Capitulo Único

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No había demonio en el mundo que se atreviera a visitar la casa de bambú del representante de las serpientes Shen Qingqiu en medio de la noche, mucho menos cuando este acababa de llegar de su meditación de veinte años en el mundo humano. Y si dicho demonio existiera entonces quedaría claro lo poco que valora su vida.

Por eso la presencia del heredero del clan Liu en el patio de Shen Qingqiu había dejado a este sin palabras pero con la espada ya lista para salir de su vaina. Y lo peor de todo es que el joven de treinta años había pedido de forma directa y sin educación un enfrentamiento con Shen Qingqiu.

—Los jóvenes de hoy en día son tan maleducados.

—El señor Shen Qingqiu me ha estado evitando.

—¿Por qué tendría que evitar a un mocoso del que apenas interactúe diez minutos hace unos años? —preguntó con burla Shen Qingqiu mientras se enfrentaba al heredero de los Liu.

—Me pregunto lo mismo —fue la simple respuesta del joven antes de desvainar la espada y atacar.

Tanto para alguien que no conociera a estas dos personas, como para alguien que sí, el enfrentamiento de ahora sería confuso. No existía conexión alguna entre Shen Qingqiu y Liu Qingge. Shen Qingqiu, quien tenía una antigüedad de mil quinientos años, nacido en la turbulenta Era Sangrienta, uno de los iniciadores de la Alianza de las Doce Bestias y apreciado aliado de Yue Qingyuan, el responsable de dicha alianza, además de ser el representante de las serpientes. Y Liu Qingge, hijo y heredero legitimo del clan Liu cuyo líder actual era el representante de las garzas, sobresaliente por su fuerte cultivo y sus habilidades con la espada y la lucha.

Había tantos detalles que demostraba los distintos que eran Shen Qingqiu y Liu Qingge ¿Qué conexión podrían tener?

Tal vez, si acaso, la única conexión que se les podía atribuir era el breve encuentro que tuvieron ese mismo día en la tarde, cuando Shen Qingqiu pasando por las calles de la ciudad Cang Qiong de regreso luego de su cultivo, se encontró con Shen Yuan, su hermano menor jurado, junto con el discípulo de este y Liu Qingge. Pero el reencuentro entre los hermanos fue más importante por lo que su interacción no debería ni mencionarse.

¿Por qué, entonces, luchar en medio de la noche como si tuvieran una profunda conexión y palabras no dichas entre ellos? Shen Qingqiu tenía un presentimiento que no quería confirmar mientras que Liu Qingge tenía la determinación de ser escuchado. Por eso esta lucha en el silencioso bosque que era el patio de la casa de Shen Qingqiu se daba.

—Antes ya he peleado en un bosque de bambú —comentó de pronto Liu Qingge, rompiendo el silencio.

—¿Me interesa? —pregunta fríamente Shen Qingqiu antes de volver atacar con su espada.

Liu Qingge se enfrentó a su ataque de frente por lo que la distancia entre los hombres se redujo hasta que chocaron sus aceros, para luego alejarse y atacarse por otro ángulo.

—Debería —respondió Liu Qingge mirando fijamente a Shen Qingqiu.

A Shen Qingqiu no le gusto la intensidad de esa mirada, así que contraatacó violentamente, sin dejar que Liu Qingge pudiera abrir su boca por un largo tiempo. Cuando por fin se alejaron y miraron al oponente, a su alrededor caía como lluvia hojas de bambú y esparcidos como cadaveres en el suelo troncos enteros con cortadas limpias.

Junto con esta escena hermosa pero desordenada ambos luchadores permanecían con su imagen elegante, aunque no totalmente impecable, destacando más Liu Qingge por la mayoría de sus heridas superficiales provocadas por unas garras filosas. Pero Shen Qingqiu no quedaba atrás, completamente impecable al menos que uno mirara a detalle y viera como en su piel humana comenzaba a mostrar su verdadera naturaleza, su piel clara brillaba a la luz de la luna de verde por los parches de escamas que se distinguían, sus uñas sobresalían, filosas y con un poco de sangre, incluso al mirarlo a los ojos uno notaria que ahora eran brillantes y con pupilas verticales, lejos de los rasgos humanos.

Entre los árboles de bambúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora