10. Dios

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Somos cada día más indolentes,
cada día más crueles,
más indiferentes
y me atrevo a decir
que nos hemos convertido en seres estúpidos
razonables, superiores a las razas,
pero estúpidos, inconscientes, indiferentes, crueles

no acatamos la realidad,
somos egoista y ciegos, superficiales y falsos,
codiciosos y malditos,
tan ciegos a lo visible,
tan sordos a lo ruidoso

el espacio es enorme,
tan enorme que si lo pensáramos sería inquietante
la vida de todos lo seres es insignificante,
no tiene valor ni peso
en nada más que no sea en ellos mismos

entonces pienso,
el tiempo y el universo son mejores amigos inseparables, han permanecido siempre juntos

y maldito sea el día
en el que a esa reunión social
no pude aparecerme

maldito sea el tiempo,
que me abandona
aunque quiera ser su amigo

maldito sea el universo,
que no morirá conmigo
aunque le haya hecho promesas a pulmón abierto
que nunca cumplí

y por eso no los culpo
soy un indolente,
soy cruel,
soy una plaga,
soy su mayor enemigo,
tan iluso, tan crédulo, tan inocente

y lo fuí tanto que pensé que no sería castigado
producto de mi misma falta, pensé que no habría un Dios justo y sagaz
porque nunca conocimos a ningún Dios,
pero siempre estuvo en nuestras narices

lo pudimos ver,
lo pudimos sentir cada día hasta nuestra muerte,
pero también era indiferente,
y justo y contundente.

ya que ese Dios es el tiempo,
esa divinidad es el espacio,
es el sol, son las nubes, es la tierra,
incluso es cada estrella muerta
que nos saludó cada noche

yo viví en ese Dios,
y luego seré parte de él cuando muera.

Las Cartas Que Nunca Llegaron [Poemario y Prosa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora