Tal vez su amor era un negocio.
Negocio que firmé con un simple beso,
negocio que viví como un encantador sueño
donde yo era un producto que solo lo servía,
una planta decorativa con menos atención
donde solo recibia agradecimientos,
por estar ahí,
plantada en una silla,
donde me regalaba flores pasa hacerle justicia a mi función,
ya que hacían un armonico contraste con algunos moretones,
como quisiera haberme quejado, quisiera haber merecido alguno de sus golpes.
haberle gritado que odiaba esa mierda a la que llamaba amor
y a ese organo repulsivo al que llamaba corazón.
Pero las plantas no hablan,
un día simplemente se marchitan y mueren.
Hasta hoy lo recuerdo,
aunque hace años haya sido
nuestro último encuentro.
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Las Cartas Que Nunca Llegaron [Poemario y Prosa]
PoetrySiempre tuve que decir un poco más, explotar en un mar de emociones, fluir y que mi voz lo hiciera, porque las letras son menos intimidantes para navegarlas. Dedicado a: Todas aquellas personas se le sinceraron a una hoja y un lápiz, que luego arrum...