Capitulo 1

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Siempre tuya

Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es de mi entera autoría.

Resumen: Tras un amargo divorcio, Naruto intenta retomar su vida haciendo todo lo posible para olvidar a su fría exesposa. Todo iba de maravilla hasta que se encuentra con una noticia impactante en una frívola revista de chismes; ¡Hinata, esta embarazada! Y no solo eso ¡Él bebe podría ser suyo! ¿Es la criatura el producto de su sórdida relación con Hinata o ella le ha montado los cuernos sin que él se enterase? Todo apunta a que es lo segundo, pero ¿Realmente Hinata Hyūga fue capaz de traicionarlo de una Manera tan ruin?

Capitulo 1

- ¿Esa es tu decisión? – La mirada de Hinata se tornó fría, como si estuviera finiquitando cualquier otro negocio. Naruto soltó un bufido antes de darle un firme asentimiento – Bien, comunícate con mi abogado, tenemos un acuerdo prenupcial, pero puedes quedarte con la propiedad que sea de tu agrado– Su esposa- futura exesposa – se levantó de comedor con la espalda recta – Deseo que estés instalado cómodamente en cualquier parte – Hinata era tan asquerosamente rica que un par de propiedades menos a penas se notarían – Me llevare a Kurama la próxima semana – Oh no, el maldito gran danés le pertenecía a él. Hinata noto la negativa en su rostro por lo que procedió a añadir – El perro me pertenece – Como casi todo, pensó mentalmente –

- Legalmente, si – Concedió, apretando los dientes – Pero Kurama entra en un estado depresivo cuando estas a su alrededor– Hinata abrió la boca indignada por un instante antes de suspirar y darse la vuelta, dándole, de paso, una vista de su generoso trasero. Naruto sintió un tirón en los pantalones – Estoy seguro de que no querrás alargar todo este asunto por la custodia de un animal que es completamente incapaz de aprender un truco –

-Se ha sentado tres veces este año– Levanto tres dedos de la mano derecha como si fuera el logro del siglo – Es mío – Su voz sonó molesta, algo sorprendente teniendo en cuenta que Hinata Hyūga, alias la reina de hielo, no demostraba ninguna clase de emoción. A excepción, claro, de cuando estaba enterrado hasta las bolas en ella, entonces Hinata gemía, gritaba y chillaba tan alto que, en más de una ocasión, su vecino lo había mirado con envidia luego de una noche de pasión –

- Hasta que firme los documentos – Recordó – Cuando eso suceda nos libraremos de toda esta estupidez ideada por Minato y tu padre– Algo parecido a un destello de dolor se asomó en esos ojos perlas, sin embargo, Naruto estaba seguro de que era su imaginación, Hinata era la persona más inexpresiva que había tenido la desdicha de conocer.

Casi siempre en silencio, apartada del resto, rápidamente se convirtió en la rarita del curso. Le perdió de vista durante sus años de universidad. Finalmente la volvió a ver luego de que Minato, le comunicara que se tendría que casar con ella como parte de una alianza entre las empresas de telecomunicaciones Hyūga-Namikaze. Todavía desconocía el tipo de droga que había consumido el día de concluir esa negociación, solo sabía que un mes después de esa llamada estaba casado con una completa extraña cuyo rostro no reflejaba nada la mayoría del tiempo. Su bóxer se había encogido dos tallas durante la ceremonia al verla ataviada en un provocativo vestido de novia. Durante la luna de miel se complementaron muy bien, a decir verdad, apenas si salieron de la habitación durante el viaje. El sexo siempre fue caliente. No obstante, sus problemas empezaron poco a poco luego ir conociéndola mejor. Hinata era una máquina para los negocios, toda su fortuna no provenía del negocio familiar sino de sus propias inversiones. Algo de admirar, de no ser que, era lo único de lo que ella hablaba cuando tomaba parte de la conversación.

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