final #2

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sabes, cuando tienes un sueño, de esos que son tan hermosos que no quieres despertar. De esos que te dejan un mal sabor de boca cuando, a la mañana siguiente te das cuenta que solo fue un sueño y no poder esperar que se haga de noche para soñar lo mismo de nuevo.

eso era, exactamente, lo que yo estaba pasando. O , al menos lo que yo creía que estaba pasando.

me encontraba en un lugar maravilloso, con flores de todo tipo y de todos los colores. Habían grandes árboles de cerezos, con hojas esparcidas por todos lados. Había también un lago. Un lago con agua tan transparente que dejaba a la vista todo tipo de peces, de diversos colores que nunca había visto antes.

en medio del lago, flotando como un ángel, se encontraba Hyunjin. Pese a que estaba en el agua su ropa estaba seca y bien alisada. Sus ojos se encontraban cerrados y sus labios entreabiertos. Vestía una camisa blanca que ponía ''young forever'' en letras grandes y negras y un jean roto de las rodillas.

emocionado por verlo ahí, me lance al agua. Pataleando más y cada vez más para llegar hasta donde se encontraba él.

cuando ya estaba un poco cerca, me percate de algo más. Hyunjin estaba llorando. Y no, me temía que aquello que caí de sus ojos no era agua cristalina proveniente del lago. Aquello eran sus lágrimas que acompañaban un quejido melifluo. Tan suave como el terciopelo.

él no se había enterado que yo estaba ahí, junto a él. En cambio seguía llorando desconsoladamente; así como yo había llorado por él.

nadé hasta su lado y me quedé un momento en silencio. Apreciando más de cerca su belleza. Incluso ahí, llorando más pálido que nunca, me seguía pareciendo el ser más bonito del planeta.

sin pensarlo más, lo halé de la camisa para que estuviese más cerca de mi. Él se asusto al principio, pero al percatarse que era yo solo se dedicó a verme sorprendido. Con sus ojos pequeños mirándome asombrado. 

su llanto había parado por fin, pero seguíamos sin decir palabra alguna. Solo mirándonos en aquél cómodo silencio. Hasta que él por fin habló.

- Je-jeongin ¿qué haces aquí? - preguntó tartamudeando. Su voz era más hermosa de lo que yo había alguna vez soñado o imaginado. Era grave, pero suave. Dulce, pero rasposa. Era simplemente perfecta.

- no lo sé. - respondí rascándome la cabeza nervioso. - ¿qué haces tú aquí? -

él me miró incrédulo un momento. Bufó molesto y se alejó de mi quejándose en susurros.

- ¿cómo que qué hago aquí? - contestó molesto. - ¡estoy muerto, Jeongin!

lo miré expectante, pero en realidad estaba confundido. Mentiría si digo que ya había captado la situación, pero lo cierto es que no lo había hecho y necesitaba que Hyunjin me lo dijese.

- ¿a que te refieres, Hyunjin? - cuestioné mientras me acercaba a él de nuevo, que ya se encontraba a la orilla del lago, sentado. - este es mi sueño. En mis sueños tú no estás muerto. -

él volvió a bufar.

- te equivocas. - dijo fríamente. - este es mi sueño. -

me quedé callado por un momento. Tenía miles de preguntas volando por mi cabeza. Primero, porque era yo quien siempre soñaba con Hyunjin. Segundo, en mis sueños Hyunjin no estaba muerto. Tercero, este no era el Hyunjin de mis sueños. El Hyunjin de mis sueños no bufaba, no gruñía ni lloraba, mucho menos. El Hyunjin de mis sueños era, más bien, tierno, dulce y muy cariñoso. Tampoco hablaba.

- lo que quieres decir es que... yo estoy en tu sueño y tú estás muerto, eh. -  dije, casi irónicamente, solo casi.

él me miro serio y asintió. Sin saber lo tonto que se escuchaba eso. Reprimí una risa y miré hacia otro lado que no fuera él.

el jardín de Hyunjin | hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora