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La nieve se acumuló en las orillas de la cabaña de madera y el incienso se consumió en la habitación. Wen Kexing miraba extasiado los brotes de ciruelo que reposaban en un jarrón de barro.

Había una pizca de resentimiento asentada en el fondo de su corazón. De no haber sido por la muy extravagante amabilidad del viejo Ye Baiyi, cierta persona habría saltado a los brazos de la muerte sin muchos miramientos.

Era realmente lamentable.

Wen Kexing dejó de ser el maestro del Valle Fantasma por obvias razones, lo que sucediera en la montaña Qingya a partir de ahora ya no debía importarle y solo debía ocuparse de agradecerle al viejo Ye por advertirle de las estupideces que estaba a punto de cometer cierta persona, a Lord Séptimo por convencer al Gran Chamán para sacar los clavos y reconstruir los meridianos de Zhou Zishu y a Cao Weining por cuidar de Gu Xiang.

Y claro, también estaba ligeramente agradecido con la vida.

Sin embargo, no podía evitar que ciertos pensamientos maliciosos surgieran desde el fondo de su corazón.

Francamente, sentía que todos sus sentimientos fueron tirados a la basura. Una vez que todas las habilidades de Zhou Zishu volvieron y que todas las heridas en su cuerpo sanaron, no había habido un solo minuto en qué no estuviera masacrando hasta los huesos a Zhang Chengling para que progresara o en el que él mismo no estuviese practicando. Él, Wen Kexing sintió que no tuvo ni un poco de reconocimiento y eso estaba sembrando una espina en su corazón.

Sus dedos trozaron una envoltura de nuez y dejó los restos en un plato de cerámica sobre la mesa, sacudió las amplias mangas de su túnica y salió de la habitación.

En el patio, Zhou Zishu estaba ocupado gritando y maldiciendo cada vez que el pequeño Chengling se equivocaba en algún movimiento.

En la mente de Wen Kexing esto se sintió como una especie de cuadro familiar.

"Ah-Xu..." Llamó suavemente y sus labios se curvaron en una sonrisa.

Zhou Zishu le dió una mirada suave a modo de saludo y siguió gritando.

Wen Kexing frunció el ceño.

"Tontito, toma tus cosas y ve a buscar a tu tía Xiang..."

Zhang Chengling dudó.

"¿No me oyes? Anda, vete" El niño miró al tío Wen y luego a su Shifu y al final se fue con serias dudas existenciales. Zhou Zishu lo miró con cara de pocos amigos.

"Ah-Xu... No me mires así... Déjame explicarte una cosa, hay ciertas cosas que debemos discutir como adultos y ciertamente tu pequeño discípulo no nos va a dejar"

Zhou Zishu bufó. "¿Y se puede saber que clase de asuntos tan importantes tiene para discutir, señor benevolente Wen?"

Wen Kexing agitó su abanico en el aire y se acercó lentamente. "Ciertamente te las diré, Ah-Xu, no hay necesidad de ser impacientes" susurró cerca de su oído y el ex líder de TianChuang empezó a creer que a este tipo se le estaban yendo las ideas por el lado incorrecto.

Zhang Chengling subió sus cosas sobre un caballo y se fue, desapareciendo en el camino de piedra dejando una estela de polvo detrás de sí.

Wen Kexing y Zhou Zishu entraron a la cabaña y el antiguo señor del Valle Fantasma sirvió dos tazas de té tranquilamente.

"Lao Wen... ¿Se puede saber que tienes para decir?"

Wen Kexing asintió. "Ah-Xu... Déjame decirte algo, desde que salimos del depósito de libros en el nevado, parece como si me estuviese evitando... ¡Incluso ese viejo Ye Baiyi tuvo más consideración! Ah-Xu, estabas pensando en morir y nunca pensaste en mí, ¿Es que mis palabras no son suficientes? ¿No puedes pensar en todo lo que pasé para evitar que el amor de mi vida muriera?"

Euphoria|| WenZhouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora