojos verdes y desafiantes, llenos de rabia diciendo algo que no logro entender o mejor dicho, no tengo ningún interés en entender. Hace un gesto con las manos como si fuera un cuchillo pasando por su garganta, bien, eso sí lo entendí. Sus amenazas no me afectan,sé lo que debo hacer, pero lo único que me preocupa es que pueda golpearme la cara y tener que ir así a la universidad mañana, es lo único que quiero evitar, es difícil inventar mentiras cuando tienes el rostro hinchado, lleno de moretones y cortes. Aquí dentro no hay réferi como en las peleas oficiales de MMA, dentro de la jaula la pelea se acaba cuando una de las dos está desmayada, inconsciente, o con un hueso quebrado, únicamente así se acaba la pelea. Soy la luchadora de mi abuelo, invicta sin ninguna pelea perdida, soy... ¿Cómo me llama él? si, su diamante, “diamante”¡ja! En realidad solo soy su maldito perro de pelea, que llena sus bolsillos de dinero en cada pelea. No puedo evitar apretar mis dientes al pensar en eso y vuelvo a levantar la mirada para verlo llevarse un vaso con alguna bebida blanca a la boca,en su traje gris impecable.