Entraba al vecindario. Agarré mi pelo lo puse hacia adelante de mis hombros. Con una coleta amarré un mechón de mis rulos bajo mi pera como si fuese barba. LO SE, posiblemente sea aun mas sospechoso así. Pero en la vida hay que arriesgarse ¿no?
Me llegó una notificación de mensajes -AH SI, aqui usan mensajes y no WhatsApp- de Sofia.
Sofia: "Como te fue en el castigo?"
Hanna: "Pues como le va a ir, son horribles los castigos del colegio."
Mike: "Excepto cuando te mandan con nosotros"
Hanna: "posiblemente"
Yo: "Me fue bien, pero ahora toca enfrentar a mi familia"
Yo: "Solo recen para que no me maten". Escribí y entre a mi casa. No habia nadie en la sala ni en al cocina, BUENA SEÑAL. Subí cuidadosamente las escaleras para que nadie notara mi presencia.
Caminé hacia mi cuarto, que se encontraba al final del pasillo, debía de pasar todas las habitaciones. Sin mas, eché a correr como si mi vida dependiese de eso... Mas bien lo hacia. No queria imaginar la reacción de mi padre al verme con esas marcas en el cuello. Suspiré cuando cerré con seguro la puerta de mi cuarto. Desaté mi cabello y me miré en un pequeño espejo que tenia en mi armario.
DIOS LA PUTA MADRE. LA SANTÍSIMA VIRGENTenía el cuello morado, no era un caso severo, habia visto peores. Pero para una chica que no tiene maquillaje eso sería demasiado difícil de ocultar. Me tiré sobre la cama y tomé mi celular, tenia varios mensajes de los chicos rezando por mi, pero no les hice caso. Abrí la cámara e inspeccione mi cuello. Una idea estupida se paso por mi cabeza. Me saqué el buzo y bajé un poco mi remera para que en el recuadro se note mi clavícula y mis chupones. Saqué una foto y la subí a las historia de mi cuenta secundaria. Donde tenia a mejores amigos de Argentina.
Tiré mi celular en un lugar de mi cama y me dirigí al baño.
Abrí la canilla con agua fría mientras que buscaba la mayor cantidad de maquillaje posible.
Había recaudado un pote de base y unos cuantos polvos, nada mas. Me saqué la remera y fui aplicando agua helada a los moretones, no sabia si eso iba a funcionar, pero varias amigas mías lo hacían...
VAMOS! Habia un leve cambio, se seguían notando pero ahora si podía usar la cantidad de maquillaje que tenia. Sequé mi cuello con una toalla, y coloqué un poco de base sobre la brocha. Si, soy de esas chicas que no usan esponjas, me dan un poco de asco. Habían algunos que podría ocultarlos con mi cabello, así que solo taparía los esenciales.
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Adivinen quien no se dio cuenta que tenia marcas en mi cuello! MI FAMILIA. Habíamos terminado de cenar, nadie se había percatado de mis chupetones. En la tarde nadie estaba en mi casa, por lo que ninguno se percató de mi llegada tarde.
Estaba lista para irme a dormir, ya tenia mi alarma configurada al máximo. Me hice mi clásico moño para dormir y me acosté en mi casa.
No podía dormirme, el insomnio era algo común en mi, pero esto era diferente. Thomas se paseaba por mi cabeza desde la cena. Era jueves y habia comenzado las clases el lunes. Recordé nuestro incidente del martes, en su auto, que comparado al de hoy, el de ese dia resultaba gracioso.
Me habia dicho que su familia estaba por llegar al pais, y que se mudarían pronto con el. También me acuerdo de su regalo... ¿regalo? DIOS EL LIBRO.
Me paré inmediatamente de la cama y comencé a buscar ese libro, era ¿negro o azul? Busqué en la silla de cosas usadas una vez, pero no tuve éxito. Debajo de mi cama. Tampoco.